Es conocido por todos que Rita Montaner fue calificada como la Única por sus extraordinarias dotes artísticas y porque como nadie inauguró en el mundo del arte géneros como el pregón–son y el teatro musical, con obras como Niña Rita, de Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet en 1927.
Un día como hoy (20 de agosto) en Guanabacoa nació Rita Aurelia Montaner y Facenda, hace exactamente 114 años. Su carrera se inició, justamente, en su Guanabacoa natal, pero su arte rompió barreras sociales y raciales y conquistó muchos países de América Latina y Europa. Baste recordar las enjundiosas crónicas de Alejo Carpentier desde el París de los años veinte cuando la Ciudad Luz era reconocida como tal por su esplendor en el mundo de la escena, el vodevil, la ópera o el espectáculo musical en el cual junto a Sindo Garay ella dejó una indeleble huella. Los ritmos cubanos que ambos interpretaron sentaron pauta en el gusto europeo y contribuyeron a borrar una falsa imagen de nuestro continente, que era visto como un enjambre de sombreros mexicanos y rumbas sicalípticas y de salón. Lo vernáculo recuperó su autenticidad y tanto ella como Sindo y el Trío Matamoros certificaron la pureza y universalidad de nuestra música.
Y todo lo que hizo en Cuba desde que inició su carrera como cantante con la guitarra de maderas cubanas de Eusebio Delfín. Y su presencia en el teatro cubano y en la radio como la primera voz femenina que en la PWX en 1922 cantó obras de José Mauri y de Eduardo Sánchez de Fuentes, para no hablar de su carrera en el cine cubano y mexicano con las más relevantes figuras de su época. Rita alternó con Libertad Lamarque, María Luisa Landín, Pedro Vargas, los hermanos Soler, y toda una pléyade de artistas que ya hoy son míticos en el celuloide del continente. Ella no se detuvo. Su mirada sensual e hipnótica la hizo dueña absoluta del ilusionismo en la pantalla. Su bello rostro ha quedado tatuado en la memoria de varias generaciones.
En 1945 fue proclamada Reina de la Radio. Y en la década del cincuenta, cuando adquiría su plena madurez, comenzó abruptamente un declive que se interrumpió por su ínclita voluntad de seguir actuando para el público. Estrenó La Médium, de Gian Carlo Menotti, haciendo gala de una voz y una técnica insuperables, mostrando a la vez un dominio del arte operístico de vanguardia.
¿Cómo agradecerle este legado a Rita Montaner?
He ahí el propósito de estas líneas. He visto solo algunos capítulos de la telenovela colombiana La Ronca de Oro que centra su argumento en la vida y el quehacer artístico de Helena Vargas, esa cantante tan popular que puso de moda en su país natal la ranchera. Su historia personal ejemplifica una trayectoria emblemática y ha servido para que generaciones actuales descubrieran una voz imprescindible del panorama sonoro de Latinoamérica. Creo es hora de que nuestra televisión rinda homenaje a figuras de la cultura cubana que han marcado pautas en el arte interpretativo como es el caso de nuestra artista, entre otros.
Como la Ronca de Oro, la Única cuenta con una vida de anécdotas personales también única. Ella no solo es admirada por sus cualidades artísticas sino por su temperamento y el modo de afrontar los prejuicios de una época en que ser mujer negra y artista era motivo de escamoteo y subestimación.
Son públicos, y pasto de la leyenda, los sucesos que ella protagonizó al enfrentarse con su rebeldía innata a las injusticias del tiempo en que vivió. No olvidaré nunca la historia que un testigo me contara de aquella noche en que encaró a la policía batistiana que quería silenciar a un grupo de rumberos en un café de la calle Galiano. Ella y su esposo —en esos años el as de lucha libre, RayTatu— se encontraban en dicho café luego de una actuación de la Única en el Teatro América. Rita Montaner se opuso a que la patrulla llevara a la estación de Zanja, detenidos por escándalo público, a sus amigos rumberos. Se sentó en el asiento delantero junto al chofer y espetó al jefe de la patrulla. “Si se los lleva a ellos, me tienen que llevar a mí”. Y ahí se acabó la historia, chirrín chirrán.
Esa fue Rita Montaner, la mujer que llevó la música cubana y la gracia criolla a los teatros del mundo. Creo que un día como hoy es justo recordarla con admiración, pero también reflexionar sobre cuánto podríamos hacer para que el pueblo cubano conociera más una vida entregada a la cultura musical de nuestro país. Cuánto podría hacerse desde el audiovisual, ya sea en una serie o una telenovela, para promover la obra y la vida de esta pequeña pero gran mujer, “cuya piel dorada —como escribiera Nicolás Guillén— es un símbolo de las dos razas que crepitan en su corazón y se le salen a los labios en un mismo hálito de fuego”.
Rita canta en la maleza
voz de escondido sinsonte
y el eco verde del monte
a volar dicen que empieza
Podrá el quebrado destino
abrir sus grietas en ella
pero no puede el camino
iluminar sin su estrella
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Orlando dijo:
1
20 de agosto de 2014
04:10:22
dschingis dijo:
2
20 de agosto de 2014
08:12:20
pablo hernandez dijo:
3
20 de agosto de 2014
10:53:50
dschingis dijo:
4
20 de agosto de 2014
13:32:31
rodrigo dijo:
5
20 de agosto de 2014
16:03:26
EUGENIO GAINZA dijo:
6
1 de octubre de 2014
02:32:51
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