
CARACAS.- Con la salida del sol también salieron a las calles miles de venezolanos que acudieron temprano a sus centros electorales y en colas ordenadas iniciaron su ejercicio de votación en todo el país, el cual transcurre en un clima general de paz.
La tranquilidad y el orden imperan en las ciudades y poblados de la nación suramericana, y en normalidad avanzan los comicios que determinarán quiénes integrarán la Asamblea Nacional que regirá desde enero de 2016 y hasta 2021, y cual tendencia política la dominará.
En uno de los colegios al centro de la ciudad de Caracas, el amanecer sorprendió a Aliria Álvarez, quien con su niño de 19 días de nacido en sus brazos encabezó la fila preferencial de electores.
Es promotora de salud de la misión Barrio Adentro, y alega que solo con mayoría revolucionaria en el ente legislativo podrá mantenerse esta opción para la asistencia médica del pueblo, con la cooperación solidaria de los doctores cubanos.
“Trabajo con 14 módulos de salud y sé cuánto pueblo se beneficia a diario y de forma gratuita de este servicio profundamente humano, como mismo del resto de las misiones que solo tendrán garantías de continuidad con la victoria de la Revolución.
“Por eso vine tempranito a ejercer mi voto, para defender los derechos ganados de mis hijos y mis nietos, de mi comunidad, del pueblo entero que por décadas sufrió marginación y explotación por parte de los ricos.”
En coexistencia pacífica, sin sufrir amenazas ni abucheos, en las filas también están presentes los que quieren un país de vuelta al pasado, como Selva Argentina o Ana Mercedes Valdés; quienes desconocen cualquier avance social promovido por el chavismo y esgrimen como “signo de fracaso” la carencia generada por una guerra económica artificial de la oligarquía productora.
“Deseo que cada quien piense si este es el país que quiere. Viví la Cuarta República y creo que la alternativa es volver al pasado. Es mejor que estar haciendo colas”, declaró Selva.

A continuación, salen de la mesa, con su dedo manchado, los hermanos Cecilia y Luis Rojas, él de la mano de ella porque es invidente, y la atención que recibe es uno de sus argumentos de participación:
“Vine temprano para seguir apoyando este proceso en el que creo y confío, porque es el único que se ha preocupado por los humildes y nos incluye a todos sin discriminaciones”, señala Luis, para calzar la afirmación de su hermana: “Con nuestro voto seguimos esta lucha de pueblo, para no perder en manos de los poderosos una sola de las conquistas sociales”.
La masiva participación democrática que bajo un clima de tranquilidad se observa en los más de 14 000 centros de votación, es la mejor demostración del debate ciudadano que tiene lugar hoy en el país, y toma en cuenta el criterio –mediante el sufragio- de casi 19,5 millones de venezolanos.












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