ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El dique de la Levisa se levanta con la misma tecnología de construcción empleada en la presa Mayarí (en la imagen). Foto: Juan Pablo Carreras Vidal

Mayarí, Holguín.–Entre agrestes montañas prosigue el reto de contener el río Levisa. Esta vía acuática, cristalina y apacible en periodos secos; pero de endemoniado comportamiento en etapas de lluvia, será frenada por un dique de 42 metros de alto, compuesto completamente por material pétreo, cubierto por una pantalla de hormigón armado en la parte que embiste el agua.

Esta tecnología de construcción de uso mundial solo se ha empleado antes en Cuba en la presa Mayarí. Si ahora se repite, es porque en el área existen características técnico geológicas muy similares a las de la zona donde se encuentra aquel embalse, reveló el ingeniero Aniel Álvarez González, proyectista principal de la obra.

«Trabajamos en la zona donde más llueve en Cuba. Durante la construcción de las presas tradicionales de arcilla, cada vez que llueve, hay que esperar alrededor de tres días por el secado del material, para luego compactar. En este caso, no».

La capacidad de almacenamiento  no impresiona cuando se afirma que apenas rebasará los seis millones de metros cúbicos. Pero esa percepción cambia al conocerse que, anualmente, tributará a la presa Mayarí unos 80 millones, provenientes del escurrimiento del río Levisa en su recorrido intramontano, lo cual hará sin empleo alguno de combustibles, porque los proyectistas, para asegurar el traslado del agua por gravedad, la ubicaron, topográficamente, 11 metros por encima del embalse receptor.

En otros momentos por venir, de acuerdo con lo planeado, también como vaso comunicante con la presa Mayarí, a través de túneles, trasvasará al año unos 600 millones de metros cúbicos procedentes de represas ubicadas más al Este, como Nuevo Mundo, en el municipio de Moa.

Hoy, la obra transita por su segunda etapa, lo que se manifiesta en la continuidad de la conformación de la margen izquierda de la cortina y la excavación del aliviadero. El dinero que se le dedica dice por sí solo que tiene estatus de prioridad. En ella y en el túnel de poco más de 18 kilómetros, en construcción, para comunicarla con la presa Mayarí, se gastó la mayor parte de los recursos financieros dedicados al trasvase durante 2022. 

Aquí nada queda al azar, precisó el ingeniero Eudelio Ricardo Mondeja, director general de la Dirección Integral de Proyectos Trasvases, responsable de las inversiones.  «Esta presa es parte de un sistema, por lo que cada ajuste que se proponga debe tener en cuenta el impacto sobre el resto de los componentes del conjunto hidráulico».

Los controles de autor tienen frecuencia semanal. Si hay problemas, el proyectista los analiza y encuentra la solución, el constructor ejecuta y el inversionista le da tenaz seguimiento, comentó el directivo. 

El paso de los días ha confirmado que no puede ser de otro modo. Tiempo atrás, la ataguía, dique que se levantó para facilitar la construcción del canal de desvío del río, contuvo una crecida que lo sobrepasó en unos diez centímetros. No cedió porque fue construido con los materiales y los cálculos necesarios.

ROMPER PIEDRAS, ARMAR LA CORTINA

Entre las complejidades técnicas enfrentadas, destaca la producción de los materiales que emplean, los cuales deben poseer las propiedades físicas que necesita la presa, asunto conocido, con lujo de detalles, por Luis Álvarez, director de la unidad empresarial de base (UEB) perteneciente a la Empresa Provincial de Materiales de la Construcción.

La entidad opera un molino de áridos situado en el mismo corazón de la obra. En el momento de la visita de Granma, producía arena artificial y un tipo de gravilla de granulometría de cinco a 76 milímetros, requerida para la construcción de la cortina.

Hace dos años la instalación fue ensamblada allí. Desde entonces, ha procesado unos 100 000 metros cúbicos de piedra. Luis, quien siempre está pendiente de los ingresos y los gastos, aclaró que, en los inicios de la construcción de la presa, un molino ubicado en Sagua de Tánamo, a 37 kilómetros de distancia, garantizaba los áridos con las características exigidas. «En la operación de transportación se gastaban mensualmente alrededor de 60 000 litros de combustible», recordó.

Cuando la planta llegó al actual sitio de anclaje, no estaba acondicionada para procesar los áridos según las granulometrías necesarias. De inmediato, especialistas de la Empresa Provincial emprendieron, entre otras cosas, modificaciones en las zarandas y canales de salida y de alimentación, de modo tal que garantizaron lo requerido.  

