ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El pintor en su Taller Aguilera de Santiago de Cuba, en el 2000. Foto: Toni Piñera

Una triste noticia llegó a mi odenador el 28 de agosto: “Queridos ami­gos, mi padre ha fallecido esta mañana. Abrazos a todos”, Carlos Re­­né Aguilera.

Al pasar las horas, los recuerdos se fueron organizando en la men­te. Y se descongelaron de la memoria ins­tantes vividos junto al maestro José Julián Aguilera Vicente (1934-2014). Aunque lo primero en que pensé fue en Santiago de Cuba, su ciudad natal (aunque fue inscrito en Las Tu­nas). Pero Santiago fue una de las “musas” más importantes de su creatividad artística, fundamentalmente el grabado, donde dejó sus más ca­ras huellas.

Igual que esas incisiones artísticas que marcó en la madera durante décadas de bregar por la xilografía, así está inscrito su nombre en la Ciudad Heroica de la República, a la que dedicó gran parte de su obra, como otros creadores en el tiempo que se transformaron en sus mágicos espejos. Durante muchos años, contribuyó a la formación de cientos de estudiantes de arte en la Escuela José Joaquín Tejada, así como en la Universidad de Oriente.

En su taller santiaguero Aguile­­­ra —cercano al cuartel Moncada— dejó un importante tiempo junto a sus hijos, amigos, artistas y estudi­an­tes. Allí, hace años, en plena efervescencia de laboriosidad y llevado de la mano por su hijo, otro grande de la plástica nuestra, Carlos René Agui­lera, me abrió un día la carpeta del tiempo donde conservaba su mayor tesoro: la obra artística que muestra, como un mapa, su evolución en la noble disciplina del gra­bado.

¿Por qué la xilografía? “El grabado en madera, desde mi punto de vista, es el mensaje más importante. Si hiciéramos una comparación en­tre la literatura y las diferentes técnicas gráficas, el cuento, por lo breve y conciso correspondería a la xilografía. La novela sería la litografía. ¡Es que la primera no admite co­que­te­rías! Además de la efectividad y po­lifonía en el contraste del blanco y el negro. En ese taco de ma­dera, con el máximo de incisiones debe salir el mensaje. En otras manifestaciones no es así”, aseveró.

Cuando llegó la pregunta: ¿Gra­ba­dor por accidente?, el Maestro que obtuvo importantes Premios y Distinciones durante su fructífera carrera, respondió con alegría: “Sí, me gradué de escultura y cuando triunfó la Revolución ya trabajaba las formas en el espacio, pero es un proceso lento”. Recordó entonces que por aquel tiempo llegó a San­tiago una exposición de grabado mexicano, y vio en aquella manera de hacer algo diferente.

“Envié a varios concursos mis obras, y vinieron los galardones. Ya el grabado no era un mero entretenimiento”. Con un gran poder de ob­servación y una curiosidad sin límites, siempre tras las combinaciones óptimas, trabajó como un orfebre la filigrana. No en balde desde sus co­mienzos, los grabados de Agui­lera constituyeron clases magistrales so­bre las posibilidades de la gubia so­bre la madera.

Entre las tantas series y temáticas tocadas a lo largo de más de 60 años de su tiempo artístico en las diferentes manifestaciones, resalta la lírico filosófica en la escultura, a la que res­­ponden: La mujer del pescado, Conclusión, Advertencia, Trá­n­­sito…  En pintura los paisajes y otras “descargas” personales y en el grabado: la épica y paisajística también, destacó, sin dudas una muy original: Nada es de nadie. Esas eran un conjunto de manipulaciones donde el creador se descontextualizaba. Se apropiaba del quehacer de grandes maestros cubanos: gallos de Mariano, ciudades de Portocarrero, las aguas profundas de Martínez Pedro, im­poniendo en ellas un sello personal para “discursar profunda y seriamente. Son unos trabajos  muy respetuosos”, dijo.

De las influencias gráficas que tuvo a lo largo de su vida comentó en aquella oportunidad la de los ex­presionistas alemanes, los mexicanos, chinos, y en Cuba, la de Car­melo González. Con esas “armas”, el grabador autodidacto —algo diferente a lo ocurrido en las demás técnicas que dominó (pintura y escultura)—, salió un día a caminar por la ciudad, buscando material para trabajar. Entonces se posaron en sus creaciones callejones y laberintos citadinos repletos de textura, mirando siempre la riqueza arquitectónica colonial y a la gente. También se au­torretrató mucho “porque soy par­te de la ciudad”. Así es, José Ju­lián Aguilera quedó grabado para siempre no solo en el corazón de San­tiago, en el de Cuba. Su obra ha­blará por él de ahora en adelante.

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López Oliva, Manuel dijo:

1

2 de septiembre de 2014

07:59:08


Justo es que se mantenga en Granma la práctica de reconocimiento valorativo a quienes han hecho y dejado aportes disímiles en las artes plásticas de nuestro país, de todos los territorios. Este artículo tuyo de hoy sobre el santiaguero Aguilera, como otros de Virginia, defienden un espacio público de justicia en momentos en los cuales el sub-mercantilismo dominante en el sector (que influye en las mentes de muchos, incluso sin que se den cuentas lo que implica de "carcoma cultural") se impone casi como la medida de lo que vale o no vale. Aguilera no sólo fue un grabador que mantuvo en Santiago, CON SUS SEGUIDORES, EL EJERCICIO DE ESE GÉNERO, SINO QUE A LA VEZ DESPLEGÓ UNA ACCIÓN DE PESO EN LA ENSEÑANZA ARTISTICA. Recuerdo que cuando fui desde Manzanillo a realizar las pruebas en la Academia de Artes Plásticas "José Joaquín Tejada", para tratar de ingresar a la Escuela Nacional de Arte, él estuvo(con Ferrer Cabello, Valdés y Arrate)entre quienes me examinaron. Entonces éramos alrededor de 100 los aspirantes y aprobamos dos: Pablo Labañino y yo. Así que Aguilera fue partícipe propiciador de mi vida profesional; y debo también recordarlo y dejar constancia agradecida de sus méritos.

