ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Una de las obras de la muestra que será exhibida en el lobby del teatro Karl Marx.

El circo es un arte que ha crecido en el tiempo, y en su “magia” convergen muchas manifestaciones que se entrelazan para entregar un espectáculo singular. Ya sea en trabajos de grupo, como solistas, dúos, tríos, los artistas se transforman en malabaristas, acróbatas, contorsionistas, gimnastas, y van narrando —con sus movimientos y acciones—  estas historias, o, más bien, diminutos “poemas” circenses, donde transpira la poesía del cuerpo, conjugado con la danza, la pantomima, el teatro, el humor.

Las artes plásticas son, ahora, un espejo donde podemos ver, pasado por el tamiz de cada creador, el circo en imágenes. Un grupo de profesores de la Academia de San Alejandro —que en el 2018 llegará a su bicentenario—, quiso rendir homenaje al “viejo” amigo del hombre, en este Circuba que reaparece en el verano para alegría de todos. Pero con un sello de originalidad. En esta ocasión, la artesana Lisandra Landestoy, quien desde niña conoció esta técnica trinitaria del deshilado (randa), será también protagonista.

Sus creaciones artesanales de mil y una formas —ya sean figurativas o abstractas— que respiran en el hilo y las telas, han sido tomadas como base de los trabajos de 14 profesores para llevarlas a sus piezas bidimensionales o tridimensionales, y cuyo tema gira alrededor del circo.

Estas obras quedarán expuestas bajo el título de En la cuerda artística, a partir de este jueves (7:30 p.m.) en el vestíbulo del teatro Karl Marx, en ocasión de la inauguración del Festival Circuba 2014 que hasta septiembre rondará por toda la Isla. Retozando, esta vez desde las imágenes, con sus criaturas, que provocan muchas ideas en el público, y, por qué no, nuestra vocación interpretativa.

Formas y tonalidades enérgicas se conjugan con el quehacer minucioso y artesanal de Lisandra Landestoy que alcanza dimensiones inusitadas al dialogar en la obra con la línea, la mancha, el gesto y los materiales utilizados por cada creador. Imaginativos encuentros sobre las superficies podrán descubrir los espectadores en esta simbiosis que habla de los muchos caminos por donde transita el arte cubano.

Historias entretejidas en circo se posan sobre acrílicos, óleos, crayolas, creyones, aguadas, y se entremezclan en telas, cartulinas, papeles, que llegan desde el talento de nombres como los de Ketty Díaz Reyes, Jorge Luis Ro­drí­guez Aguilar, Lesmes Larroza, Pedro Pulido, Julio Trujillo, Pepe Laz­cano, Jorge Godoy, María Consuelo Men­doza, Wendy Díaz, Lázaro A. Lu­go­nes, Jormay González, Yurien Díaz, Da­vid Abad Fernández, y San­dra Del­gado, en una amalgama que regala instantes extraídos de ese mundo mágico en que la realidad se vive con intensidad desde la pista multicolor, para sacarnos del tiempo y llevarnos a otra dimensión cercana a los sueños.

La magia del circo y de la pintura —en este caso singular bajo el tamiz de la artesanía— toca puntos comunes, se mueven por vasos comunicantes y nos vuelven a hacer pensar desde esta amplia galería creativa, que desborda el estrecho marco del cuadro, el objeto escultórico, para vivir otra vez el circo con sus emociones. Los cuerpos flotando en el espacio, los disímiles personajes, animales que aportan atractivo, o los ejercicios que dejan boquiabiertos al espectador se traspolan ahora a las líneas, formas y colores, en saludo a un arte mayor que está cerca del hombre y sus sueños más íntimos.

Asimismo quedará abierta también en ese espacio la muestra personal de fotografías de José Manuel Cordero titulada El dolor del circo, que cuenta con la colaboración de las artistas del lente Nancy Reyes y Yailín Alfaro, de la cual se hablará en próximas ediciones.

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