ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Plaga que infectó a América Latina en la segunda mitad del siglo pasado, con metástasis actuales en varios puntos de la geografía mundial, donde los intereses hegemónicos se entrecruzan con instintos criminales, el paramilitarismo tuvo una temprana expresión en Cuba durante la dictadura batistiana (1952-1958) en la banda llamada los Tigres de Masferrer.

A esa anomalía dedicó Enrique Acevedo su más reciente obra, Los sueños del Tigre, publicada por la Editorial Abril, en la cual llega al fondo  de la complicidad del sátrapa con el jefe de aquella versión de los escuadrones de la muerte, Rolando Masferrer.

Acevedo luchó contra la tiranía en las filas del Ejército Rebelde. Era un adolescente cuando se incorporó a la lucha insurreccional. Estuvo bajo las órdenes del comandante Ernesto Che Gue­vara. Luego del triunfo revolucionario continuó la carrera militar en las Fuerzas Armadas Re­volucionarias, donde por sus méritos combativos y calificación obtuvo el grado de general de brigada.

Una cultivada vocación literaria y el interés por compartir sus vivencias con las jóvenes generaciones lo llevó a escribir dos libros en los que relata su participación en la gesta revolucionaria —Descamisado (1993) y Guajiro (1997)—, con estilo desenfadado, agudeza y humor, y un tercero, Fronteras (2009), memoria de su misión internacionalista en Angola.

Los sueños del Tigre es una novela. En primera persona, Acevedo se mete bajo la piel de Mas­ferrer para dar cuenta de sus progresiones e in­flexiones, filosofía de vida y miserias humanas. Al darle voz al protagonista, lo cuestiona desde los presupuestos de la identidad del propio biografiado.

Este procedimiento narrativo le permite al autor un mayor grado de autonomía y un alto vuelo literario, aun cuando la base documental es rigurosamente objetiva. Ni ensayo biográfico ni biografía testimonial, estamos ante una novela sustentada en realidades históricas verificables.

De sus motivaciones, Acevedo ha dicho: “Los últimos disparos de mi azarosa vida guerrillera fueron contra los paramilitares en la Batalla de Santa Clara. No hablar de los masferristas en Cuba es dejar un espacio vacío, más cuando algunos nostálgicos admiradores intentan reescribir la historia y pretenden sacar del basurero moral a Fulgencio Batista y a sus cómplices y borrar nuestra memoria”.

“Tristemente —añade— la historia de Cuba tiene un ancestro tenebroso, los llamados guerrilleros proespañoles, con su secuela de horrores. De ellos poco se ha escrito, gozaron de impunidad. No sería justo que así sucediera con los Tigres de Masferrer”.

Rolando Masferrer tuvo una nefasta incidencia en la vida cubana y es un caso de involución manifiesta en su tránsito de la osadía aventurera a la más profunda abyección.

No se puede calificar de otro modo la trayectoria de un individuo que se unió a las Brigadas Internacionales en defensa de la agredida Re­pública Española, militó en el Partido Socia­lista Popular (marxista), y luego organizó en los años 40, bajo un supuesto palio revolucionario, una escuadra gangsteril y se insertó en los manejos politiqueros de la época para conseguir un curul en la Cámara de Representantes.

Durante las primeras horas del 10 de marzo de 1952 pareció repudiar el golpe de estado de Batista, pero al final del día ya estaba al servicio del tirano, para quien creó la organización paramilitar Los Tigres, caracterizada por su violencia y crueldad.

Apenas enterarse del triunfo del Ejército Rebelde, Masferrer huyó a Estados Unidos. Fue juzgado y condenado en ausencia, pero las autoridades norteamericanas nunca lo extraditaron y dieron refugio al criminal y sus cercanos colaboradores. En Estados Unidos incrementó su prontuario delictivo. Ambicioso y trapisondista por antonomasia, chocó con otras organizaciones contrarrevolucionarias en la Florida y se convirtió en una pieza incómoda e inmanejable para los servicios norteamericanos de inteligencia, al punto que perdió la vida en un atentado en Miami en 1976.

Cualquier parecido entre los Tigres de Masferrer con los escuadrones de la muerte en Centroamérica, la Brigada Blanca mexicana, las Autodefensas colombianas, la Triple A argentina, los Gal españoles y la versión más moderna, de origen norteamericano y con ramificaciones globales, Blackwater o Academy, no es pura coincidencia.

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Julio Barbosa Rodríguez dijo:

1

7 de septiembre de 2016

08:53:38


Muy intersante la obra de Acevedo, tengase en cuenta que nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, ha dicho que quien olvida la historia, olvida su propia identidad, por eso es necesario profundizar en cada detalle sobre la obra de la Revolución, sus protagonistas y tambien de los criminales como Rolando Masferrer para que nadie confunda a las nuevas generaciones.