
El director cubano Alejandro Gil defendió, a capa y espada, que su nuevo filme, La emboscada, tiene “una plataforma visual bélica, pero es una película de relaciones humanas, donde cuatro hombres se encuentran en una situación límite”.
Luego de una proyección especial para la crítica en la sala Chaplin, Gil, junto a actores de la cinta, ofreció una rueda de prensa en la que reiteró: “La guerra es sólo el pretexto para presentar las diferentes posiciones y actitudes a las cuales llegan esos hombres durante momentos de gran tensión”.
A la consideración de algunos de abordar una guerra que se alude, pero sin precisar donde ni cuando, pero de hecho ya lejana, el realizador explicó que llevaba seis años sin poderla producir, pero ve algo positivo y es que el guión crecía a medida que crecía como profesional y redondeaba la idea original.
“Claro que nos sumergimos en un drama profundo con el trasfondo de la guerra, porque ahí la frontera entre la vida y la muerte es mas frágil. Cambian las perspectivas, los hombres se enfrentan a sus errores y defienden sus historias de vida”.
Con respecto al guión — firmado porErnesto Daranas, director de las exitosas cintas Los dioses rotos y Conducta,y Ania Molina—se aprecia la búsqueda deun balance entre el momento de la guerra y la retrospectiva de la vida de los personajes.

El director se enfrentó a varios retos, entre ellos atres tiempos dramáticos: el momento bélico de la emboscada en sí, los sobrevivientes agazapados ante un enemigo que nunca se ve, y flash back a las vidas personales de esos hombres.
Patricio Wood, actor que encarna a uno de los sobrevivientes de mayor edad (pues el director en su afán de abordar varios temas se adentra también en el generacional) consideró que es una película verdadera y demanda un trabajo fuerte. “Desde la primera toma se deja de ser una tropa, estamos desmembrados, solos, esa es la historia horizontal para el actor, y la vertical, el peso de la vida de cada personaje que no tiene que ver con la guerra”.

El largometraje cuenta además con las actuaciones de Tomás Cao, Caleb Casas y Armando M. Gómez en los roles protagónicos, junto a un elenco integrado por Néstor Jiménez, María Teresa Pina, Ariadna Núñez, Amelia Reyes y Leonardo Benítez,hasta un total de 14.
Resultó interesante conocer que las locaciones principales se encuentran en La Habana, una cantera abandonada próxima a la playa Guanabo y el Jardín Botánico. “El 90 por ciento de la película está filmada en exteriores”, una excelente entrega visual debida a Rafael Solís, director de fotografía.
Ya en el terreno de la técnica, Alejandro Gil explicó que fue muy laborioso el trabajo de post producción de sonido, “pues fue totalmente reconstruido y el 90 por ciento doblada”.
El filme— producido por el ICAIC y filmado en Digital HD— cuenta con música original de Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán; diseño de maquillaje de Magda Alvarez; edición de Fermín Domínguez, y producción general de Rubén Carreño.
Gil defendió que La emboscada no es un cinta bélica, no muestra al enemigo, ni su rostro, ni su procedencia, pero el escenario, para los cubanos, no es otro que Angola, tal vez demasiado elíptico para el público de otros países.
Procedente de los Estudios Fílmicos de las FAR, la guerra no es tema lejano para Gil, quien además inició su vida en el audiovisual en 1984 como asistente de dirección, en la serie Algo más que soñar, de Eduardo Moya.
Esa serie de nueve capítulos, que narra la historia de cuatro jóvenes que ingresan a las Fuerzas Armadas Revolucionarias durante la guerra en Angola precisamente, marcó una época en Cuba. Sus actores son hoy grandes figuras del cine nacional: Patricio Wood, Luis A.García, Isabel Santos, Beatriz Valdés y Rolando Brito.
En 2006 Gil filmó su primer largometraje de ficción, La pared, en el cual también aborda conflictos existenciales del hombre. El elenco lo encabezan Héctor Noas, Aramís Delgado, Amarilys Núñez, Isabel Santos y Eslinda Núñez.
¿Diferencias con La emboscada? “Para mi La Pared es una película de autor, muy metafórica; creaba una realidad distinta, y se sumergía justamente en los conflictos existenciales del hombre de este momento, de los valores devaluados, las posiciones egoístas de las personas que te rodean. La Emboscada es una película mucho más objetiva, con un nivel de diálogo más concreto, para un público más amplio. Va a tener un receptor más identificado con su exposición visual y narrativa”.
Hace cuatro años presentó el teleplay de ficción Extravíos. Con 86 minutos de duración, centra su trama en la frustración de un escritor (protagonizado por Néstor Jiménez) que se debate ante el dilema de pervivir en el sueño de una obra auténtica, sin concesiones a la banalidad o el comercialismo o sucumbir a las leyes del mercado y la dura vida que sobrelleva con suma tensión y desgarramiento.
Este dramatizado, con guión de Amilcar Salatti sobre un cuento de Rafael Acosta, tiene en sus roles principales a Miriel Cejas, Laura de la Uz, Tomás Cao, Fernando Echevarria, Roque Moreno y Natalia Herrera.
Sea con trasfondo de guerra, en la soledad de un sótano, o un estudio de escritor, Alejandro Gil busca llevar al límite a sus protagonistas y hacer caer al espectador en múltiples emboscadas para enfrentarlo a las distintas realidades de sus personajes, sin escatimar emociones. Seguro por eso aceptó sin ambages que su más reciente entrega, La emboscada, es un melodrama.
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