Matanzas.—Como un aporte a las Ciencias Sociales en Cuba fue calificado el texto Cepos de la memoria. Impronta de la esclavitud en el imaginario social cubano (Ediciones Matanzas, 2015), volumen de ensayos de la autoría de la escritora e investigadora Zuleica Romay Guerra, presentado este fin de semana en el espacio quincenal Sábado del Libro, Parque de la Rueda.
La profesora y ensayista matancera Alina López Hernández, a cargo de la edición del libro, elogió su contenido y forma expositiva y mencionó además entre las significativas contribuciones sus enfoques multidisciplinarios acerca de las relaciones raciales y las más diversas manifestaciones de discriminación y sus causas.
La autora logra balancear el lenguaje literario con el científico y es dueña de un estilo donde se armonizan lo coloquial y lo problemático con el objetivo de generar un pensamiento crítico y una actitud reflexiva, sostuvo la también antropóloga.
Aseguró que ciertamente el texto puede llegar a ser un poco inquietante, como reconoce Zuleica, lo cual se expresa por revelar con toda crudeza el hecho de que el racismo no desaparece por decreto ni siquiera por políticas igualitarias e inclusivas, sino que se incorpora a la subjetividad. Y ello explica de algún modo las actitudes de las personas en sus relaciones de acuerdo con el color de la piel.
Romay Guerra mereció el Premio Extraordinario sobre la presencia del negro en América Latina y el Caribe, otorgado por Casa de las Américas en el 2012, con el ensayo Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad, publicado por el Fondo Editorial Casa de las Américas.
Zuleica admitió que Cepos de la memoria… es un libro más breve que aquel, con el propósito de volver sobre el mismo tema, de cosas que le faltaban por decir, de insistir en la reflexión y de condensar otras ideas inacabadas. Un tipo de escritura necesaria, dijo, porque todavía en nuestra sociedad existen conductas y manifestaciones de intolerancia resultado de una cultura heredada, discriminatoria.
Según Alina López Hernández ese parece ser el alimento espiritual de este título, diseñado por Johann Enrique Trujillo, el de llamar la atención “sobre el íntimo combate que debemos librar contra nosotros mismos para desembarazarnos, de una vez por todas, de predisposiciones psicológicas y conductas instintivas”.












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Zilda Iokoi dijo:
1
14 de marzo de 2016
12:54:16
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