El artesano ha creado siempre piezas funcionales, y en muchas ocasiones hermosas. Dígase esas exquisitas ánforas griegas que hoy se admiran por sus formas, coloridos y decoración, pues ellas no fueron “adornos”, sino envases para aceites o vinos.
Cada pueblo, en su imaginería, ha ido acumulando, y legando, una herencia cultural reflejada y resguardada a través de la labor artesanal, considerada su “patrimonio vivo”.
América Latina y el Caribe, nuestra región, tienen una rica tradición artesana. Cuba, por el menor desarrollo de su población autóctona y por la rápida desaparición post colonial no posee un legado precolombino, más nadie duda de la impronta española en la propia cerámica, de la africana en instrumentos musicales de percusión o incluso en la francesa con ciertos tipos de bordados.
Lo cierto es que desde hace unos años, la artesanía cubana aprecia un incremento acompañado de una mayor calidad. Un creador más educado se dirige ahora hacía lo artístico, así su diseño y terminación, pero hay una intención de que esa belleza se mantenga unida a sus orígenes, su funcionalidad.
Es por ello — dijo a nuestra publicación Norma Rodríguez Derivet, subdirectora de Promoción y Comunicación del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC)— que dedicamos esta Feria a la cerámica, para lograr que sea parte de nuestra vida cotidiana.
En el diálogo en uno de los espacios de Pabexpo, en el oeste La Habana, sede de FIART 2015 (4 al 20 de diciembre), la funcionaria argumentó que el concurso además “fue convocado dado el interés por estimular la producción de cerámica utilitaria, hacerla comercializable y al mismo tiempo, promover y propiciar que las personas puedan convivir con esas piezas”.
Cada FIART demuestra hasta donde se puede llegar. La población cubana está ávida de piezas hermosas y útiles por eso los miles de asistentes a esta fiesta de la artesanía se acercan constantemente a preguntar por la vajilla en cerámica bruñida de la Familia Santander de Trinidad.
El jurado, integrado por la ceramista Julia González, la pintora Lesbia Vent Dumois y el diseñador Luis Ramírez, concedió el primer galardón a esa vajilla de 10 piezas del artesano trinitario Azariel Santander. “Por el diseño y funcionalidad que une y complementa el conjunto, por la inteligente utilización del vidriado y la belleza, calidad y elegancia que le otorga el bruñido”.
Sería una hipérbole decir que predominó la calidad en la Feria cubana de artesanía, si se expusieron piezas de valor, a la vez que otras más, digamos, prácticas, hubo para todos los gustos, y posibilidades económicas, aunque en este aspecto primaron los precios elevados.
Mercy Correa, Directora Nacional de Artesanía del Fondo, precisó que para este acontecimiento cultural, realmente esperado cada diciembre, se montaron 360 stands, 65 de expositores extranjeros, de mas de 20 países (entre ellos Perú, España, Panamá, Colombia, Ecuador, India), 30 stands de instituciones cubanas y 260 de artesanos individuales.
El corredor central estuvo diseñado para mostrar la artesanía de de Matanzas, provincia a la cual se dedicó FIART este año. “Veremos lo más legítimo del movimiento de artesanos de este territorio”, había anunciado Felix García, director del FCBC.
El destacado artesano matancero Luis Octavio Hernández conversó con Granma Internacional frente al stand de la Galería Atenas, “ella sola incluye las obras de mas de 90 artistas con mucha variedad”.
Según apuntó, “en Matanzas, de acuerdo a estudios realizados en los 90 por el Centro de Desarrollo de la Artesanía, predominan los trabajos en madera, en especial en las zonas de Jaguey Grande y Colón, pero hay piezas en todas las líneas, por ejemplo semilla y fibra”.
Le preguntamos por la muestra de Humidores, no siendo Matanzas “la” provincia del habano. “Es una línea que comenzó con la convocatoria en 2005 del Primer Salón Puro Arte, dedicado a la temática del tabaco, un proyecto que ya tiene una solidez, prestancia y calidad”.
Luis Octavio trabaja las pieles y a esta feria trajo “tres ánforas en soporte papier maché y después forradas en piel de cocodrilo y chivo. Lo mejor que he hecho en los últimos tiempos, y todos los artesanos matanceros hemos traído obras de calidad, por ejemplo la piezas en conchas y caracoles, emblemáticos de la zona de Varadero con la familia Calderón, cuatro generaciones de artesanos.”
El público cubano y numerosos turistas tuvieron un mosaico de opciones en este FIART 2015, un espacio de confluencia para las más variadas expresiones locales y extranjeras, calzados, textiles, muebles, piezas en cera y piel y otras manifestaciones de la artesanía.
Cada sala de Pabexpo fue caracterizada para lograr una armonía y la entrada fue reservada a una exposición de bonsáis, a las obras ganadoras del concurso y una muestra de los maestros de cerámica, curada en el Museo de esa especialidad.
La artesanía, esta manifestación milenaria, tiene en la contemporaneidad un elevado equilibrio entre lo utilitario y lo estético, y la Feria Internacional de Artesanía Fiart se empeña cada año en presentarlo al público cubano en esta buscada expo-venta de fin de año.
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