
Escribir y leer sobre la música cubana es un apasionante tema. Rafael Lam, escritor, periodista e investigador musical, se ha propuesto, y lo va logrando, hacer una historia de esta manifestación en Cuba, que no gratuitamente se le llama “la isla de la música”.
Colaborador desde hace años de esta publicación, el “chino” Lam, identificación que se ha convertido en parte de su nombre, es infatigable en su pasión por escribir sobre música cubana, y en especial sobre suhistoria habanera, ya sea en artículos y crónicas periodísticas, como en más ambiciosos libros.
Miembro de laUnión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Lam acaba de agregar dos títulos a su bibliografía; El imperio de la música cubana (Editorial José Martí) y Juan Formell y los VanVan, la leyenda (Ediciones cubanas).
De sus libros anteriores podemos citar La Bodeguita del Medio, la historia de ese célebre restaurante habanero;Tropicana, un paraíso bajo las estrellas, sobre uno de los cabaret más importantes del mundo inaugurado en los años 30; El son y los soneros, una panorámica y reseña de los soneros más destacados: Matamoros, Piñeiro, Arsenio, Lili Martínez, Peruchín; Los Reyes de la salsa, sobre las grandes orquestas cubanas, Van Van, NG La Banda, la emblemática Buena Vista Social Club, y Polvo de estrellas sobre los cantantes cubanos a través de diferentes épocas.
Esta vez la conversación con nuestro colaborador habitual no trata acerca de qué nos va a escribir, sino trascurre por lo personal.
—¿Quién es Lam?
—Soy hijo de chino. Mi padre era de Cantón y tenía negocios en el Barrio chino de La Habana, donde yo nací (1946). Mi padre, como extranjero al fin, quería verlo todo. Me llevaba al Teatro Martí. Me metió en el cuerpo el mundo del espectáculo. Me llevaba a todo lo que venía de China y de todas partes. Cuando muere en el 1968 y yo salgo del servicio militar, seguí ese rumbo.

—¿Eres pariente del gran pintor Wifredo Lam (Sagua La Grande, Cuba 1902 - París, 1982) ?
— Mi papá iba mucho a Sagua, sé que tenía parentesco con los chinos allá. Una vez yo también fui cuando paró allí un barco chino, todo un acontecimiento. Lam (Wifredo) lo recordó en la última entrevista que le hice. Yo sé que mi papá tenía mucha familiaridad con él y que no había muchos Lam aquí.
—El Barrio Chino de La Habana siempre ha tenido algo atrayente y sin embargo creo no has escrito de él…
— Siempre pasa así. Otros han escrito bastante. Ahora estoy en la parte final de un libro sobre el barrio chino. Tengo mucho material, todo lo que yo viví, los contactos de mi papá. Era un mundo diferente a Cuba, un poco místico. Voy a unir a Wifredo Lam, que es la gran figura de los chinos en Cuba, con el barrio.
—¿Vas a escribir sobre las comidas?
— Por supuesto. Yo tengo la verdadera receta del arroz frito, que según me decía el chef Gilberto Smith, y yo estoy de acuerdo, es la única comida típica inventada en Cuba. El arroz frito lleva diez productos, es para mí una comida espectacular, es como una ambrosía.
—¿Dices que es inventada en Cuba?
— Así es. Yo fui a Nueva York y a California a investigar y nada de eso existe. Entrevisté en La Habana a cocineros chinos en El Pacífico, cuando se reinauguró, y ellos me dijeron que así no existe, a lo más arroz con un poquito de huevo.
—Mencionaste El Pacífico…
— El Pacífico era el restaurante más famoso de América. Se decía que se iba primero en la mañana a Varadero, a la playa, se almorzaba o cenaba en El Pacífico, y después se iba a Tropicana. En el último piso estaba el restaurante Dos alas, lo más grande que yo he conocido en comida china. Tengo todas las recetas y quisiera publicarlas con la historia de El Pacifico.
—Te has dedicado a la crítica, a la crónica ¿Alguna base académica?
