“Mil y más criaturas”, como dijera en una oportunidad Eliseo Diego, se confunden en la piel de Alicia Alonso en el tiempo, esas que han vibrado cuando se posan en ella por unos segundos sobre la escena, y se han podido vestir de gala en el momento en que la bailarina las anima con su talento. Pero hay una que no llegamos a conocer en su magnitud real, protagonista de tantas historias y emociones: Carmen.
El sensual y al mismo tiempo impredecible personaje bordado por Alicia regresó por estos días, en una imagen que seguirá viajando por el tiempo transformada ahora en un sello de correos. Con un valor de 65 centavos, en él se puede apreciar la figura de la prima ballerina assoluta interpretando el ballet Carmen, sobre la imagen del Castillo de la Real Fuerza de La Habana, un acontecimiento que tuvo lugar 25 años atrás durante la gala de clausura del Primer Festival La Huella de España (1989).
Precisamente, en ese lugar declarado monumento histórico en la Plaza de Armas, se realizó la cancelación especial del Primer Día de la emisión postal. Pedro Simón, director del Museo de la Danza y de la revista Cuba en el ballet, en las palabras de presentación comentó que la recreación de estos dos temas: la figura de Alicia-Carmen sobre la imagen del Castillo, tiene profundos significados. Expresó que Carmen, un personaje, español por demás, constituye la única actuación de la Alonso en los escenarios de La Huella de España, y se produjo precisamente, en los jardines de este Castillo de la Real Fuerza. Pero aquí ocurre lo que el Poeta pudo llamar “un azar concurrente”.
Años antes, en 1973 —recordó Simón en su discurso para esta ocasión— José Lezama Lima escribía en uno de sus ensayos ejemplares, una visión mítica de la fundación de la nacionalidad cubana. Al rendir homenaje a Alicia Alonso, ese texto comenzó recordando una frase de Nietzsche sobre Goethe, que Lezama consideraba uno de los más altos elogios que alguna vez se hayan dicho: “Podía haber estado presente el día de la creación del mundo. De igual manera —continuaba— podemos decir que el día de los comienzos, Alicia Alonso podía haber bailado entre las primeras auroras”.
Llegan al recuerdo, por estos días en que Carmen regresa, en esa imagen sabiamente diseñada por Ernesto Gamboa para la emisión postal, aquellas palabras certeras, mágicas y únicas expresadas por un notable narrador y crítico, Eduardo Heras León, cuando Alicia la bailó por vez primera ante el público cubano: “… Preferimos a Alicia Alonso en este papel apasionado y trágico. Con la misma técnica impecable, la misma seguridad en el equilibrio, la misma verticalidad y pureza de la punta, ella logra transmitirnos en cada momento, la magia de Carmen, sin exageraciones explosivas.”
Tal vez el mejor elogio que pueda hacerse de Alicia en Carmen es decir que, a pesar de todo, este ballet fue creado para ella. Ella es Carmen, la Carmen tropical que nos cuenta su historia y revive la tragedia andaluza durante cuarenta y cinco minutos inolvidables. Se apagaron las luces del teatro. El público sale, y la Carmen de Alicia se mantiene imborrable al terminar este comentario”.
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Felipe Berlin dijo:
1
12 de agosto de 2014
02:53:34
ileana cortina dijo:
2
12 de agosto de 2014
11:32:13
feminista dijo:
3
12 de agosto de 2014
13:21:15
Jerez dijo:
4
12 de agosto de 2014
15:01:12
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