Matanzas.—El miedo y el exceso de emociones no son aliados del buen periodismo, subrayó aquí la escritora y periodista cubana Marta Rojas, quien ganara temprana notoriedad en su gremio por haber recogido los sucesos del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, los cuales fueron publicados después del triunfo de la Revolución.
En breve charla con jóvenes periodistas de esta provincia y estudiantes de esa especialidad, Rojas, Premio Nacional de Periodismo José Martí, sostuvo que aun cuando es consentido un poco de entusiasmo para contar cualquier historia o escribir una simple nota, la cualidad más importante en el reportero es ser un observador atento y no olvidar que nada enriquece más la información que la escasez de adjetivos.
Recomendó además la laboriosa búsqueda para ejercitar la memoria y aprovechar el tiempo y todas las oportunidades para ensanchar el conocimiento.
Rojas asistió a la defensa de la tesis de la joven Claudia Díaz Pérez, estudiante de la universidad matancera Camilo Cienfuegos —que resultó alumna integral— una investigación que ahonda en la vasta carrera profesional de la también autora de varias novelas, con el objetivo de contribuir a una mayor valoración pública de su obra periodística.
La exploración de Claudia desentraña que en la adolescencia Marta Rojas “escribió” su primera novela (El dulce enigma), donde narraba según le pedían sus amiguitos, una historia de amor adolescente, y que su primer trabajo periodístico apareció publicado en el diario matancero El Imparcial.
En la tesis, honrada con la más alta calificación, trasciende el esplendor profesional y ético de esa mujer profundamente patriota y pone al alcance de la vista de las más nuevas generaciones una información que permite entender mejor los enigmas del periodismo.
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