ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Jaime Gómez Triana, director del Programa de Estudios sobre Culturas Originarias de América. Foto: Cortesía del entrevistado

Los desafíos actuales de los pueblos indígenas de América La­tina promueven el diálogo abierto y el debate —desde hoy martes— entre expertos y estudiosos tanto nacionales como extranjeros, que participan en el primer Colo­quio Internacional sobre Culturas Originarias de América.

Auspiciado por Casa de las Américas, el importante encuentro sesionará hasta el 9 de agosto y será el preámbulo de la celebración, en septiembre próximo, de la Conferencia Mun­dial de los Pue­blos Indígenas, en Nueva York.

Sobre la agenda de este evento y sus objetivos principales, Gran­ma interrogó al investigador Jaime Gómez Triana, director del Progra­ma de Estudios sobre Culturas Originarias de América, que organiza el Coloquio.

—¿Con qué propósitos se convoca al encuentro?

—Tomando en cuenta la ampliación de las relaciones con representantes de los pueblos indígenas de varios países de la región, se propuso la idea de realizar un Co­loquio sobre Culturas Ori­ginarias de América, en el que se debatan los principales problemas que afrontan hoy estos pueblos y donde se escuche, en la propia voz de sus protagonistas, testimonios, análisis, puntos de vista y propuestas. La celebración, en septiembre de este año, en la ONU, de la Con­fe­rencia Mundial sobre Pue­blos Indígenas (CMPI), pone en agenda un grupo de asuntos cruciales que no se puede pasar por alto. Por eso, con el apoyo de la Embajada de Guatemala en Cuba, la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO y la Asociación Cu­bana de Naciones Unidas (ACNU) decidimos convocar a este primer Coloquio en torno a los actuales desafíos de los pueblos indígenas de América.

—¿Cómo se articula el Coloquio a la conferencia que celebrará la ONU?

—En el proceso de la Conferencia Mundial participan por igual los Estados y los representantes de los pueblos indígenas. Ha sido un proceso amplio y no exento de tensiones, pero creo que se ha venido avanzando. En este momento se está trabajando en lograr consenso para el denominado “borrador uno” del documento final de CMPI. Una vez cerrado, se hará público y podrá ser debatido hasta el 18 de agosto. Sin dudas, siguiendo ese mecanismo, los repre­sentantes indígenas reunidos en La Habana tendrán la posibilidad de discutir y contribuir a ese proceso. Al mismo tiempo creo que lo más importante es proponer acciones concretas que involucren a los estados y que conduzcan a la aplicación efectiva de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.

—¿Cuáles son los principales ejes temáticos del debate?

—Entre los principales temas a debate estará lo relacionado con los derechos indígenas y políticas nacionales. También lo concerniente a la construcción de paradigmas alternativos y la protección de la Madre Tierra, o sea de todo lo tocante a producción, comercio, redistribución de las riquezas, relación social y equidad; las estrategias pluriculturales de autoafirmación y las expresiones culturales y de resistencia de los pueblos indígenas. El tema de la descolonización e integración plurinacional. El liderazgo y la participación de la mujer indígena. El derecho a la comunicación. Y finalmente los aspectos directamente relacionados con la CMPI.

—Sobre el tributo al profesor y jurista cubano Miguel Alfonso Martínez.

—Miguel Alfonso Martínez fue un ser humano extraordinario. Fue profesor de la Uni­versidad de La Habana y del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, y dejó una huella profunda en sus alumnos. Como diplomático representó al Gobierno de Cuba en múltiples reuniones, principalmente, en el marco del Sistema de Naciones Unidas. Quizás la parte más desconocida de su labor sea la que tuvo que ver precisamente con los derechos de los pueblos indígenas. Forma parte de su obra la elaboración del Informe sobre Tratados, arreglos y otros acuerdos constructivos entre Estados y Poblaciones Indígenas; a esta labor dedicó nueve años consecutivos, y ese documento está  considerado aún hoy un texto de obligada referencia.

—¿Cree que exista una emergencia del paradigma indígena en los últimos años en América Latina?

—Las últimas décadas dan cuenta de ese proceso que algunos investigadores han llamado emergencia indígena. Sin dudas, ha existido por parte de los propios pueblos la necesidad de dejar de ser invisibles, de convertirse en protagonistas de su historia. Ha sido un proceso de recuperación de derechos y ya muchas constituciones en el caso de Latinoamérica reconocen esa condición multiétnica y pluricultural de una región tremendamente diversa.

“Hoy decimos pueblos indígenas en la América Latina y estamos hablando de unos 600 pueblos que agrupan a unos 60 millones de personas. Si sumamos a Norteamérica entonces el número es mucho mayor. También en el último tiempo han tenido lugar transformaciones estructurales importantes  en términos de autonomía con aplicación de distintas formas de gobierno. Pero quizás lo más importante es que ya no se trata solo de demandar derechos sino también de hacer propuestas. Nociones como el “Vivir Bien” se van extendiendo y van poniendo sobre la mesa la necesidad de recuperar una relación de equilibrio con la naturaleza, de lograr una cultura de la vida.

“No obstante, es importante decir que permanecen las enormes brechas que separan en cuanto a derechos a las poblaciones indígenas de las no indígenas y que el modelo de desarrollo neoliberal imperante continúa avasallando a estos pueblos que aún son expulsados de sus territorios de origen. De manera que uno de los principales desafíos está en lograr que lo que se ha conseguido en materia de derechos pueda convertirse en una realidad palpable y objetiva.

“Para el Programa de Estudios so­bre Cul­turas Originarias de Amé­rica, creado por la Casa en 2011, es tremendamente importante dar espacio y visibilidad al debate de estos temas y el Coloquio constituye un paso importante en la consecución de ese objetivo”.

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