ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
LCB2 se nutrió de la realidad y la registró en la pantalla mediante el riguroso despliegue de los códigos de la narración épica. Foto: Portal de la TV cubana

No fue fortuita la escena que precedió los créditos finales: Mongo Castillo (Osvaldo Doimeadiós) interpelado unos años después por el nieto. «Héroe fue tu padre», respondió cuando el niño cuenta lo que de él dijo la maestra. Mongo no se reconoce como tal, mientras atribuye esa condición a su hijo, caído en combate. 

Un capítulo antes, luego de presenciar una de las secuencias más conmovedoras de los audiovisuales dramatizados cubanos de todos los tiempos, la muerte de El Gordo (Rolando Rodríguez), el jefe de la tropa, El Gallo (Fernando Echevarría), arenga: «Muérdanse el sufrimiento y lloren pa’ dentro, carijo. Afuera me dejan namá’ la rabia. Una rabia larga, gallitos, porque una corta no me sirve. Una rabia grande, muy grande, pa’ partirle la vida a todos esos hijoeputas».

Ambas situaciones sintetizan la altura e intensidad de la teleserie LCB2: La otra guerra, a cuya conclusión asistimos el último domingo. Los combatientes de lucha contra bandidos, como muchísimos otros antes y después de la toma del poder revolucionario, no empuñaron las armas, ni aplicaron astucia e inteligencia en el desmantelamiento de aquellas hordas criminales, para que se les tuviera en un pedestal. Actuaron como héroes sin proponérselo, y ante la muerte del compañero, o peor aún, a la vista de las huellas de los horrores cometidos contra la población civil, se empinaron con mayores ímpetus para cortar el mal de raíz.

LCB2 se nutrió de la realidad y la registró en la pantalla mediante el riguroso despliegue de los códigos de la narración épica. Buena idea, aunque no advertida de inicio por los televidentes debido a una promoción deficiente, la de pasar de corrido todos los capítulos de la nueva teleserie, los ya vistos y los que quedaron por ver. Si en la primera parte de la saga el escenario fue el Escambray, el teatro de operaciones en el foco de la realización se situó en Matanzas.

En ese territorio, las actividades subversivas contra la Revolución comenzaron a manifestarse con cierta regularidad en los primeros meses de 1960. De acuerdo con reportes de los investigadores Pedro Etcheverry y Luis Rodríguez en casi un lustro operaron 46 bandas, tuteladas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, dispersas en lugares intrincados de las planicies matanceras. Estuvieron  integradas por antiguos soldados y miembros de los cuerpos represivos del batistato, personas comprometidas con defenestrados caciques políticos y grandes propietarios de tierra, elementos marginales de escasa entidad moral y, en menor grado, por personas arrastradas por vínculos de parentesco u obnubiladas por la propaganda anticomunista enemiga. Entre enero y febrero de 1965 quedó cerrado el capítulo del bandidismo en Matanzas, con la liquidación en la finca El Cura, de Jagüey Grande, de la última banda y la captura en Ceiba Mocha de dos remanentes de aquella.

¿Libertadores de la Patria? ¿Heroicos luchadores contra la dictadura castrista? ¿Combatientes de probado valor y patriotismo, como se les presenta todavía en medios del Sur de la Florida que pretenden limpiar la imagen de los bandidos? Un hecho bastaría para desmentir el infame bulo. El 24 de enero de 1963 la cuadrilla de Pancho el Gallego, a las órdenes del cabecilla Pichi Catalá, mantenido por Estados Unidos, atacó  la casa de Goyo Rodríguez, en la finca La Candelaria, en Bolondrón; asesinó a los niños Yolanda y Fermín Rodríguez Díaz, de 11 y 13 años de edad; y provocó heridas graves a las hermanitas Josefita y Felicia, de 7 y 16 años, y a la madre Nicolasa Díaz. Más de un centenar de crímenes cometieron las bandas en Matanzas, sin contar los milicianos caídos, los numerosos heridos y mutilados, los cañaverales, centros docentes, equipos de transporte y almacenes incendiados, los robos cometidos y atropellos perpetrados.

