ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Timbalaye pretende demostrar que la rumba es patrimonio inmaterial de la humanidad. Foto: Yander Zamora

Hasta el hermoso puerto de Veracruz, donde se encuentra enclavada la subsede del proyecto cultural internacional Timbalaye, llegó su presidente, el coreógrafo y bailarín Ulises Mora, a propósito de la apertura recientemente de la Casa Latinoamericana de la Poesía, que tiene como principal anfitriona a María Elena Mora, representante en la región del equipo de trabajo que integra este noble propósito.

Mora tuvo a bien conversar con Granma Internacional para expresar sus valoraciones sobre la propuesta fundada y dirigida por él hace ya más de 16 años, y de la que refiere tuvo su génesis en la necesidad de darle voz al encarcelamiento de los cinco héroes antiterroristas cubanos. “Nos preguntábamos qué podíamos hacer desde el arte, desde la cultura, para desde nuestra modesta contribución hacer que se supiera internacionalmente de esa injusticia, así nació la idea.”

La palabra que le da nombre al proyecto pertenece al universo ancestral de los cubanos, afirma Ulises Mora. Foto: http://www.timbalaye.org

Sobre el nombre que identifica el proyecto nos cuenta: “Hay una palabra en la que pensamos desde el principio, Timbalaye, por ser en sí misma portadora del universo ancestral de los cubanos. Esta palabra es del culto africano y significa firmeza y seguridad en la tierra y está cargada de matices, en Cuba y fuera de Cuba y se traduce como energía vital”.

“Existe un género musical que se llama rumba y en el que se centra el proyecto, que recoge el sentido de pertenencia, el argot del cubano en su máxima expresión como identidad colectiva”, dice Mora.

Pero Timbalaye se ha ido convirtiendo en un hecho que tiene ya muchos alcances. Entre los principales momentos que no pueden dejar de mencionarse cuando se habla de esta propuesta, Mora recuerda su inauguración en el centro de Roma, donde está su sede principal. “En esa inauguración se le rindió tributo a ese rumbero extraordinario que fue y es Gonzalo Nicanor Asencio Hernández Kesel, conocido por todos como el Tío Tom, un ‘negro de solar’ que magnificó la rumba desde las primeras décadas del siglo XX.”

Pero Timbalaye es mucho más que rumba, aunque si la contemplara solo a ella fuera ya grande su mérito. “Timbalaye es también literatura, poesía, artes plásticas… esta integralidad se concreta en acciones que hemos llevado a cabo en los 16 años que lleva ya gozando de buena salud el proyecto, hemos participado en ferias internacionales, llevando la cultura cubana siempre por delante, celebramos regularmente foros que la abordan en Roma y hasta allá han llegado delegaciones integradas por cubanos y mexicanos para presenciar en la plaza San Silvestro al aire libre un toque de tambores. En importantes centros culturales, escuelas, museos, hemos llevado el son y la rumba, dos ritmos que son patrimonio de la nación.”

Ahora acaba de abrirse la casa de la poesía latinoamericana, que desde su propio nombre patentiza más esa integración que defiende Timbalaye. Entre las acciones más inmediatas con las que pretende ser un espacio de permanente convocatoria poética para el continente, está la de celebrar en mayo junto a diferentes países de la región una reunión cuyo tema medular es el patrimonio industrial, que alude a “esos lugares de ocio, algunos incluso históricos, a los que se les puede dar vida comunitaria, y convertir en espacios vivos, creativos y en ellos estará siempre como invitada de honor la poesía, que es la voz de todos, y que está a la vez todas las manifestaciones que acoge Timbalaye.”

“La rumba es poesía, inteligencia, expresión colectiva que trasciende las fronteras de la marginalidad, porque es eufioria cubana desde su surgimiento hasta nuestros días”, nos dice y subraya el mayor de los sueños presentes de Timbalaye.

“Hemos contado con el apoyo de organizaciones como la Fundación Fernando Ortiz, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, para demostrar ante la UNESCO que la rumba es patrimonio inmaterial de la humanidad. Para eso estuvimos recorriendo el país durante varios días en la ruta de la rumba, y aunque no teníamos la menor duda de que Cuba es rumbera desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, vivirla fue una prueba irrefutable. Desde los niños hasta los viejos bailan rumba por todos lados. Si esa verdad se reconoce, Timbalaye habrá cumplido su sueño.”

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Bendolio dijo:

1

17 de febrero de 2016

15:53:28


Si, la rumba es poesia. Y el regueton tambien. Y la salsa y el Guaganco y el Pilon y el Mozambique y ...

Fernando Calderon Boris dijo:

2

7 de mayo de 2016

15:15:02


Mi caro abure el dia que lá rumba no sea poesia y dejesele de cantar a traves de lá lirica entonces moriremos los poetas rumberos!