Nueve documentales conforman el programa de presentaciones en Cuba del proyecto Marcas de la Memoria que ocupa desde este viernes espacios en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Pabellón Cuba y el Multicine Infanta para mostrar las huellas de la dictadura militar implantada medio siglo atrás en el inmenso país sudamericano.
Poco antes de que tuviera lugar el primer acto de la jornada en la sala teatro del MNBA —un concierto compartido por los músicos brasileños Jorge Mautner y Bem Gil—, los realizadores de varios de los materiales fílmicos compartieron con la prensa su voluntad por traer esas películas.
“En los momentos más difíciles Cuba nos acogió y ayudó a sobrellevar el trauma de aquellos años”, declaró Diego Souza, productor y coordinador de la muestra, él mismo exiliado en La Habana con su familia cuando apenas contaba con tres años de edad.
“Es necesario contar las historias registradas en estos documentales —precisó—. Ustedes deben saber que tras el reciente triunfo de la presidenta Dilma Rousseff hubo entre los sectores derrotados quienes dejan entrever el deseo de que regresaran los militares. El cine puede contribuir a recordar qué fue la dictadura y por qué no debe volver”.
“El cine brasileño siempre tuvo una vocación de resistencia que comenzó mucho antes de que surgieran filmes como los que traemos a La Habana”, comentó el experimentado Silvio Tender, quien evocó los tiempos en que el ICAIC colaboró con cineastas anatemizados por la dictadura, como el inolvidable Glauber Rocha, y el papel del organismo y su fundador Alfredo Guevara en la forja del Nuevo Cine Latinoamericano.
Militares de la democracia, de Tender, abrirá el ciclo en el Multicine Infanta este domingo a las 5:00 p.m, mientras que otra de sus películas, Abogados contra la dictadura, se proyectará el viernes 28 a las 8:00 p.m.
El ciclo, programado hasta el sábado 29, comprende, además, Yo recuerdo, de Luiz Fernando Lobo; 500: los bebés secuestrados por la dictadura, de Alexandre Valenti; Dos historias y Nuestras historias, de Ángela Zoé; Los 70, de Emilia Silveira; El día que duró 21 años, de Camilo Tavares; y Repare bien, de la portuguesa María de Medeiros en colaboración con Ana Petta.
La testimoniante de esta última película, Denise Crispim, viajó a Cuba para acompañar la proyección. Ella fue la compañera del militante Eduardo Leite, Bacurí, torturado y asesinado por el régimen militar, y vivió en carne propia una cruel historia de persecución política.
También llegó a La Habana Marilia Guimaraes, coordinadora del capítulo brasileño de la red En Defensa de la Humanidad. Marilia luchó contra la dictadura y ante el acoso y la prisión se vio conminada a exilarse en La Habana.
El proyecto Marcas de la Memoria, que incluye publicaciones que serán donadas a instituciones culturales cubanas, es promovido por el Ministerio de Justicia de Brasil y la Comisión de Amnistía creada por esa instancia con el objetivo de recuperar la memoria y la dignidad de los asesinados, desaparecidos, torturados y vilipendiados por el régimen instaurado el 1ro. de abril de 1964 y que se extendió hasta el 15 de marzo de 1985.












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