avelo dijo:

2

3 de septiembre de 2014

22:47:15


excelente maestro y artista, excelente amigo y padre, fue mi maestro junto a alfaro y lobaina, a él le debo mi pasión por la xilografía, el 8 de agosto inauguramos en santiago una expo en homenaje a él 4 artistas manzanilleros que se formaron bajo su tutela. EPD

Reinaldo Cedeño dijo:

3

4 de septiembre de 2014

01:02:56


PARA DESPEDIR AL CAMINANTE POR Reinaldo Cedeño Pineda En alas de una libélula, cabalga un hombre de madera. La ciudad deja escuchar sus campanas, inclina sus montañas. Le arrancaron un pedazo a Santiago, a la ciudad con apellido de país. Le quitaron una franja. Un hueco negro amenaza con engullir la luz... pero no teman: ahí viene El Caminante con sus ojos de girasol. ¿Es qué no veis como asoma por las nubes y los naranjos? ¿Es que no oís su voz como emerge de la piedra, como renace asido a los barrotes, como sujeta la lluvia en una gota fina, minúscula, imposible? ¿Es qué no veis como vibra la madera en sus manos, con un sonido dulce y antiguo como si fuera un chelo? ¿Quién es el hombre de dos tintas? ¿Quién devasta la roca? ¿Qué muchacha le espera en Padre Pico? ¿Dónde te fuiste ahora, caminante, travieso, señero, humilde, enamorado, padre? No hagas que me refugie en el papel. Sigue dándome la mano, búscame un modo. Sigue contándome de tus alumnos, del gato de alabastro, de tu carretilla con pesos de a uno. Sigue hablándome de la huelga, de tu primera clase en la Academia. Sigue haciendo pintar a Josefina. No les des vacaciones a ninguno. Ahora yo soy El Caminante. Nosotros somos El Caminante. Nuestros pasos nunca más estarán solos. La tierra es más firme y más profunda. Tú eres el polvo del camino que bate el viento, la cáscara de la fruta. Tú eres el terrón que cubre la semilla. Voy con Caridad de un lado, y contigo del otro. Tengo ganas de gritar tu nombre José Julián Aguilera Vicente, pero mi silencio es mi talismán, es un estruendo, es una catedral. Corta el melón más hermoso para la cena de hoy. Pinta un pedazo de cielo para cobijarnos. No nos dejes hundir en el dolor o la desesperanza, porque tú nunca te hundiste. Perdona estas palabras, inútiles y pobres, para decirte gracias. Y perdona que no te diga adiós, sino te quiero. (Pronunciadas en el Taller Aguilera, ante sus cenizas. 30 de agosto 2014 / NUNCA las hubiera querido escribir)

Reinaldo Cedeño dijo:

4

4 de septiembre de 2014

01:03:14


PARA DESPEDIR AL CAMINANTE POR Reinaldo Cedeño Pineda En alas de una libélula, cabalga un hombre de madera. La ciudad deja escuchar sus campanas, inclina sus montañas. Le arrancaron un pedazo a Santiago, a la ciudad con apellido de país. Le quitaron una franja. Un hueco negro amenaza con engullir la luz... pero no teman: ahí viene El Caminante con sus ojos de girasol. ¿Es qué no veis como asoma por las nubes y los naranjos? ¿Es que no oís su voz como emerge de la piedra, como renace asido a los barrotes, como sujeta la lluvia en una gota fina, minúscula, imposible? ¿Es qué no veis como vibra la madera en sus manos, con un sonido dulce y antiguo como si fuera un chelo? ¿Quién es el hombre de dos tintas? ¿Quién devasta la roca? ¿Qué muchacha le espera en Padre Pico? ¿Dónde te fuiste ahora, caminante, travieso, señero, humilde, enamorado, padre? No hagas que me refugie en el papel. Sigue dándome la mano, búscame un modo. Sigue contándome de tus alumnos, del gato de alabastro, de tu carretilla con pesos de a uno. Sigue hablándome de la huelga, de tu primera clase en la Academia. Sigue haciendo pintar a Josefina. No les des vacaciones a ninguno. Ahora yo soy El Caminante. Nosotros somos El Caminante. Nuestros pasos nunca más estarán solos. La tierra es más firme y más profunda. Tú eres el polvo del camino que bate el viento, la cáscara de la fruta. Tú eres el terrón que cubre la semilla. Voy con Caridad de un lado, y contigo del otro. Tengo ganas de gritar tu nombre José Julián Aguilera Vicente, pero mi silencio es mi talismán, es un estruendo, es una catedral. Corta el melón más hermoso para la cena de hoy. Pinta un pedazo de cielo para cobijarnos. No nos dejes hundir en el dolor o la desesperanza, porque tú nunca te hundiste. Perdona estas palabras, inútiles y pobres, para decirte gracias. Y perdona que no te diga adiós, sino te quiero. (Pronunciadas en el Taller Aguilera, ante sus cenizas. 30 de agosto 2014 / NUNCA las hubiera querido escribir)

Amelia Duarte dijo:

5

4 de septiembre de 2014

13:59:36


Hola Reinaldo!! muchas gracias por tu comentario...ojala te animes a escribir en esta página..saludos Amelia Duarte