Desde el 2011 los jóvenes Alejandro Pablo García (La Habana, 1987) y Antonio Álvarez Zayas (La Habana, 1990) se pusieron de acuerdo para pintar obras en común. Para ello adoptaron un seudónimo: Serones. La primera exposición personal del dúo, Hospederos, llama la atención de quienes asisten por estos días a la nueva sede de la galería La Acacia (calle 18, no. 512, municipio de Playa, La Habana), uno de los espacios de Génesis Galerías de Arte.
Prevista su exhibición a lo largo de septiembre, la muestra revela la fértil imaginación de dos pintores que se proponen reinventar el paisajismo a partir de una rigurosa experimentación temática y formal.
En un país donde la tradición en ese género pictórico es tan larga que se remonta a los ejercicios académicos del siglo XIX, parecería una herejía tomar un rumbo diferente.
Pero no hay que olvidar que Paolo y Tony son hijos de su tiempo, una época en la que asistimos a procesos tan fascinantes como el descubrimiento de las superficies de los satélites y los planetas del sistema solar, y tan traumáticos como la degradación ambiental.
Tampoco debemos obviar la huella de la información visual que reciben, caracterizada por las intervenciones de los efectos especiales de última generación y la evolución acelerada de una expansión del diseño gráfico que tiende a lo espectacular, donde también incursionan con buenos resultados estos creadores.
Lo más relevante en la propuesta de Serones radica en la coherencia y consistencia con que defienden una línea estética en la cual la propuesta temática implica un despliegue muy definido de determinados y para nada azarosos recursos expresivos.
El límite entre la prospección paisajística —más imaginada que real— y la abstracción —más real que imaginada— se convierte en una clave para descifrar el conjunto y cada obra en particular.
Destaca el tratamiento de las texturas —fondos irregulares y abultados, que sugieren relieves pétreos— y la contención de la gama cromática, que se ciñe a las tonalidades grises y doradas, como para dar una sensación metálica que nunca llega a ser estridente.
Tiene razón el curador de la muestra, David Mateo, cuando afirma: “Lo curioso es que, a pesar de resultar extraños, por momentos surreales, los paisajes realizados por los Serones no comulgan con lo exótico o seductor de otras propuestas. Como se sabe, esa condición implicaría la precipitación de un nivel de impacto, de choque perceptual, que los espacios ideados por estos dos artistas no pretenden generar”.
Esta divisa se presenta como el boleto más seguro de Serones para sus futuras incursiones. Depende de ellos hacerlo valer. Por ahora el público los aprueba y disfruta.












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Juan Aguilera Carbonell dijo:
1
10 de septiembre de 2015
23:56:17
Conchita dijo:
2
11 de septiembre de 2015
13:43:55
ASP dijo:
3
15 de septiembre de 2015
10:22:01
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