¿Cómo presentar el enfrentamiento radical entre unos y otros, la violencia revolucionaria frente a la violencia contrarrevolucionaria? ¿Cómo sustanciar razones y sinrazones en la pequeña pantalla? Antes del guion de Eduardo Vázquez, que no tiene desperdicio y halla fundamento en acuciosas investigaciones y testimonios históricos, y más aún, antes de que Roly Peña filmara un solo plano, en colaboración con alguien a quien siempre recordaré, Miguelito Sosa, los realizadores sabían lo que se traían entre manos.

Recrear la historia no es dar una clase de historia. Ningún telespectador se coloca un domingo por la noche ante la pantalla doméstica a recibir una lección. LCB2 responde a los códigos y exigencias de la ficción televisual, pero a diferencia de otras producciones, en las que se esquematizan situaciones y posicionamientos ideológicos, logra que tales recursos converjan para dar un relieve vigorosamente matizado de un momento álgido de nuestra historia. Que conste, el panfleto y el maniqueísmo no solo campean desde la izquierda; no poco de lo que fabrica Hollywood y las grandes cadenas de entretenimiento serial en Estados Unidos se halla permeado por el maniqueísmo, la simplificación y el panfleto.

A la eficacia fotográfica en las escenas de combate, la integración del paisaje como protagonista, la pertinencia de la banda sonora de Magda Ros Galbán y Juan A. Leyva, la cuidadosa edición y la ambientación precisa de las escenas, hay que sumar, carta de triunfo, la captación sutil de las atmósferas dramáticas contrastantes –méritos de la puesta en pantalla y el guion–, y el equilibrio entre la dirección de actores y la impronta individual de estos al enriquecer cada uno de sus personajes.

¿Quién no cayó rendido ante la evidencia de los desempeños de Osvaldo Doimeadiós y Fernando Echevarría? Los muy reales Mongo Treto y Gustavo Castellón (El Caballo de Mayaguara) revivieron metamorfoseados en la ficción. Pero hubo también otros muy valiosos perfiles, como los aportados por Jorge Martínez, Carlos Gonzalvo, Luis Carrere, Rolando Rodríguez, Daisy Quintana, Keny Cobo y Betty Viñas, hasta el cabecilla asumido por Jorge Treto en toda su complejidad y reales miserias humanas.

Cuando más arriba expresé que los realizadores, técnicos y actores, apoyados por una producción que demostró cómo vender limitaciones y carencias y alcanzar una factura digna y agradecida, sabían qué se traían entre manos, quise decir también lo siguiente: la épica de LCB2 fue la antítesis de la mitificación y un ejemplo de los auténticos cantares de gesta que necesitamos.

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Y@Y dijo:

21

29 de septiembre de 2020

11:51:10


SENCILLAMENTE EXCELENTE

Pável González Noa dijo:

22

29 de septiembre de 2020

12:01:19


Se necesitan más series, que como esta aborden desde el punto artístico realidades poca conocidas de nuestra riquísima historia. Felicidades a todos los que contribuyeron para lograr este muy digno producto televisivo.

elliott dijo:

23

29 de septiembre de 2020

12:01:41


...muy buena serie felicidades a todo el equipo...para los que no vivieron la época pudiera decirles que con las atrocidades que hicieron esos alzados podrían muy bien realizar miles de 2das partes de la LCB2 y todas quedarían buenas; lo que se recrea en esa gustada serie solo es la punta del iceberg de las vicisitudes que afrontaron nuestra el campesinado y los combatientes que tuvieron que enfrentar las bandas de criminales apadrinadas y avitualladas desde y por EE.UU...es historia y en las escuelas se toca por "arribita"...tenemos excelentes anécdotas y obras de aquellos días que es nuestro deber levar a las nuevas generaciones para que siempre sepan el por qué debemos defender nuestras conquistas....saludos a todos

Yudiel dijo:

