ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La estrella española Cristina Hoyos (centro) en una visita a la compañía cubana rodeada de los bailarines. A su izquierda, el destacado coreógrafo Alberto Méndez, a la derecha Eduardo Veitía, director general del Ballet Español de Cuba. Foto: Toni Piñera

El baile español no tiene fronteras. Véase sino como Rainer Maria Rilke, uno de los poetas más importantes en lengua alemana y de la literatura universal (Praga, 1875- Montreux, 1926), se siente conmovido y escribe el poema Bailarina española en 1906.

Para los cubanos, la bailarina española, sin embargo, no puede ser otra que la descrita por José Martí en 1891 en el poema X de sus Versos Sencillos, El alma trémula y sola: “Ya llega la bailarina/ Soberbia y pálida llega/ ¿Cómo dicen que es gallega?/ Pues dicen mal: es divina./ Lleva un sombrero torero/Y una capa carmesí..”

La incitación a buscar y releer ambos poemas llega gracias al Ballet Español de Cuba y su nuevo espectáculo Con Puro Acento Español, estrenado (19-20-21 de febrero) en la hermosa Sala García Lorca del restaurado Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Anuncia Martí en sus versos: “Hay baile; vamos a ver/ La bailarina española…”. Y con el mismo entusiasmo de casi dos siglos atrás, el coliseo que domina uno de los espacios del Prado habanero se vio colmado de un público que a priori conoce que la compañía que dirige el maestro Eduardo Veitía presentaría una obra siempre respetuosa de la pureza de estilos característico de su amplio repertorio, que abarca desde el clásico hasta el flamenco más genuino.

Hubo novedades. Todo comenzó fuera del escenario. Las bailarinas y bailarines de la compañía hicieron una pasarela desde la grandiosa escalera de mármol que preside el vestíbulo del Gran Teatro. Todo un suceso.

Mostraron, ellas y ellos, trajes del diseñador cubano José Luis, realizados en telas (gasa, algodón, lino) pintadas, hechos especialmente para este espectáculo. Los de las bailarinas todos llamativos, lo de los hombres, también, pero no para esta ocasión, pues la referencia marcadamente india lo alejó de lo español. Las originales joyas exhibidas (en plata 950, piedras semi-preciosas y cuero) fueron creadas por la orfebre Rosana Vargas.

La función, muy aplaudida, ofreció una visión orgánica de ese Puro Acento Español. La primera parte titulada Lo Clásico Español en concierto, incluyó las piezas Sevillana Clásica, Antes el Escorial, música de Ernesto Lecuona, y Las bodas de Luis Alonso, un cuadro bien logrado (todas de Eduardo Veitía), y algunas de coreógrafos españoles que han dejado sus huellas en la compañía: Sonata en Ré, de Pablo Eguea y Danza V, de Juan Magriná.

Mientras, la primera bailarina Leslie Ung realizó una breve coreografía, con cuatro bailarines, para acompañar en escena a la soprano María Eugenia Barrios, estrella invitada, quien junto al cantaor Andrés Correa, interpretaron nada menos que Granada, del mexicano Agustín Lara.

El segundo tiempo, Sentir flamenco, hizo estremecer con el ritmo de su música y baile. Del propio Veitía se apreciaron las coreografías Mediterráneo, Guajira flamenca, que necesita mas elaboración, y A puro compás, donde toda la compañía y sus músicos recibieron una ovación, y del coreógrafo español Francis Núñez, cinco piezas: una balada flamenca, Añoranza; una farruca, Esencia; Arte y Tronío, y un Epílogo, con música popular flamenca, que como era de esperar levantó al teatro y se escucharon numerosos Olé!.

El maestro Veitía respondió algunas preguntas para esta página en el remozado patio interior del coliseo.

¿Algunas interioridades del espectáculo?

R: Con puro acento español está inspirado en diferentes manifestaciones del baile español, la escuela bolera, el flamenco, la estilización, todo, como has visto, con música en vivo (son trece músicos en escena, predominando la guitarra, la cual le presta el compás y el ritmo que le son imprescindibles, incorporando bajo, flauta y violín). Tomamos obras para orquesta de Lecuona, Falla, Granados, y las llevamos a instrumentos más sencillos. Creo se integró muy bien, la lírica con la presencia de la soprano Maria Eugenia Barrios, y nuestro cantaor Andrés Correa, que domina todos los palos del flamenco.

No te apartas del puro baile español…

R: Siempre ha sido la esencia desde que Alicia (Alonso) nos dio la tarea de crear un conjunto de danzas españolas en 1987, era un momento en que la danza española estaba desaparecida totalmente. No se podía perder la base, la raíz hispánica, nuestras tradiciones.

¿Han tenido profesores y coreógrafos españoles trabajando con la compañía? R: Han venido profesores que han hecho un trabajo muy serio, como Francis Núñez, que nos preparó la obra Sentires Flamenco, la propia Cristina Hoyos, Canales, Pablo Egea, primer bailarín del Ballet Nacional de España, montó una soleá. Todas las grandes figuras que han venido a La Habana han dejado su huella. Todavía necesitamos más para que nos pongan al día.

Esta es la primera temporada. ¿Qué más habrá este 2016?

R: El próximo mes de marzo repondremos aquí mismo Aquel brujo amor (uno de los clásicos de la compañía, estrenada en 1996 e inspirada en la obra de Manuel de Falla, Amor Brujo, por el 120 aniversario de su natalicio y 50 de su desaparición): para junio volvemos con Sonata y Fandango (obra de Veitía con la cual ganó el segundo lugar en el Primer Certamen Internacional de Danza Española y Flamenco realizado en Madrid) y La Casa Alba, (basado en La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca) y para cerrar el año, El Fantasma (sobre El Fantasma de la Opera de Gaston Leroux), esta vez con la intervención de artistas de la Compañía Havana del Circo Nacional de Cuba para apoyar la dramaturgia, con todas sus manifestaciones, acróbatas, malabaristas…

Los versos de Martí, contemporáneos, universales, imperecederos, recogen casi cinematográficamente su admiración por la bailarina (en su caso la Bella Otero), y nosotros los podríamos suscribir ahora al empezar la función de Con puro acento español: “Preludian, bajan la luz…Bailando un baile andaluz./ Alza, retando, la frente; / Crúzase al hombro la manta: / En arco el brazo levanta: / Mueve despacio el pie ardiente. / Repica con los tacones / El tablado zalamera./ Como si la tabla fuera / Tablado de corazones...”

Mientras Rilke vuelve al fuego: “Ella inflama su pelo a una mirada/

Y pronto, con arte osado, gira/ Todo su traje en ese celo ardiente/ Del que, como serpientes que dan terror, los brazos/ Desnudos se levantan, en vela y chasqueantes.”

Así es el Puro Acento español que busca y entrega el Ballet Español de Cuba bajo la mirada atenta del maestro Eduardo Veitía. Él mira más allá, hacia el 2017 y el aniversario 30 de su compañía.

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