ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de la cuenta en X de la Cancillería

Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en la presentación del Proyecto de Resolución A/80/L.X, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Nueva York, 29 De Octubre De 2025

 Señora Presidenta:

Expreso profundas condolencias y solidaridad a los gobiernos y pueblos de Jamaica, Haití, República Dominicana, que han sufrido pérdidas de vidas debido al huracán Melissa. También a Panamá, que ha sufrido algunas pérdidas por intensas lluvias y también nuestros mejores deseos a Bahamas y Bermudas.

Hablo en nombre de un pueblo que ahora mismo enfrenta, con escasos recursos, prácticamente sólo con voluntad, unidad y solidaridad, un huracán monstruoso. Como ha dicho anoche el líder de la Revolución cubana, Raúl Castro Ruz, y cito. «...ante este nuevo desafío también saldremos victoriosos».

Hemos escuchado el discurso infame, amenazador, arrogante, mentiroso y cínico del nuevo Representante Permanente de los Estados Unidos, que no se encuentra en la sala. Así lo esperábamos, sabiendo de dónde viene el personaje y de sus turbios vínculos con el Secretario de Estado, las mafias de contratista militares y la claque política de Miami.

Ayer, desde este podio, dijo que se iba a referir a hechos, pero hizo justamente lo contrario. Solo recordaré lo que él parece ignorar a pesar de sus responsabilidades, o peor, lo que quizás desvirtúa con espíritu mendaz: Las leyes y normas de agresión económica de su país contra Cuba no son ambiguas en cuanto a acciones y ambiciones. Declaran abiertamente en ley la meta de restringir las relaciones comerciales, de inversión y crediticias de Cuba con todos los países. Establecen también, en cuerpo de ley, la obligación de los diplomáticos estadounidenses a cumplir con ese mandato en sus contactos con funcionarios de los gobiernos que ustedes representan.

Recomendaría leer, a mis colegas de Estados Unidos el Título I y el Título III de la Ley Helms Burton y el contenido de la Ley Torricelli.

Las acciones hablan por sí solas y me referiré a ellas con claridad. Esta Asamblea podrá determinar por sí misma, como ha hecho durante 33 años, si se está o no ante un bloqueo económico. 

En las últimas semanas ha sido brutal e inédito el despliegue de presiones, intimidación y toxicidad del Departamento de Estado, a escala planetaria, para forzar a los Estados soberanos a cambiar su voto sobre la resolución que adoptaremos hoy. Han empleado todas sus armas y artimañas, en especial la coerción.

Pero la verdad, el Derecho, la razón y la justicia son siempre más poderosos y contundentes.

No puede ocultarse que, en virtud de la política criminal del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, se priva con saña a mi país, en cualquier rincón del mundo, del uso de los sistemas bancarios para realizar cobros y pagos. 

Se le priva de acceso a fuentes de financiamiento corriente; de capital de inversión; de remesas; de tecnología para la industria, la producción de alimentos, la infraestructura, el desarrollo científico y los servicios, incluyendo los más sensibles, como la salud.

El propósito estratégico del bloqueo es provocar un estallido social que derive en el derrocamiento del ordenamiento constitucional que los cubanos hemos decidido libremente en varios referendos. 

El Secretario de Estado es la reencarnación maligna, corrupta y fraudulenta de Mallory, y el Representante Permanente ha venido a convertirse en su vocero. Como se sabe, el impacto de este tipo de agresión no es solo económico. Se aplica por diseño, con fría premeditación respecto a su impacto social y humanitario sobre millones de personas.

En Cuba, por ejemplo, se ha registrado en años recientes, y lo digo con dolor, el deterioro de algunos indicadores de salud que, si bien aún son destacados para un país en desarrollo y comparables con los de países industrializados, son hoy inferiores a los índices que nuestro país fue capaz de alcanzar progresivamente. 

Un ejemplo es la mortalidad infantil que, después de años consecutivos con índices por debajo de 5 por cada mil nacidos, se sitúa en 8,5 en el primer semestre de este año.

Habría que mentir, como ha hecho el Representante Permanente de Estados Unidos, para divorciar ese resultado del impacto que sobre el sostenimiento del sistema de salud tiene el bloqueo económico, como no se pueden separar de él los índices de esperanza de vida, mortalidad materna o disponibilidad de medicamentos altamente subsidiados para la población.

Sólo entre el 1º de marzo de 2024 y el 28 de febrero pasado, el bloqueo causó a Cuba unos 7 mil 556,1 millones de dólares en daños y perjuicios materiales. Es un impacto similar al Producto Interno Bruto nominal de al menos 30 países, de los que están aquí representados según datos del Banco Mundial.

Pero los daños del bloqueo no solo se expresan en números y perjuicios materiales, sino en la vida cotidiana de nuestros compatriotas. Ninguna persona, familia o sector escapa a sus efectos cotidianos y devastadores.

