
Primera causa de discapacidad en el adulto, segunda de demencia en personas de edad media y avanzada, y ubicado entre las tres primeras de mortalidad, el ictus es una de las enfermedades cerebrovasculares de mayor incidencia en las últimas décadas a nivel internacional.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) refieren que, anualmente, alrededor de 15 millones de personas sufren un ictus cerebral, de ellas mueren cerca de 5,5 millones, mientras casi el 20 % de los que sobreviven requieren cuidado institucional, en ocasiones, hasta tres meses, y entre el 15 % y el 30 % sufre discapacidad permanente.
Lo anterior hace que la dolencia no solo afecte a quienes la padecen, sino también a los familiares del enfermo. Su tratamiento y rehabilitación prolongada genera elevados gastos para los sistemas de Salud de cualquier país.
Como explica a Granma el doctor en Ciencias Médicas Javier Vicente Sánchez López, especialista de Segundo Grado en Neurología y jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto de Neurología y Neurocirugía, dicho término viene del latín, y se manifiesta en el daño tisular de un área del cerebro ocasionado por la súbita interrupción del flujo sanguíneo; lo cual, al privar de oxígeno la zona afectada, provoca déficits en las funciones neurológicas, que persisten por más de 24 horas.
«Existen dos formas de ictus: el isquémico, que es el más frecuente, y el hemorrágico. La tasa de incidencia anual sigue subiendo, asociada al aumento de la expectativa de vida de la población y de los pacientes que sobreviven a un primer evento».
Según recalcó el doctor Sánchez López, la probabilidad de recurrencia, tras el primer y el quinto año de sufrir un ictus, es de un 12 % y un 30 %, respectivamente. Llama la atención que en las últimas décadas se observa una marcada tendencia a su ocurrencia en edades más tempranas, acotó el avezado neurólogo.
«La lucha contra esta enfermedad cerebrovascular se centra en poder llegar a prevenirla y lograr la recuperación de la persona ya afectada. Para disminuir su incidencia, es imprescindible controlar aquellos factores de riesgo modificables, como son el control de la hipertensión arterial, la diabetes, dislipidemias, y el sobrepeso y la obesidad, además de no fumar, evitar el sedentarismo, y reducir el consumo de sal y la ingesta de alimentos ricos en grasas, colesterol y azúcares».
PROMISORIA APLICACIÓN TERAPÉUTICA
Desarrollado por especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), el Policosanol, conocido popularmente como PPG, es un medicamento obtenido a partir de la cera de la caña de azúcar, para el tratamiento de la hipercolesterolemia.
Producto líder de esa institución, perteneciente al grupo empresarial BioCubaFarma, el referido fármaco es un efectivo antiagregante plaquetario y reductor del colesterol en sangre, pues mejora la composición de la placa ateroesclerótica e inhibe la proliferación de las células musculares lisas.
Registrado e introducido en el mercado cubano hace más de cinco lustros, el Policosanol recibió, en 1996, la Medalla de Oro otorgada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y en la actualidad se comercializa en más de 30 países.
Constituye, además, un suplemento que favorece la calidad de vida en las personas mayores de 60 años, etapa de la vida en la que suelen incrementarse las enfermedades crónicas no transmisibles, como son la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y las vasculares.
Basado en la experiencia acumulada acerca de las propiedades terapéuticas del fármaco, corroboradas a lo largo de más de dos décadas de uso, el doctor Sánchez López se propuso investigar el efecto del PPG en la recuperación de pacientes con ictus isquémico, tema que escogió para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias Médicas, en 2015.
En ello influyó, también, la inclusión de esa dolencia cerebrovascular entre los problemas de salud más preocupantes en el mundo, y la política que, en materia de salud, despliega el Estado cubano, a fin de prevenir las enfermedades crónicas no transmisibles, las cuales constituyen causas fundamentales de morbilidad y mortalidad en nuestro país.
Según muestran los resultados de los estudios experimentales y clínicos emprendidos por nuestro interlocutor, con la estrecha colaboración de la doctora en Ciencias Sarahí Mendoza Castaño, directora de Investigación, Desarrollo e Innovación del CNIC, el empleo oral del PPG de 20 miligramos, combinado con la aspirina de 125 mg, favoreció la recuperación del déficit neurológico en pacientes que habían sufrido un ictus isquémico, y previno, de manera significativa, la recurrencia de tales eventos.
Igualmente, redujo la discapacidad resultante a corto, mediano y largo plazos, y la frecuencia de nuevos episodios severos vasculares, coronarios, cerebrovasculares y la mortalidad.
A lo largo de la investigación, resaltó el doctor Sánchez López, se pudo ratificar la potente acción del Policosanol como antiagregante plaquetario con efectos antioxidantes, que lo convierten en un medicamento muy eficaz en el esquema terapéutico de las enfermedades mencionadas.
Ello lo hace recomendable en aquellas personas diabéticas que padecen de claudicación intermitente, un padecimiento causado por el endurecimiento de las arterias de las piernas, que provoca dolor al caminar, obligando al individuo a detener la marcha.
También influye, de manera positiva, sobre algunos de los principales factores de riesgo de las mismas, al disminuir significativamente los niveles del llamado colesterol malo LDL y colesterol total en sangre, elevando, a su vez, la presencia del colesterol HDL.
Resulta oportuno mencionar que el PPG es un producto natural muy seguro, tolerado y carente de efectos adversos, cualidad que lo distingue de otros fármacos reductores del colesterol, como las estatinas, aseveró nuestro entrevistado.
«La estrategia de lucha contra el ictus debe centrarse en el control de los factores de riesgo modificables ya mencionados, y en la toma, por indicación médica, con carácter preventivo (sobre todo, a partir de la quinta década de vida), de antiagregantes plaquetarios, donde el Policosanol mucho puede aportar».
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20 de marzo de 2021
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30 de marzo de 2021
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5 de diciembre de 2021
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