ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Rodrigo Almarales, primer bailarin del Cinccinnati Ballet, junto a Misa Kuranaga en el ensayo de La Sílfide, pas de deux del Acto I. Foto: Nancy Reyes

El Ballet Royalty y sus 12 estelares figuras ofrecieron una Gala en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con un programa-concierto concebido con pas de deux del repertorio clásico y dos piezas contemporáneas.

La función única, el 20 de agosto, contó con la presencia de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, directora general del Ballet Nacional de Cuba.

En previa conferencia de prensa en la Sala Lecuona del propio Gran Teatro, Rodrigo Almarales, primer bailarín del Cincinnati Ballet, de origen cubano, y director artístico de la Gala, se remitió a lo que escribió para el hermoso programa de mano: “Mis mas lejanos recuerdos de infancia están asociados a este teatro; cuando niño venía para ver bailar a mis padres. Esa fue la semilla en mi destino…”

Para Almarales, “Cuba y La Habana han sido lugares de referencia para la danza y el ballet mundiales y este teatro un templo sagrado para el arte. Esta pequeña isla ha entrado en el consenso universal del ballet”.

Acerca de los bailarines que se unen en este espectáculo bajo el nombre de Ballet Royalty, Almarales subrayó que en ellos se agrupan varias técnicas y estilos, pues son figuras en compañías como el American Ballet Theater, Ballet Bolshoi, Kírov y el Mijailovsky de Rusia y el Royal Ballet.

Algunas de los bailarines presentes en la rueda de prensa ofrecieron breves comentarios, que fueron filmados y presentados en el “ensayo general”. Por ejemplo, Misa Kuranaga, que ha bailado con el San Francisco, Boston y New York City Ballet, reveló que sería su primera experiencia con Almarales como partenaire (en La Sílfidepas de deux) y seguramente no olvidaría, más aún siendo en La Habana.

El canadiense Mathew Golding, principal del Royal, dijo ser “un admirador del ballet cubano, su disciplina, fuerza y pasión en la escena y fuera de ella” y en especial de quien fuera primer bailarín de esa misma compañía, la estrella mundial, el cubano Carlos Acosta, a quien llamó “uno de los más grandes de nuestra generación, que ha in­fluenciado mucho mi manera de bailar y la de mu­chos otros, especialmente en el Reino Uni­do”

Carlo di Lanno, del San Francisco Ballet, afirmó que es para él “maravilloso estar aquí por la gran tradición del ballet cubano. Vamos a mostrarles el clásico que hacemos”. Di Lanno bailó con la rusa Maria Kochetkova, bailarina principal del San Francisco y el American Ballet Theatre, Bells, pas de deux, y además hizo el estreno mundial de Paintings Greys, una pieza contemporánea de Myles Thatcher.

Daniil Simkin, primer bailarín del American Ballet Theatre, durante el ensayo de Les bourgeois en la escena de la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Nancy Reyes

Por su parte, el norteamericano Joseph Gatti se refirió a la técnica de la escuela cubana de ballet, “una de las más fuertes en el mundo”, y confesó que los bailarines cubanos le “inspiran mucho todo el tiempo”.

El ruso Semyon Chudin, primer bailarín del Ballet Boslhoi consideró “muy emocionante estar aquí y mostrar nuestro arte a un público que conoce de ballet. Se presentó en el pas de deux del Acto III de La bella durmiente, y pas de deux Acto II de Giselle, en ambos junto a la también rusa Jurgita Dronina, principal del Ballet Nacional de Canadá.

Otro bailarín ruso, Daniil Simkin, primer bailarín del American, sabía que tenía una tarea difícil, presentarse con Les bourgeois, del cual Carlos Acosta, hace una magistral interpretación. Se lo que hizo Carlos —dijo Simkin— pero me voy a arriesgar y hacerlo a mi manera.

En el “ensayo general” también vimos marcar sus pasos a la primera bailarina Adiarys Almeida, de origen cubano, junto a Gatti, y a Golding, en el pas de trois de El corsario y a la bailarina principal del Ballet Estatal de Berlin, la ucraniana Iana Salenko, junto al ruso Ivan Valisiev, bailarín principal del Mijailovsky Ballet y el American, en el pas de deux, Acto II de Las llamas de Paris.

La Gala incluyó La muerte del cisne, por Kuranaga; la segunda pieza contemporánea, Chor. 2, coreografía de Rodrigo Almarales, quien la bailó junto a Adiarys Almeida; el pas de deux Cisne negro de El lago de los cisnes, por Salenko y Golding, y para cerrar, el pas de deux de Don Quijote por Kochetkova y Simkin.

Según los organizadores de la Gala, Improvedance de Cincinnati, Estados Unidos y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura de Cuba, la visita del Ballet Royalty, bajo la dirección artística y general de Almarales, fue una suerte de prólogo al muy próximo Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, ya en la edición 25, (28 de octubre-6 de noviembre) donde cada dos años confluyen, bajo la magia de la eximia Alonso, las estrellas del universo de la danza.

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