Tenemos que retroceder en el tiempo para encontrar algunas respuestas. Tenemos que recordar los años en que Alexander Abreu formaba parte de las bandas de Isaac Delgado y Paulo FG y destacaba por su continuo interés en sacarle brillo a sus cualidades interpretativas durante el tiempo libre que le permitía la apretada agenda de conciertos. Tenemos, además, que realizar una parada en aquellos tiempos para comenzar a explicarnos un poco el nacimiento de una estrella de la música cubana. El nacimiento de un nuevo coloso hace 39 años bajo el nombre de Alexander Abreu Manresa.
Como intentamos dejar claro, Alexander Abreu está curtido en las grandes ligas, una condición afianzada además por su trabajo con Irakere. Todo este caudal dio forma a la carrera de este trompetista, cantante y compositor que no tuvo más remedio que armar su propia banda para dar rienda suelta a todas las inquietudes creativas que lo movían por dentro. Así surgió Havana D´Primera, una alineación que viene pisando fuerte con un repertorio que reivindica la vigencia de la música popular y como esos buenos cronistas con que ha contado la timba y la salsa en el continente, aprovecha para poner sobre la mesa algunos asuntos que han prendido los debates más caldeados en las esquinas.
Havana D´Primera nació con una honda compresión de la timba y la música popular y ha proyectado su arsenal sonoro, definido por la interpretación de la salsa y la timba como un sentimiento estilizado y elegante en tres discos: Haciendo historia, Pasaporte y su más reciente La vuelta al mundo (Colibrí), que presentó con un sonado concierto en el teatro Nacional.
La piedra angular de la presentación de este fonograma es el sentido de renovación de la música popular con un sonido que si bien está anclado en la contemporaneidad más raigal, retoma el legado musical de la Isla y lo trae al presente como un hondo sentido de homenaje; todo eso defendido por una orquesta que suena precisa, redonda, ajustada.
El autor de Resumen de los 90 abrió con Soy Cuba, un tema que apuesta a poner por delante el significado que cada cual, en cualquier parte del mundo, le otorgue al hecho de ser cubano. El tema que se ha irradiado bastante en los medios —algo que no ha ocurrido por igual con El paso de la bailarina, cuyo video clip fue bajado incluso de los premios Lucas por inverosímiles incomprensiones en cuanto a su letra— encaja en la historia musical como un llamado a sentirse cubano por encima de todo, y a brindarle una mano a nuestros coterráneos hasta en las situaciones más difíciles de la cotidianidad.
Este coloso que canta a pleno pulmón invitó al escenario a Isaac Delgado y Paulo FG para hacer honor a los años compartidos con estos dos nombres cimeros de la timba y la salsa cubana que, como se dijo, marcaron una etapa muy importante en su carrera. Carlos Varela también respondió a la invitación y se robó las palmas con esas canciones llenas de símbolos y alegorías.
Obviamente era de esperar que el cantante Luis Enrique fuera uno de los que se robara la noche. El nicaragüense interpretó canciones como Yo no sé mañana, con la cual afianza ese estilo que muchos llamaron salsa romántica y no es más que canciones bien pensadas que lo mismo sirven para sentarse a escuchar que para poner en libertad las caderas.
Para muchos fue la gran sorpresa de la jornada, pero conociendo la estancia de Olga Tañón en Cuba, se podía esperar que la cantante boricua se dejara ver por el teatro, sobre todo por su capacidad para divisar las orquestas más poderosas de la música popular. En cualquier caso, la cantante, que al principio se encontraba más o menos camuflada entre el público, subió al escenario y regaló a capella el tema Basta ya, del mexicano Marco Antonio Solís. Su interpretación fue una inobjetable prueba de poderío vocal, de dominio escénico y de facilidad para comunicarse con los espectadores.
En el concierto Alexander repasó un generoso repertorio que incluyó El palo más duro, defendido junto al grupo Osaín del Monte, El Juego de la Vida y Dime por qué, tres de los temas de largo aliento de La vuelta al mundo, un disco que da prueba de ese punto perfecto de madurez alcanzado por este talentoso trompetista, compositor, cantante y líder de una orquesta cuyo peso histórico en la música cubana está por comprenderse aún. Pero mientras tanto Alexander Abreu promete darle la vuelta al mundo tocando salsa, así que vayan preparando los escenarios que esta orquesta ya puso su maquinaria en acción para salir con todo a la conquista.
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Sergio D. Hdez Lima. dijo:
1
15 de julio de 2015
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Roberto Socarràs dijo:
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lulu_431 dijo:
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Liudmila Respondió:
7 de octubre de 2020
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damian dijo:
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lidia hernandez martinez dijo:
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Patricia Gudin dijo:
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21 de julio de 2015
15:52:53
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