Pecado y arrepentimiento sostienen el conflicto de El cordero, ópera prima del chileno Juan Francisco Olea, historia que desde el retrato de lo que suele denominarse “un hombre común” trata se representar —según palabras del propio realizador— “un fragmento de la sociedad chilena a finales de los 90, muy conservadora y católica tras la dictadura”.
El protagonista (excelente Daniel Muñoz) es un beato que vive feliz con su familia hasta que un día, tras cometer un homicidio por accidente y confesarse con el sacerdote de la localidad, comprende que el sentimiento de culpa no le llega. ¡Horror! Comienza entonces para él una búsqueda desesperada de la redención a cualquier precio, así tenga que delinquir y hasta matar con tal de recuperar la moralidad perdida.
Amparado en un tono dramático próximo al humor negro, Olea abre un abanico de insinuaciones que van más allá del conflicto de su beato y abarca como reflexión filosófica la ancestral problemática de la culpa y la absolución, ese estado de conciencia religiosa —afín al grupo social que retrata— mediante el cual el arrepentimiento puede servir de máscara a una honradez inexistente.
Buen debut en el cine el de esta película, que ha debido batallar de manera independiente para poder realizarse.

Playa del Futuro es una coproducción entre Brasil y Alemania que nos trae de vuelta a Karim Aïnouz, el mismo de la exitosa Madame Satá. En esta ocasión el director experimenta con el tiempo narrativo para traernos una historia de amores y desencuentros entre un salvavidas, que trabaja en una tormentosa playa, y un turista alemán a quien le salva la vida. Recurrente punto de partida al que Aïnouz reviste de un estilo en el que sus constantes elipsis parecen dejar fuera precisamente lo más importante del relato.
Bella fotografía, atmósferas poéticas recreadas tanto en Brasil como en Alemania y unas intenciones de hablarnos del dolor del de-sarraigo —así sea por amor—, pero en sentido general un filme de guion impreciso, injustificadamente alargado y signado por unas reflexiones sentimentales en primera persona que contrastan con unos aires fluctuantes entre Antonioni y Pasolini.
El no querer “explicar demasiado”, (para que el espectador ponga de su parte, pues contarlo todo resulta muy aburrido), junto con la falta de enganche dramático en el drama amoroso entre dos hombres, dejan a la cinta por debajo de lo que pudo haber sido.

Mapa de las estrellas es uno de los filmes que se presentarán en la muestra internacional del 36 Festival del Nuevo Cine y que el espectador no debe perderse. Primera vez que el canadiense David Cronenberg filma en Estados Unidos para contar una dura historia ambientada en el Hollywood de nuestros días. Estrellas y familiares saliendo a flote mediante una mordacidad sin tapujo, ya clásica en este realizador especializado en mostrarnos el lado oscuro de la vida.
Personajes tan repulsivos como fascinantes, entre los que destaca Julianne Moore en el papel de una ambiciosa bruja de los nuevos tiempos. Un paraíso aparente el Hollywood de Cronenberg, donde las mentes se alimentan solo de egoísmo, y el sexo y el amor no clasifican en lo que suele denominarse relaciones sentimentales.












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burgos dijo:
1
9 de diciembre de 2014
11:08:03
David dijo:
2
9 de diciembre de 2014
13:17:01
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