Dailiannis, joven cubana de 29 años con una miocardiopatía hipertrófica, que puede implicar riesgo para su vida, requiere la implantación de un desfibrilador automático al que Cuba no tiene acceso. Dailiannis y tantos otros pacientes cubanos, con similar patología,  se mantienen en espera de este tipo de implante.

El niño Abdiel, de 6 años, necesita una operación de cadera que requiere un injerto óseo. Este tejido se produce en el Banco de Tejidos del Hospital "Frank País", pero el indispensable proceso de liofilización está paralizado por la falta de un sensor. No ha sido posible comprarlo, aun teniendo el dinero para pagarlo, porque las empresas que lo suministran, ante el bloqueo a Cuba, se niegan a venderlo conforme a las prácticas habituales del comercio.

No se trata de daños colaterales. No son casos aislados. Son experiencias cotidianas. Son seres humanos inocentes que sufren.

La creatividad de nuestras instituciones y de los profesionales que en ellas trabajan es extraordinaria y muy meritoria, pero no puede calcularse la angustia que genera a las familias cubanas, ni la tensión que supone al sistema de salud pública, no poder contar con estos medicamentos o insumos médicos cuando se requieren.

Parte esencial del recrudecimiento del bloqueo ha sido, desde 2019, el aumento de la persecución a las operaciones de suministro de combustible, incluyendo a empresas navieras, aseguradoras, bancos y gobiernos, lo que ha provocado a Cuba la reducción de proveedores y el incremento exponencial de los precios.

Los apagones son hoy uno de los impactos más visibles y dolorosos del bloqueo económico en Cuba, con efecto cotidiano sobre las familias, a veces desesperante. Tiene impacto sobre otros sectores, como el abasto de agua, los procesos productivos, los servicios y la economía en su conjunto, todo lo cual pesa sobre la población.

Hace pocos meses, una corporación y un gobierno amistoso de este declararon imposible suministrar una pieza de repuesto y mera asistencia técnica para reparar una termoeléctrica cubana ante la amenaza de sanciones estadounidenses.

Otro sector vital de la economía particularmente perjudicado es el del turismo. Hoy se intimida a ciudadanos de más de 40 países a los que se amenaza con represalias por parte el gobierno estadounidense y la prohibición de acceso al Sistema electrónico de autorización de viajes o visas (ESTA), si en virtud del ejercicio elemental de sus derechos deciden visitar Cuba.

El gobierno de los Estados Unidos no solo priva a sus propios ciudadanos del derecho a viajar a Cuba, sino que se propone y consigue privar, por vía de la coerción, a ciudadanos de otros países que no están bajo su jurisdicción, especialmente ciudadanos europeos.

Una de las medidas que mayor impacto tiene es la injustificable presencia de Cuba en la lista unilateral y arbitraria que publica el gobierno estadounidense de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo. 

Cuba es un país víctima del terrorismo. Así lo hemos demostrado antes en esta Asamblea. Durante años y aún hoy, se organizan y financian contra el país actos terroristas desde territorio de los Estados Unidos. Viven aquí tranquilamente y con absoluta impunidad reconocidos perpetradores de actos horrendos de agresión contra el pueblo cubano, con un saldo de miles de muertes, de mutilados y cuantioso daño material. Entregamos, en 2023, al gobierno estadounidense los nombres y datos de 62 terroristas y de 20 organizaciones terroristas que actúan contra Cuba desde este país y no han hecho nada hasta hoy.

La guerra económica incluye un programa integral de desestabilización, voy a denunciar estas acciones por primera vez, incluye un programa integral de desestabilización organizado, financiado y ejecutado directamente por el gobierno de Estados Unidos, con el empleo de operadores de origen cubano radicados en este y otros países.

Tienen la misión, tienen el encargo es deprimir el nivel de ingresos de la población por la vía de la manipulación especulativa de la tasa de cambio de la moneda, con efecto directo en el crecimiento de los precios, la propagación en redes de mensajes intimidatorios y alarmistas, y la alteración así del comportamiento natural del mercado. El efecto es un daño severo al ingreso de cada cubano y obstáculos adicionales a los programas de estabilización macro económica.

Se incurre para ello en el blanqueo de dinero del presupuesto federal estadounidense empleando fondos asignados por el Congreso de los Estados Unidos y utilizados por el Departamento de Estado, organizaciones no gubernamentales y contratistas que lo canalizan.

Nuestro gobierno cuenta con evidencias irrefutable sobre estas operaciones, con datos, nombres, contactos, comunicaciones y el involucramiento directo del gobierno de Estados Unidos y sus diplomáticos. Se trata de una actividad criminal frente al Derecho Internacional, las leyes cubanas e incluso las leyes estadounidenses.

Estados Unidos ha tratado de vender la idea de que el bloqueo es una justificación del gobierno cubano para esconder sus ineficiencias o los errores de su modelo de desarrollo.

