
Con los bríos propios de sus habitantes —ahora en plena faena reconstructiva— la ciudad de Sancti Spíritus, presta a cumplir este 4 de junio sus 500 años de fundada, acogió a los participantes del Coloquio Voces de la República.
La XVI edición del evento, liderado por el poeta Juan Eduardo Bernal Hechemendía, presidente de la Sociedad Cultural José Martí en la provincia, celebró —sin detener sus labores de retoque— las sesiones teóricas del foro en el Museo de Arte Colonial y rindió merecido tributo al revolucionario e intelectual Rubén Martínez Villena, en el aniversario 80 de su muerte; y a los escritores Alejo Carpentier, en el aniversario 110 de su natalicio y a Onelio Jorge Cardoso, en su centenario.
Investigadores de ocho provincias emitieron sus voces para tocar temas culturales e históricos, con miradas antropológicas, políticas y sociales acerca de sucesos acaecidos en el periodo republicano (1902-1958) o relacionados con esta etapa. Entre ellos, y por solo citar algunos, se abordaron asuntos tan diversos como la Universidaddel Aire (1949-1958); la gran Logia Oriental de Cuba (1921-1946), y las representaciones del punto cubano en Sancti Spíritus.
Villena, casi siempre visto desde su monumental obra poética y su condición de revolucionario cabal, fue tratado por el panel que lo abordó, también desde aristas menos conocidas. Su protagonismo en función del movimiento pioneril cubano, al que consideró el más joven relevo del Partido, y su madera de ensayista, fueron tópicos bien defendidos.
Rubén como autor de Cuba, factoría yanqui —al decir de Raúl Roa, el primer ensayo marxista de la economía cubana en la República Neocolonial— y escrito por petición de Julio Antonio Mella, así como su preclaro pensamiento político, defendido con valentía, cuando pudo ser malinterpretado por sus dirigentes superiores, quedaron sobre el tapete en el debate.
“La gran lección que nos dio Rubén fue cómo supo ubicarse en su tiempo y no dejarse influir por las grandes autoridades del movimiento comunista internacional en aras de analizar situaciones concretas de nuestro contexto. Por eso, sin llegar a ser el secretario general del Partido fue, gracias a su posición, quien estuvo al frente de los comunistas cubanos”, comentó a Granma la doctoraCaridad Massón, ponente del panel.
Carpentier, por su parte, fue abordado no solo como el insigne escritor, padre de la teoría de lo Real maravilloso, sino también en su labor como promotor cultural, al influir en la obra del músico Alejandro García Caturla y del artista Eduardo Abela.
“Abela no creía en el aporte negro a lo cubano, para él Cuba eran los guajiros, el campo —explicó Isnel Pérez Álvarez, director del Museo Alejandro García Caturla—. Fue Carpentier, con su pasión por el tema negro, favorito en su conversación, quien exhortó al pintor a que hiciera con su pintura lo mismo que Caturla y Roldán estaban haciendo con su música, ‘afrocubanizándose’”.
Novedosa también resultó la óptica con que fue homenajeado nuestro Cuentero Mayor. La valoración hecha por el periodista y crítico literario Luis Machado sobre Onelio fue desde la condición de este insigne narrador como reportero, y encomió la maestría de sus reportajes reflexivos, redactados en la década del 50 y de sus trabajos de opinión.
La presencia de José Martí en el evento se escuchó en la voz de Sulma Rojas Molina, al abordar la creación de los grupos infantiles martianos en Remedios, en 1929, con cuya fundación el tratamiento de la ética martiana en la República alcanza una dimensión especial en tanto logran redimensionar esta figura no solo desde la perspectiva del conocimiento de la historia local y nacional, sino también, reivindicando valores éticos presentes en su obra.
Un panel integrado por los doctores Luis Toledo Sande y Josefina Suárez, y por Luis Machado, ofrecieron sus disertaciones a propósito de la recepción martiana en la República para lo cual destacaron, entre otros apuntes, la crítica desde la perspectiva del Apóstol, así como la huella del héroe en personas humildes que vivieron en este periodo y el modo en que lo veneraron.
Bernal Hechemendía destacó a este diario cómo quisiera que fueran las próximas ediciones de Voces, un evento que considera esencial: “Lo sueño con un mayor nivel de participación no solo de investigadores, sino también de muchas instituciones y organizaciones que tenemos en este país y que vinculándose con nosotros el evento sería mejor. A veces no se comprende que es un espacio necesario para la extensión del conocimiento, para la formación de un carácter, para el fortalecimiento, en fin, de los procesos políticos, sociales y económicos que tiene la nación cubana”.
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vicente dijo:
1
20 de mayo de 2014
18:42:04
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