ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Con sana alegría, cortometraje de ficción, dirección y guión de Claudia Muñiz, está interpretado por Luis Manuel Álvarez, Giselda Calero y Enma San Miguel. Foto: Cortesía del ICAIC

Desde su primera edición la Muestra Joven ICAIC ha sido polémica. Había llegado la llamada era del audiovisual y puede darse un alejamiento de la industria. Aparecen nuevos sujetos en el centro de las historias y, a la vez, una pronunciada esencia crítica, tendencia que ha ido disminuyendo y los realizadores se encaminan hacia tópicos más intimistas y hasta universales.

La Muestra, proyecto hermoso, importante y trascendente, que nació desde el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para que se conociera un audiovisual que se hacia fuera de sus predios y permitió descubrir nuevos talentos, nuevas miradas, es hoy un ámbito legitimado por los jóvenes realizadores como espacio de encuentro y la posibilidad de ver proyectada su obra dentro de la magia de la sala oscura.

Jorge Martínez (en el fotograma) y Patricio Wood son los protagonistas de la mas reciente película del director cubano Fernando Pérez, Últimos días en La Habana. Foto: Cortesía del ICAIC

Ha tenido un recorrido accidentado a veces, con logros y desencuentros, como todo proceso de búsquedas, de creación, y más aun de creación joven, inquieta, inconforme, pero en cada Muestra dando pruebas de la búsqueda de temas profundos y de mejorar las técnicas, las estéticas.

La Muestra se erige también como el espacio que cada año da posibilidad de confrontación entre los mismos jóvenes a la vez que ofrece el acceso a un diálogo, un intercambio, con otras generaciones de cineastas, incluidos los ahora maestros de la cinematografía cubana, novísimos cuando en el mismo 1959 se funda el ICAIC.

En una extensa rueda de prensa en el Centro Cultural Fresa y Chocolate para hablar acerca de la 15ta, Muestra Joven ICAIC (5 y el 10 de abril), su directora, Marisol Rodríguez, recordó que en el 2000 nació el Programa de atención a jóvenes realizadores y un año más tarde la primera Muestra de Jóvenes Realizadores, que luego cambia a su nombre actual.

Se ampliaba el panorama audiovisual cubano al acceder muchos jóvenes a las nuevas tecnologías como medio de expresión, muchos de ellos provenían primero, por ejemplo, de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (EICTV), luego de la Facultad de Audiovisuales del Instituto Superior de Arte (ISA), o sencillamente aquellos que ya poseían una cámara.

Foto: Cortesía del ICAIC

Hoy el número de películas que se presentan alcanza el centenar, pero el Comité de Selección para el Concurso, — que existe como en cualquier festival o evento de cine—, se decidió por 53 obras, de ellas 27 de ficción, 17 documentales y nue­ve de animación, pero, dado la coautoría de algunas, la cifra de realizadores es de 61, entre ellos, y es novedad para la Muestra y el cine cubano en general, 22 son mujeres.

La Muestra, lógicamente, se renueva continuamente y en esta 15 edición provoca aún más a los jóvenes desde su propio lema: Suelten amarras, ¿hacia donde? “Hacia la creación, la imaginación y el inconformismo”, agregó en el intercambio con la prensa el joven cineasta y miembro de su Comité, Juan Carlos Calahorra.

Dado que solo el Comité de Selección ha visionado las obras en concurso, la interrogante era inevitable ¿las principales temáticas? “El tono se aleja de las incidencias agresivas y hay una exploración a la hora de narrar. Destaco una mirada femenina en temas rurales, la relación de pareja, la sexualidad, la violencia de género, las masculinidades, el suicidio. Otro conjunto se dirige a representar conflictos del pasado, personalidades con un amplio trayecto de vida. Un abordaje audaz de múltiples tópicos.

Para la inauguración en la Sala Chaplin — ¿un indicio a la crítica y el público?— fueron seleccionados el animado No country for old squares, de Yolanda Durán; el documental El otro viaje, de Damián Saínz, y el corto de ficción Con sana alegría, de Claudia Muñiz.

Entre los múltiples debates que a lo largo de 15 ediciones, y fuera de ella, ha propiciado la Muestra Joven ICAIC, se abrió uno acerca de si la oleada de jóvenes realizadores es ruptura o continuidad en la historia fílmica de la Isla.

Se advierte, gracias a la programación, otro indicio que prácticamente incluye respuesta a la polémica: la “apertura fílmica” en la propia Sala Chaplin previa a la oficial: la proyección de obras de dos maestros de la cinematografía cubana, Aplausos, cortometraje de Enrique Pineda Barnet, y el largo Últimos días en La Habana, de Fernando Pérez.

Ya hoy la Muestra es un hecho consolidado. Un encuentro de cine joven, donde es cierto prima la diversidad temática, pero necesita ir a la búsqueda de una estética de calidad, que será lo que le conceda — como lo prueba la obra inmarcesible de Enrique Pineda y Fernando Pérez— trascendencia artística.

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