Los jóvenes del dúo Spirin, de Rosgoscirk (Rusia), quienes desataron las emociones con su número de acrobacia de fuerza, donde se reunió energía, elegancia y destreza, se adueñaron del Grand Prix de esta 13era. edición del Festival Internacional de Verano CIRCUBA 2014. Además se adjudicó uno de sus miembros, Viacheslav Spirin, la Estrella de interpretación masculina, y una mención de la Crítica Antonieta César in memóriam, un nuevo lauro de este certamen.
Durante la ceremonia de clausura efectuada en la carpa Trompoloco de Miramar, en La Habana, en presencia del ministro de Cultura, Julián González, el jurado oficial presidido por Jorge Luis Salomón (Cuba) entregó la Estrella de Oro a un conjunto que desde su primera aparición dejó en claro su valía, pues no tuvieron ningún fallo en sus ejercicios: Báscula acrobática, de la Compañía Havana, de Cuba.
Nueve intrépidos jóvenes (dos chicas y siete muchachos) quienes dibujaron con agilidad, pasión y una seguridad extrema, un ágil número, de agradables diseños de vestuario, fusionando la técnica con el ritmo cubano, y las emociones para recibir las más fuertes ovaciones del encuentro. No fue por azar que ellos recibieran, además, el ansiado Premio de la Popularidad de esta edición, así como la Estrella de la crítica, entregado por un grupo de especialistas españoles y cubanos, y el lauro del Festival de Albacete (España).
La Estrella de Plata correspondió a la Barra acrobática (Compañía Havana, de Cuba), cuatro jóvenes que desbordaron de entusiasmo y excelencia artística la pista multicolor, y a un trabajo sumamente original que atrapó a todos como un poderoso imán: la rueda alemana a cargo del muy premiado canadiense Francis Perreault. Él obtuvo también la Estrella de la Imagen —compartida—, con el ruso Maxim Helmut, quien en la cuerda aérea esbozó mucha creatividad y talento, al punto que parecía un Charlot en las alturas, elemento que le valió la obtención de la Estrella de bronce de este Festival conjuntamente con el Trapecio volante de la Compañía Havana. Este último está integrado por un quinteto ágil que cruzó vertiginosamente por el “cielo estrellado” de la carpa con decisión, maestría y elegante vestuario.
En esta jornada de premiaciones —algo dispersa en cuanto a la entrega de los lauros, pues tuvo no pocas lagunas que le restaron brillo—, la Estrella Acto de Revelación fue arrebatada por el atractivo dúo de adolescentes Sychev (Rusia). Ellos cautivaron con su pericia, plasticidad e inocencia; mientras que la Estrella Interpretación femenina fue para la juvenil Zaida Maité Ramírez, integrante del dúo Cheny, noveles artistas del Circo Nacional de Cuba. El dúo se hizo dueño también del de la Universidad Mesoamericana de Puebla (México), compartido con el Mástil (Alemania).
Hubo otras menciones y galardones de instituciones internacionales. Entre ellas, merecen destacarse las recibidas por una artista en mayúsculas que evidenció un alto profesionalismo, la hermosa Ilenay Peña, contorsionista (Circo Nacional de Cuba): menciones del Festival, la Imagen y el Premio de Rosgoscirk (Rusia); así como otro conjunto que desató un despliegue de virtuosismo en su entrega: la Cama elástica de la Compañía Havana, que obtuvo el premio Blackpool Circus (Reino Unido).
El Festival inundó la pista con un conjunto de agrupaciones y artistas, dejando en claro el desarrollo de esta antigua manifestación en la Isla, pues, conjuntamente con el profesionalismo de los intérpretes del patio, se añaden otras intenciones y realidades de nuevos conceptos, una estética más acorde con el siglo en que vivimos —aunque aquí hay todavía “tela por donde cortar—, que lo hace enrumbar caminos más actuales. Sobresalió la Compañía Havana, artífice de estos cambios.
El público cubano podrá seguir las emociones de este evento, pues desde hoy y hasta el domingo, siempre a las 5:00 p.m., las puertas del Karl Marx seguirán abiertas a los Ecos del CIRCUBA, que después hará las maletas para viajar por distintas provincias hasta el 7 de septiembre.
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