
Dos excelentes películas de estrenos en los cines, la argentina Relatos salvajes, y la española Magical Girl.
La cinta de Damián Szifrón fue la gran triunfadora del último Festival del Nuevo Cine, después de haber arrasado con los principales premios internacionales y de convertirse en el título más visto en la larga historia del cine argentino.
Como toda película compuesta por varios relatos, el tiempo es un buen medidor para seleccionar lo mejor, o más impactante. Vista entonces en diciembre pasado, hay tres historias que se imponen rápidamente en la memoria: la disputa entre los dos choferes, con un final tan macabro como hilarante; la que interpreta Ricardo Darín, a partir de un hombre que va a reclamar a las autoridades porque le retiraron el carro de la vía pública y poco a poco va perdiendo los estribos, y la última, y quizá la de mayor contundencia (gustos son gustos) porque encierra los estados anímicos más cambiantes y surrealistas que puedan concebirse; hablo de la boda pantagruélica y cruel magistralmente filmada y con el extraño don de convertir una cadena de absurdos en digerible realidad.
Preferencias del espectador que no les restan fuerza en lo absoluto a un filme de alta calidad técnica, concebido como un todo (el guion también es de Szifrón) y que gradualmente se va complementando, porque sus seis historias están marcadas por un mismo propósito: hablar del estallido emotivo del que puede ser víctima cualquier ser humano ante las injusticias y falta de sentido común dominantes en este mundo.
La virtud del director radica en conjugar el humor negro, la tragedia y el horror en un juego de naipes en el cual el As de triunfo sería la venganza explosiva a prueba de sedantes.
Divertida y reflexiva y, lo principal, la violencia como catarsis de dimensiones dramáticas que nada tienen que ver con el abaratado cine de crímenes y fogosidades a que estamos sometidos.
MAGICAL GIRL
Ganadora en el Festival de San Sebastián y considerada por buena parte de la crítica española como la mejor cinta del año 2014 (junto al thriller policiaco La isla mínima) Magical Girl es la segunda película de Carlos Vermut, un director de quien ha comenzado a escribirse con letras mayúsculas, por cuanto es portador de un universo visual que, aunque con influencias, como es lógico, tiene características muy propias.
Andando sobre los rieles del thriller, el filme nos cuenta de un hombre en el paro que vive solo con una hija enferma de leucemia. Un día descubre él que lo que más ansía la niña es tener un vestido de Magical Girl Yukiko, prenda proveniente de un personaje de los comics japoneses. Sabe que la niña no vivirá mucho y con los bolsillos pelados tendrá que “inventarla” para apresurarse en procurarle el caro vestido.
Magical Girl se nos convertirá en una película magnética y algo más que misteriosa en lo que gradualmente va revelando con elegancia y no pocos matices al tratar temas como el deseo, la obsesión, la violencia y el chantaje, porque además de los personajes iniciales de la niña y el padre, aparecerán otros dos fundamentales: una bella mujer con un cierto descontrol mental y un pasado turbio entre sábanas y un hombre ya mayor, interpretado por un encomiable José Sacristán.
Si se marcaran influencias dentro del estilo hermético del filme, pudiera hablarse de Buñuel, Almodóvar, David Lynch y Tarantino, sin olvidar el neo noir francés con sus mujeres fatales moviéndose en escenarios sórdidos. Pero lo que hace diferente a Magical Girl es su aliento de pesadilla tejiendo una oscura e intrigante ficción moral.
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raiquel dijo:
1
29 de junio de 2015
09:06:16
FELIX M. FARIAS dijo:
2
29 de junio de 2015
11:54:38
F@B@T dijo:
3
29 de junio de 2015
15:25:52
vivian dijo:
4
29 de junio de 2015
23:51:19
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