El noveno mes del año ancló en Holguín con el movimiento e hizo realidad un sueño: realizar el 1er. Concurso de Danza Atlántico Norte-Grand Prix Vladimir Malakhov.
¿Laureados? El jurado, presidido por el destacado bailarín ucraniano Vladimir Malakhov e integrado por Maricel Godoy (Cuba) y Paul Seaquist (Chile), decidió por unanimidad otorgar dos Premios Vladimir Malakhov en interpretación a los bailarines Carlos Alberto Carbonell y Yeison Ortiz (Codanza) —compartido— por Pasajera la lluvia, y el otro, a una de las intérpretes más aplaudidas del certamen Lisbeth Saad Godoy (Danza Contemporánea de Cuba) por Non, pieza firmada por ella y Osnel Delgado. Asimismo, en el hermoso y remozado teatro Eddy Suñol que este año arriba a su aniversario 75, se entregó el Gran Premio Coreografía Codanza a la pieza Estáticos, de Yoel González, interpretada por el propio autor y Aurelio Planes (Danza Fragmentada) de Guantánamo.
Luego de cuatro jornadas de competencia (15 al 18 de septiembre), en la que tomaron parte 55 concursantes, representantes de 10 compañías de La Habana, Guantánamo, Camagüey, Villa Clara, Santiago de Cuba, Holguín y Matanzas, así como bailarines del Ballet de la Televisión Cubana, recién graduados de la Escuela Nacional de Ballet, estudiantes del ISA y otros bailarines independientes, el jurado, dada la calidad de los participantes, determinó conceder cuatro reconocimientos (estatuilla y diploma) a: Álvaro Yoel González, de Danza Fragmentada, por Cordero; Jorge Pausant (Danza del Alma) de Villa Clara, por Cancionero; Elizabeth Mendoza (Codanza) con la pieza De ti… de mí…, y a Libety Martínez (Ballet de la Televisión Cubana) por Cuerpo prestado.
UNA MIRADA AL ENCUENTRO
Estos días signados por una antigua manifestación que despertó con el mismo hombre sobre la Tierra, constituyeron para todos los participantes momentos de suma importancia. En primer lugar, el deseo de los auspiciadores: la compañía Codanza, y Maricel Godoy, su directora, quien con Vladimir Malakhov y la Fundación que lleva su nombre, son artífices cimeros de este encuentro, así como el Consejo Provincial de Artes Escénicas, que uniendo esfuerzos y recursos están abocados en convertir a Holguín en un foco de danza importante en esta región, además de regalar a sus habitantes y a la Isla, la oportunidad de alcanzar sobre la escena a bailarines de variados estilos dancísticos. Para otros, el instante propicio de beber con el quehacer de disímiles compañías que por diversos motivos no llegan a la capital, ni se promueven como es debido, y donde aflora la creatividad a granel. Porque la calidad de muchas de las obras vistas y sus intérpretes ha dejado una estela de alegría en púbico y especialistas que reconocen la valía de algunas de esas propuestas. Lauro indiscutible fue el de la singular artista Lisbeth Saad Godoy, calificativo que muestra su versatilidad en la escena, donde la interpretación matizando el movimiento, marcó un desempeño de altos quilates en la original propuesta Non.
La sorpresa (triste) estuvo en ver entre los galardonados a un bailarín, que desde que salió a escena cautivó con el trabajo corporal y la emotividad de su actuación: Nicolai Almeida (Danza del Alma) que sí se llevó la sonora ovación con Las cosas que se ocultan. También debe destacarse el despliegue de energía y ganas de hacer del grupo Danza Fragmentada de Guantánamo, y en particular de Inés María Preval en Fondo y los aires de juventud y virtuosismo que campean por jóvenes intérpretes del Ballet de Camagüey, mostrados en la escena en el pas de deux El corsario, donde desataron muchos aplausos Alain García/Rosalía de la Torre.
Ellos pusieron una nota diferente en el concurso (ballet clásico) —que a pesar de estar abierto a todas las tendencias la balanza pesó más en lo contemporáneo—, siendo los únicos representantes de ese estilo, que en Cuba es una Escuela, una tradición.
Agradable fue ver bailar a esa agrupación que es fuerza/pasión sobre las tablas liderada por Lilian Padrón: Danza Espiral, y a Ebony (La Habana); constatar el trabajo de Tiempo (Bayamo); disfrutar de Danza Retazos, el Ballet de Cámara de Holguín, y, sobre todo, motivarse con el grupo Codanza, que en estos días de septiembre celebra su aniversario 22, una compañía cuyo rigor en el trabajo y la calidad de sus intérpretes se hicieron visibles desde sus primeras presentaciones en La Habana, a solo tres años de fundada (en 1995). Porque la labor de los bailarines permite observar las infinitas formas de los cuerpos en el espacio mediante un vocabulario mínimo.
Mucho más motivó a los participantes: las clases magistrales de uno de los más grandes bailarines de los últimos tiempos: Vladimir Malakhov, y de otros reconocidos maîtres cubanos: Regina Balaguer, directora del Ballet de Camagüey, y Lilian Padrón, actuaciones de importantes agrupaciones, las conferencias, visionaje de videos de danza, el contacto con disímiles bailarines de muchas compañías.
Fue el primer “abrazo”, esperemos que en el próximo encuentro se pula más el trabajo con las experiencias de este, y se alcancen más y mejores resultados —de los obtenidos—, en escena y fuera de ella, para que el sueño sea más real.
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victor ramos dijo:
1
21 de septiembre de 2014
19:25:02
giod dijo:
2
22 de septiembre de 2014
08:35:05
Adrian Holguin dijo:
3
22 de septiembre de 2014
11:05:13
Adrian Holguin dijo:
4
22 de septiembre de 2014
14:28:21
Omnan dijo:
5
23 de septiembre de 2014
17:38:35
reinaldo cedeño dijo:
6
25 de septiembre de 2014
16:11:35
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