ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: ORG, ISLIADA.

Después de seis meses de celebrado el Segundo Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), no son pocos los artistas jóvenes que esperan despejar, por fin, las incógnitas que frenan un mayor alcance de la creación de los noveles artistas cubanos. Pero el escritor granmense Yunier Riquenes se desmarca de las filas de aquellos que se detienen a ver cómo pasa la vida desde el portal y se lanza a tratar de cambiar, desde su propio horizonte personal, el orden actual de las cosas. “Ahora más que nunca recuerdo las clases de mi madre, que parece que de niño me lo dijo casi todo. Ella me enseñó una frase martiana. Hacer es la mejor manera de decir. La dirección nacional nueva, en la que me encuentro, trabaja sin descanso por nuevos caminos y proyectos. Se han resuelto algunos planteamientos y a otros se les dan seguimiento. Pero recuerdo día a día a mi madre, como la poeta: más que las palabras valora las acciones, tu generación critica mucho, pero hace poco, proyéctense. Por mi parte, prefiero hacer y no criticar; prefiero hacer, y no usar tantas palabras”, asegura.

Licenciado en Letras por la Universidad de Oriente, Riquenes ha publicado obras como La llama en la boca; Quién cuidará los perros, Lo que me ha dado la noche; Los cuernos de la luna, entre otros títulos. En la actualidad se dedica a tiempo completo al proyecto literario Claustrofobias y a su trabajo como miembro de la Dirección Nacional de la AHS.

—¿En qué consiste el proyecto Claustrofobias?

—Es un proyecto que tiene como objetivo esencial promover el hábito de la lectura desde los más tradicionales soportes y los soportes tecnológicos novedosos que tengamos a nuestro alcance. Hacemos una sección radial, un boletín impreso que llega a todas las bibliotecas provinciales de Cuba y más de 300 suscriptores, también este boletín es digital; mantenemos la web www.claustrofobias.com, y se realizan materiales audiovisuales: spots, documentales, videoperfiles, entre otros. Tenemos dos slogan: uno que dice Desde Cuba cabe el mundo, en la web; creemos en eso. Y el otro Todo comienza en las páginas de un libro; creemos en eso también. Claustrofobias es un proyecto utópico y terrenal que pretende darle valor a muchas cosas buenas que hay en Cuba. Es duro, pero ahí vamos.

—¿Cómo se insertó esta iniciativa en el stand de la Feria en Santiago de Cuba?

—El stand del Proyecto de Promoción Literaria Claustrofobias se insertó en la feria del libro de Santiago para sugerir al público general algunas propuestas de libros, espacios y escritores que se encuentran en el recinto ferial. Naskicet Domínguez, quien coordina junto conmigo el proyecto, lo diseñó sobre todo para que la gente tuviera la posibilidad de descargar por una red WiFi libros digitales.

—¿Crees que los jóvenes autores hayan tenido espacios en la nueva edición de la Feria?

—Más que jóvenes lo primero es pensar en la presencia de los autores en la feria. Que tengan real protagonismo desde sus libros primero, y luego desde ellos mismos. Un escritor en feria sin libros es un problema, pero un escritor con libros en feria y sin presentarlos, y sin estrategia de promoción, es peor. No importa si es joven o tiene mucha edad. Es importante caracterizar, trabajar con los públicos. Creo que también es importante, en cuanto a los jóvenes, que tengan quienes apuesten de veras, por ellos. Sí se publican muchos autores jóvenes en Cuba, pero ¿cómo los promovemos? He aprendido que la promoción se teoriza, pero hay que practicarla, y en la práctica toda tu teoría puede desvanecerse.

—Aparte del trabajo en Claustrofobias, ¿tienes en planes desarrollar próximamente otros proyectos literarios?

—Claustrofobias no nos deja tiempo a Naskicet y a mí muchas veces ni para recordar la comida, pero ahí seguimos. A deshoras, buscando aquí y allá. Una puerta se abre y otra se cierra. Ser soñadores tiene un precio. La promoción es constante y varía, y cada cosa tiene su fórmula. En cuanto a mi escritura estoy muy contento. A pesar de todo he podido terminar un libro de cuentos nuevos, y trabajo con Sheyla Valladares un libro de entrevistas que promueve a los escritores jóvenes cubanos, un nuevo proyecto inclusivo de Ediciones La Luz.

“Acaba de reeditarse por estos días mi novela La edad de las ataduras en República Dominicana; este año se publicarán en Cuba el libro de cuentos La espalda marcada, por Letras Cubanas; y el libro de cuentos para niños Cómo vuelven a nacer las ovejas, por Ediciones Santiago. Pero hay que seguir trabajando y no perder las ganas. Hay que echarle ganas a la vida”.

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