— Bueno, decía Argeliers León que todo parte de un punto referencial. Yo he estado en el mundo del periodismo, hice cursos, también estudié en la escuela de arte. Me he preparado por mi cuenta. La preparación que tú hagas es lo que vale, no lo que te den, esa es mi tesis. Yo me he preparado muy bien por el punto referencial. Parto de lo que hacían Fernando Ortiz, Argeliers y Leonardo Acosta, colega mío de la televisión. Eran gente muy preparadas, muy cubanos. Me enseñaron mucho. Esa es mi escuela. Seguir lo que yo veo diariamente.
—Sigamos con los libros. ¿Cuál fue el primero?

— Los primeros fueron turísticos, pero tienen que ver con la música, La bodeguita del medio y Tropicana, despuésEsta es la música cubana, le siguen Cantantes Cubanos (dos tomos), luego Los Reyes de la salsa, sobre las orquestas y ahora Van Van, la leyenda y El imperio de la música.
—Vamos a la Leyenda. ¿Cómo te acercas a Formell?
— Yo atiendo toda la musica bailable y estaba muy metido en el boom de la salsa cubana y ahí esta Van Van. Estaba preparando un libro de ese boom que nunca se publicó, y me piden uno de los Van Van hace más de 20 años, se lo di a Formell y a él le gustó. Yo seguí añadiéndole cosas. Es un libro que lleva mucho tiempo caminando. Yo constantemente veía a Formell, por ejemplo en la televisión donde yo trabajaba, otras veces en la radio. Siempre hablábamos, tenía mucha información y las propias palabras de Formell. Yo digo que este libro no es mío, yo lo que hice fue ordenar para que estuviera el pensamiento musical, los conceptos de Formell, más bien es un libro de Juan Formell y los integrantes de la orquesta.
—Hablemos ahora de El imperio…
— Trato de dar respuesta a esta interrogante ¿Cómo es posible que este país tan pequeño haya originado tantos géneros y tan exitosos en el mundo? También presento la vida y la obra de algunas figuras relevantes que han convertido a la isla en ese imperio musical. Incluyo 80 nombres que se reconocen de inmediato, desde Esteban Salas en el siglo 18; Miguel Failde en el 19, considerado el creador del danzón; Eduardo Sánchez de Fuentes, compositor de la habanera Tú; la dinastía de los Romeu, Compay Segundo; Pérez Prado y el mambo, Benny Moré, Enrique Jorrín, Chucho Valdés, Adalberto Álvarez…
—¿Qué estás preparando?
— Tengo un libro que va a salir el año que viene que se llama La Habana bohemia, Maravilla del mundo. Es un homenaje a Eusebio Leal y todo lo que ha hecho por el centro histórico. Está preparado para el aniversario 500 de la ciudad. Tiene la historia de todos los lugares de la vida artística de La Habana elegante. Marlon Brando bailando cha cha chá, Frank Sinatra con la mafia, la playa de Marianao, El Chori, los salones y academias de baile, los cabarets. Todo lo que pasó en el mundo de la bohemia. Es una historia de la vida nocturna.
También está listo Benny Moré, el rey, sobre el legendario cantante y compositor, los dos con Ediciones Cubanas.
—Tú eres un cronista, un investigador de la música cubana. ¿Cuáles son para ti los más grandes?
— No me gusta decir los imprescindibles, en Colombia los llaman los indiscutibles. Para mi Benny Moré, el símbolo; Pérez Prado que hizo la bomba del mambo; por supuestoLecuona, en lo melódico; Jorrín, que inventó el cha cha chá, Ignacio Piñeiro, Arsenio Rodríguez, Miguel Matamoros, los hermanos López, una constelación de estrellas. Y ahora la llamada salsa, Chucho Valdés e Irakere, Formell, Adalberto, César Pedroso, Manolito Simonet…
Si sumamos los libros de Rafael, el Chino, Lam, se comprende que, a su modo, va conformando una historia de la música popular cubana. Ahora aplaudimos El imperio de la música cubana y Juan Formell y los VanVan, la leyenda. Lectores y melómanos esperamos con cierta impaciencia los ya anunciados de La Habana en su aniversario 500 y Benny Moré, el rey.
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