ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El director de teatro Carlos Díaz. Foto: Radio Reloj

A Carlos Díaz, uno de los directores más reconocidos e inquietantes de la escena nacional, le fue conferido en la mañana de ayer el Premio Nacional de Teatro 2015.

El jurado, presidido por la actriz Verónica Lynn, explicó en conferencia de prensa que de los cinco nominados para el lauro (Xiomara Pala­cios, Carlos Repilado, Fátima Patter­son y Dagoberto Gaínza) escogió al director y fundador de la compañía de teatro El Público “por ser un referente en las tablas del país y un incansable hombre de teatro”.

“Es un teatrista integral, toda una institución, además tiene la capacidad de aglutinar en cada propuesta a varias generaciones”, dijo Lynn, quien además manifestó que la decisión fue difícil.

Escoger un solo premiado entre estas cinco personalidades fue un trabajo riguroso por la extensa obra de cada uno, expresó René Fer­nández, miembro del jurado junto a Carlos Pérez Peña, Juan Piñeira y Osvaldo Doimeadiós, pero fuimos bastante justos y tuvimos unidad en la decisión.

Natural de Bejucal y con casi 60 años de edad, Díaz es además profesor de dirección y actuación del Instituto Superior de Arte, asesor dramático y diseñador de vestuario y escenografía.

A finales de la década del 80 debutó como director con el estreno de su trilogía Teatro Nortea­me­ricano en la sala Covarrubias, del teatro Nacional. Anteriormente ha­bía formado parte del Ballet Teatro de La Habana y del Teatro Irrumpe, de Roberto Blanco.

En 1992 fundó Teatro El Público y, desde ese entonces a la fecha, numerosas han sido sus puestas en escena que han marcado pauta tan­to dentro como fuera de Cuba.

Montajes de altos quilates como Niñita querida, de Virgilio Piñera; Calígula, de Albert Camus; y otros de gran convocatoria como La Ce­les­tina, de Fernando de Rojas; Jo­sefina la viajera, de Abilio Es­tévez, el monólogo Ay mi amor; Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de Fassbinder, entre otros, constituyen espectáculos que no solo han legitimado a la compañía, sino que han delineado la poética transgresora ligada a disímiles tópicos de la vida cotidiana, comprometida con la realidad cubana, ambiciosa y madura por la que siempre ha apostado Carlos Díaz.

Osado y controvertido para unos, espectacular y desmesurado para otros, el trabajo que este director ha formulado en cada una de sus producciones ha mantenido, a lo largo de décadas, un espacio privilegiado para la confrontación de lenguajes y opciones artísticas.

Siempre en busca de una mejor comunicación con el público, de perfeccionamiento con el equilibrio que persigue la belleza, el instinto teatral de Díaz, su pasión por romper los convencionalismos, la me­ticulosa preparación del escenario y la utilización de las técnicas siempre subordinadas al impulso de la creación, hacen de él uno de nuestros directores contemporáneos más virtuosos y talentosos.

El Premio Nacional de Teatro, distinción que otorga cada año el Con­sejo Nacional de las Artes Escénicas, será entregado el próximo 22 de enero, Día del Teatro Cubano, fecha en la que todos los amantes de este arte celebrarán junto a Carlos Díaz (quien actualmente está en Ginebra), en una gala que estará dirigida por el actor Osvaldo Doimeadiós.

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