Los días de la danza en abril son intensos en La Habana. Las temporadas, los estrenos, los festivales se suceden, no solo en los teatros, sino en calles y parques. Un frenesí que deja a bailarines y público satisfechos.
Abril termina para esta manifestación artística con el Día Internacional de la Danza establecido por la Unesco en 1982 para celebrar el natalicio de Jean-Georges Noverre (29 de abril de 1727, París, -19 de noviembre de 1810, Saint-Germain-en-Laye, Francia), innovador y estudioso de este arte, maestro y creador del ballet moderno.
LasCartas sobre la danza y los balletsescritas por Noverre, son un autentico manifiesto coreográfico, en las que, sin despreciar totalmente los preceptos académicos, propugna la danza como espectáculo independiente y que se basta a si mismo.
Cada año una personalidad de la danza mundial hace la alocución. En 2000 la suscribió, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y para este 2015 fue convocado el español Israel Galván, quien desde ya hace veinte años destaca en la vanguardia del flamenco contemporáneo.
“Veo a la gente moviéndose al andar por la calle, al pedir un taxi, al moverse con sus diferentes formas, estilos y deformidades. ¡Todos están bailando! ¡No lo saben pero todos están bailando!”, escribió el bailaor.
Para esta fecha, en Cuba se entrega el Premio Nacional de Danza, que este año fue para María Elena Llorente, quien fuera excepcional primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba y hoy una de sus maitres.
“... los grandes bailarines no son geniales por su técnica, son geniales por su pasión”, escribió en una ocasión la coreógrafa y bailarina estadounidense Martha Graham, y es una afirmación que se corresponde con la larga e intensa carrera de la Llorente.
Alguna fechas nos acercan a su trayectoria: 1950: Ingresa a los cuatro años en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana; 1954: Pasa a la Academia Alicia Alonso; 1962: Integra el Ballet Nacional de Cuba; 1973: Realiza los estrenos mundiales de dos obras de gran trascendencia, Tarde en la siestay El río y el bosque, ambas de Alberto Méndez; 1976. La ascienden a primera bailarina.
Al celebrar 50 años de vida escénica me confesó en una entrevista exclusiva: “Yo siempre trabajé para ir mejorando, nunca me puse la meta de ser primera bailarina. Cuando me dan la categoría ya había hecho muchos roles, me faltaban Giselle y El Lago de los Cisnes. Cuando te dicen primera bailarina uno siente un peso, es la categoría máxima. Implica más responsabilidad”.
Al preguntarle acerca de los roles que más la retaron, respondió: “Para mi todos, porque cada uno tiene su encanto. Unos porque son difíciles técnicamente, otros como Giselle que tenemos un patrón muy fuerte. Cuando El río y el bosque todos decían que como yo tan blanca, tan rubia, con ojos verdes iba a ser Oshun. Existen maneras, no solo de maquillaje, sino forma de baile que transmite eso. Todos me ven como una bailarina clásica, quizás por la fragilidad, por mi físico, pero he podido hacer cosas de mucha fuerza, de dramatismo, y eso se logra sintiendo lo que haces, que salga de adentro”.
El 2002 no fue una fecha de festejos, pues decide retirarse. “Después de la última función seguí entrenando, dando mis clases, y poco a poco me fui involucrando mas como maitre. Todavía me siento bailarina, no puedo estar sin moverme, a veces los muchachos en los ensayos me dicen, maestra como va a hacer eso. Uno necesita el movimiento”.
Y ¿cómo definiría la carrera de una bailarina? “Tiene disciplina, pasión, lo fundamental es estar enamorado de tu carrera. No hacer las cosas para ganar aplausos, sino hacerlas y sentir que estás dando todo lo que tienes”.
La entrega del Premio, el mismo 29 de abril, fue en elTeatro Mella, donde la temporada Los días de la danza mostró una vez más la diversidad de propuestas que caracteriza a la isla.
Con un espectáculo diferente cada noche, participaron más de treinta compañía, entre ellas Habana Compás Dance, Ecos, Narciso Medina, Ballet Español de Cuba, y el Ballet del Centro Prodanza, que dirige la maitre Laura Alonso.
Fue el cierre, pero abril había comenzado con dos estrenos, Punto ciego, de la Premio Nacional de Danza Rosario Cárdenas, y Transire. Sin ganas de mirar atrás, creación de Norge Cedeño para Danza Contemporánea de Cuba.
Inmediatamente un atractivo evento, la 20ma. edición del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja Ciudad en Movimiento (15 -19), a la que se sumaron las 4tas Jornadas de Intercambio Cultural con Artistas Escandinavos Tránsitos-Habana, el Festival Internacional de Videodanza DVDanza Habana y La Huella de España.
Habana Vieja Ciudad en movimiento es un festival que tiene como anfitriona a la compañía Danza Teatro Retazos, dirigida por Isabel Bustos, Premio Nacional de Danza.
La cita abrió con Crisálida, coreografía de Miguel Azcue, una pieza coproducida con la compañía Memory Wax, de Suecia y continuó en parques, calles y casas culturales con obras de las agrupaciones invitadas de México, Colombia, Noruega, Argentina, Alemania, Suecia, Puerto Rico y, por primera vez, Estados Unidos.
La zona colonial de La Habana acogió, sin contradicciones epocales, a DVDanza, dedicado a la llamada videodanza, con la proyección en la sede de Retazos, en el Cinematógrafo Lumière, y por primera vez en un espacio público como la Plaza Vieja, de unos 40 títulos de 20 países con amplia representación de Argentina, Brasil, Colombia.
También el futuro se incluyó en estos días danzarios abrileños. Maestros y estudiantes de México, Colombia, Brasil, Venezuela, Francia, Panamá, Argentina, Costa Rica, Estados Unidos, Bolivia, Italia, Ecuador, Brasil y El Salvador asistieron al XXI Encuentro Internacional de Academias para la enseñanza del ballet.
Organizado por la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, su directora general Ramona de Saá, dedicó el evento al maestro Fernando Alonso, en el centenario de su natalicio.
Se insertó plenamente en esta celebración danzaria el Festival La Huella de España (12 -19) un proyecto cultural de Alicia Alonso, Directora General del Ballet Nacional de Cuba.
Para La Huella…tres obras del amplio repertorio coreográfico de la propia Alonso subieron a escena: Serenata Goyesca, música de Joaquín Rodrigo; Diálogo a 4, inspirada en la música de Ignacio Cervantes e Impromptu Lecuona con música del gran pianista y compositor cubano.
Completaron el programa de la Gala de clausura, Tarde en la siesta, de Alberto Méndez (música de Lecuona) y el pas de deux del III acto de Don Quijote con coreografía de la Alonso. Ambas piezas de referencia para la hoy Premio Nacional de Danza 2015 María Elena Llorente, pues estrenó la primera y, junto a la también ex primera bailarina del BNC Marta García, tuvo la dirección artística-coreográfica de la versión cubana de la segunda.
La danza, en su más amplia acepción, es en Cuba una devoción, y se comparte el criterio del gran bailarín argentino JorgeDonncuando dijo: “Entrar en la danza es como entrar en la Religión, pronunciar los votos es comprometer cada minuto de la vida futura.”
Es una certeza, en la isla abril es el mes por excelencia de la danza, contradiciendo así a aquel poeta que lo consideraba el mas cruel…
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ROXANA ARMENTA dijo:
1
2 de febrero de 2017
23:19:20
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