Esta campaña política se sostiene en una operación comunicacional y digital que, mediante la desinformación tóxica, los eufemismos, los silencios selectivos y la saturación coordinada de mensajes, busca instalar la percepción de que el bloqueo no existe o no afecta a la población.

El gobierno de Estados Unidos no solo intenta negar o minimizar el efecto bloqueo, sino que penaliza a quienes documentan sus efectos, recurriendo a campañas de descrédito, a cibertropas pagadas con los fondos de «cambio de régimen» y a la censura algorítmica por parte de las plataformas tecnológicas de su propiedad respecto a los contenidos nacionales cubanos.

Mentiría y mentirá quien niegue que, sin bloqueo, los problemas económicos de Cuba tendrían mejor y más rápida solución.

De hecho, los propios promotores de la política de bloqueo y máxima presión se ufanan de su efecto destructivo y la capacidad para golpear el nivel de vida de todo un pueblo. Revísense las declaraciones del Secretario de Estado de Estados Unidos y de los políticos que han hecho carrera y fortuna con la agresión a Cuba.

Si el gobierno de Estados Unidos tiene alguna mínima preocupación por «ayudar al pueblo cubano» suspenda o haga excepciones humanitarias al bloqueo con motivo de los daños que ocasionará y está ocasionando el huracán Melissa.

Cuba es un país de paz. Nadie en su sano juicio y con un mínimo de honestidad puede alegar que Cuba representa o se proponga representar una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos, una gran potencia, y al bienestar del pueblo estadounidense.

¿Qué país tiene fuerzas militares desplegadas de forma agresiva, extraordinaria e injustificada en el Mar Caribe mientras aquí deliberamos? ¿Cuál es el que amenaza la paz, la seguridad y la estabilidad de la región, y en especial la paz y el derecho a la libre determinación del hermano pueblo venezolano? ¿Cuál es el que ha adoptado la práctica criminal de cometer asesinatos en alta mar o dentro de las aguas jurisdiccionales de otros países a manos de sus fuerzas armadas, como ocurre hoy en el Caribe o en le Pacífico? ¿Cuál tiene a nuestra región llena de bases militares? ¿Quién articula abiertamente planes agresivos de subversión y cambio de régimen contra gobiernos progresistas? ¿Qué gobierno es el cómplice directo, suministrador de armas y financiamiento para el genocidio en Gaza?

Si el gobierno de estadunidense deseara contribuir a la paz en «Nuestra América», retire la amenaza militar y acepte un diálogo civilizado, sin precondiciones ni imposiciones, con Venezuela, con Colombia, con Nicaragua, con Cuba y con todos con los que tenga diferencias y, colectivamente, con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.       

El bloqueo es una política de castigo colectivo. Califica como un acto de genocidio. Viola de manera flagrante, masiva y sistemática los derechos humanos de los cubanos. No distingue entre sectores sociales o actores económicos.

Agradezco profundamente a quienes en este debate y en el segmento de alto nivel del 80 período de sesiones de la Asamblea General alzaron su voz para pedir el fin del bloqueo y la salida de nuestro país de la infame lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

Agradezco también a las agrupaciones regionales y de concertación que, a lo largo del año, han realizado sólidas declaraciones al respecto; a las numerosas organizaciones y movimientos de solidaridad con Cuba alrededor del mundo; a los estadounidenses que abogan por una relación basada en el respeto y la igualdad soberana entre ambos países.

Reconozco las expresiones de cubanos en Estados Unidos y en todas partes del mundo que, con sus pronunciamientos y sus acciones solidarias y patrióticas, se oponen y luchan contra el bloqueo. 

Cuba no se rendirá.

Persistiremos en denunciar la infamia y el atropello. Ejerceremos con determinación el derecho a decidir nuestro destino.  Continuaremos el empeño de superar nuestras dificultades actuales y asegurar la sostenibilidad económica del país, aun con la continuación o incluso el ulterior fortalecimiento del bloqueo.

Con José Martí nuestro pueblo reafirma hoy que «…antes que cejar en el empeño de hacer próspera y libre a la Patria, primero se unirá el mar del sur al mar del norte y nacerá una serpiente de un huevo de águila».

Y de Antonio Maceo: «quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.

Y con Fidel Castro Ruz, exclamamos otra vez: Patria o Muerte, Venceremos.

Señora Presidenta:

En nombre del noble y solidario pueblo cubano, que lleva décadas escribiendo una admirable hazaña de patriotismo, justicia, resistencia, creación y sacrificio, solicito respetuosamente a los Estados Miembros votar a favor del proyecto A/80/L.6, titulado “Necesidad de Poner Fin al Bloqueo Económico, Comercial y Financiero Impuesto por los Estados Unidos de América Contra Cuba”.

Será, distinguidos Embajadores, Señores delegados,  un acto de justicia a favor de un pueblo de paz que hoy se enfrenta, como al bloqueo, a otro huracán monstruoso.

Muchas gracias.

(Transcripción de Cubaminrex)

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