Los productos del molino son analizados constantemente en el laboratorio de la UEB, al tiempo que la unidad provincial de la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas, en sus instalaciones de control de la calidad, también les hace pruebas periódicas y los certifica.

El ingeniero geólogo Gilberto García Miranda tiene la encomienda, explicó, de verificar que el componente pétreo cumpla con las cualidades en cuanto a granulometría, densidad y permeabilidad en las zonas donde se colocan.

INNOVACIÓN, CAMINO PARA RECAPITALIZARSE

Si alguien puede hacer un recuento de los obstáculos vencidos, ese es el ingeniero civil Carlos Luis Abreu Junco, director general de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería No. 16, ejecutora principal.

«El estudio de factibilidad realizado para ejecutar la presa planteó la adquisición de equipos de carga, que el país no pudo comprar por las presiones del bloqueo de Estados Unidos. Ante esa situación, como empresa, lo primero que hemos hecho es recapitalizarnos mediante la innovación».

En específico se necesitaban siete retroexcavadoras, situación resuelta cuando recuperaron cinco que estaban deterioradas por el largo periodo de uso. Así, de otras partes del país, solo hubo que enviar dos como apoyo.

El reconocimiento a sus compañeros se le hizo visible en el rostro cuando narró lo hecho para reincorporar uno de esos equipos marca Komatsu: «El motor estaba en buen estado, pero al faltarle las esteras, tomamos las de un buldócer de baja definitiva y se las adaptamos. Se hizo lo mismo con las mangueras hidráulicas. También fuimos a Moa, adquirimos un cubo de un equipo parecido que no estaba en uso, lo reconstruimos y se lo colocamos. Luego vino la chapistería y tan pronto estuvo terminada, la incorporamos al trabajo».

Hoy, aseguró, la política de la empresa es sostener la mecanización y sus componentes, no depender de la importación de medios técnicos. Bajo esa visión transcurrieron los análisis y las acciones para recuperar medios y sistemas empleados en la construcción de la presa Mayarí, como el molde deslizante para la fundición de la pantalla de hormigón armado de la cortina y las máquinas conformadoras de juntas y bordes.

Lo logrado tiene que ver con el encadenamiento con entidades de otros sectores. Con el apoyo de  empresas como la de Servicios Comandante René Ramos Latour y de Automatización Integral, una de las plantas en las que elaboran el hormigón, una vez instalada en áreas de la obra, tras la operación de traslado desde los accesos a la presa Mayarí, incrementó notoriamente la producción, paso necesario para el momento en que comience la fundición de la cubierta protectora de la cortina.

AGUA: TENERLA Y APROVECHARLA

Aun cuando el trasvase Este-Oeste tiene varias etapas por vencer, su efecto es significativo. Al respecto, el director general de la dip Trasvases, Eudelio Ricardo, afirmó a Granma que, hasta el momento de la conversación sostenida con él, se han concluido 35 kilómetros de túneles, poco más de 19 de conductoras y tres presas.

«Con abasto de agua hay terminadas 5 361,1 hectáreas, y se han puesto bajo riego 5 121 de ellas, 2 254 dedicadas a la caña, 2 195 a los cultivos varios, 566 para arroz y 106 para tabaco».

Este reportero recordó que datos de un periodo no muy lejano al diálogo con el directivo, puntualizaban que, de las 1 258,6 hectáreas beneficiadas con máquinas de riego que posee la Agricultura en varios puntos del municipio de Mayarí, se encontraban sembradas algo más de 602 y permanecían vacías unas 656, de las cuales estaba en movimiento de tierra el 27 %.

Frente a esa situación, el primer razonamiento es que no basta con disponer de agua, sino darle valor de uso y aprovecharla correctamente para justificar, con resultados productivos, las costosas inversiones que permiten explotar los recursos hídricos del Este holguinero. 

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OAM dijo:

1

8 de febrero de 2023

09:58:05


En varias ocasiones hé leído sobre la importancia de esta obra tanto para el abasto de agua a la población como la agricultura, pero es necesario que nuestro gobierno le de realmente valor de usó. Como es posible que allá tantas hectáreas bajo riego según dicen y sin embargo no se refleja en una mayor ofertas de productos agrícolas a la población . Al menos aquí en Holguín es pésima la oferta de productos y los precios tanto privado cómo estatal es abusivo.