24

29 de septiembre de 2020

12:05:02


Sin dudar ha sido la mejor teleserie que se ha dado en años en la televisión de nuestro país, aún queda mucha historia no contada, historia con clamor sin voz que necesita salir de los libros de textos de las escuelas, diarios y archivos históricos y ser llevada a la pantalla, vivimos en un contexto histórico digital, y Cuba tiene historia para rato...historia para contar: 1. Guerra de los diez años. 2. Guerra de 1895. 3. Movimiento 26 de Julio. 4. Revolución en el Poder. 5. Playa Girón. 6. Guerra Biológica. 7. Epopeya de Angola. Una película no basta, una teleserie sí, que narre y abarque cada detalle histórico. Saludos Yudiel Nápoles Osorio

Yudel Piloto Calás dijo:

25

29 de septiembre de 2020

14:22:30


Todos disfrutamos mucho cada capitulo. Ver a Doimeadios, con esa originalidad de guajiro afloro muchas risas. Muchas felicidades a Roli Peña y que series como estas ayuden a que nuestra historia sea mejor impartida en las escuelas.

Antonio dijo:

26

29 de septiembre de 2020

16:48:39


Magnífica teleserie. Soy peruano y quedé enganchado a cada capítulo, buena producción cinematográfica.

Israel dijo:

27

29 de septiembre de 2020

18:18:42


Muy buena crítica, más bien análisis hace el priodista, felicidades, una serie de excelente factura, esa es la mejor clase de historia que se puede recibir sobre la LCB un cubano. De acuerdo con el redactor la serie no fue bién promovida, para ser sincero, soy un ejemplo, no la cemencé a ver y cuando observé que en mi casa todos la esperaban, me dije, hay que verla y me sumé, cuanto lamenté no comenzarla a ver desde el principio, FELICIDADES A TODOS LOS QUE TUVIERON QUE VER CON SU REALIZACIÓN, FELICIDADES Y GRACIAS

Nelson dijo:

28

30 de septiembre de 2020

09:00:32


Estimado. Comparto plenamente su comentario, es acertado,es una magnífica forma de acercarnos a la verdad de la historia que muchos quieren olvidar. Es un ejemplo de que se pueden hacer buenas cosas en aras de la formación de nuestra juventud. Tuve la dicha conocer a los verdaderos personajes y por ello felicito a los actores por su desempeño. Ojalá se repitan proyectos como este, Cuba es un tesoro de recuerdos de lucha, valentía, heroismo y entrega a los ideales de la patria.

Amandy dijo:

29

30 de septiembre de 2020

14:23:27


Felicidades. Lo mejor de lo mejor de la TV cubana. Esperamos con ansias la 3ra temporada.

Edilia dijo:

30

30 de septiembre de 2020

22:27:33


Serie excelente con brillantes actuaciones que me llevó a comprender mejor la grandeza de esa parte de nuestra historia que no se enseña en nuestras escuelas. Habia que ser muy valiente para estar en un cerco, en medio del monte por varios días. Felicidades para todos los que la hicieron posible. Junto con Duaba, la odisea del honor , LCB es muestra de que si se pueden hacer cosas buenas en nuestra televisión

Raul Guerra dijo:

31

1 de octubre de 2020

08:36:12


Por favor que no se acabe, historias se sobran y relatos, mentengalos en la televisión y así darle en la cara con verdad a los tiranos que en las redes hablan todo tipo de falsedades, en Cuba la tiranía siempre la puso el Imperio Yanqui.

Koka dijo:

32

1 de octubre de 2020

12:43:55


La serie tiene argumento para continuar otra temporada. LCB tuvo muchos escenarios. Les propongo revisar la historia y el contexto de LCB en Las Tunas y la infame historia de Tuto Pupo y el Combate del río La Gallina

maricel dijo:

33

20 de octubre de 2020

16:33:02


MAVARILLOSA SERIE, FELICITACIONES A ACTORES,DIRECTORES, GUINISTAS, EN FIN A TODOS LO QUE APORTARON SU GRANITO. !BRAVO! OJALA CONTINUEN SERIES COMO ESTA, PARA QUE LOS MÁS JÓVENES CONOZCAN MEJOR NUESTRA HISTORIA..