De una isla a otra llega María del Mar Bonet. De la Mallorca de la Sierra Tramuntana y el gótico levantino, de los efluvios del romero y las ensalmadas, pero sobre todo de los poemas de Joan Alcover y Bartomeu Rosselló, que ella conoce bien.
Nos llega de la cultura de expresión catalana, comunidad lingüística y espiritual a la que pertenece y encumbra con su arte. Música y líricas que nos son cercanas desde los días en que descubrimos aquí a Joan Manuel Serrat y Francesc Pi de la Serra, a Raimón y Lluis Llach. Desde los días en que una muchacha, a la vera de su hermano Joan Ramón, entraba para siempre en la órbita de la nova canco.
Cada concierto suyo queda en la memoria. Viajera mediterránea, cantora de aires andaluces y libaneses, magrebíes y balcánicos, con la voz acoplada a la música del gran griego Mikis Theodorakis y al misterio poético de Ramón Llull, María del Mar es, ante todo, una artista comprometida con la justicia.
Una de las más estremecedoras páginas del cancionero político de la España contemporánea, la de los tiempos de la agonía del franquismo, es Que volen aquesta gent (Qué quiere esta gente). Del terror de la represión a la denuncia, el canto adquiere la gravedad de la pasión y apunta a la necesaria redención de los pueblos. Consecuente ha sido la artista al entonar con aires combativos esta pieza cada vez que se la solicitan o simplemente siente ella misma el deseo de hacerlo. Ella es fiel a algo que una vez dijo bien alto: «Yo no he sido ni soy de la gauche caviar».
Cuba ya la honró a inicios de este decenio con el Premio Cubadisco en su categoría internacional por el álbum Bellver, que reunió 15 temas de linaje mediterráneo.
Ahora la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y su Asociación de Músicos vuelve a hacerlo al otorgarle el Premio Internacional Miguel Matamoros, destinado a exaltar trayectorias excepcionales en el campo de la creación musical popular y la promoción de vínculos con nuestro país.
Durante un acto efectuado en la sala Martínez Villena, de esa institución, el poeta Miguel Barnet y el maestro Guido López Gavilán pusieron en sus manos el lauro, simbolizado esta vez por una obra creada especialmente para la ocasión por los artistas camagüeyanos Ileana Sánchez y Joel Jover.
Heidi Igualada, Ihosvany Bernal, Marta Campos, el dúo Darias y Gerardo Alfonso le regalaron una trovada, que ella correspondió interpretando tonadas de su tierra.
La celebración por la estancia cubana de la singular mallorquina se completó hace apenas unas horas con la presentación del libro María del Mar Bonet/Intensidades, del periodista y crítico Jordi Bianciotto, quien se encuentra en La Habana y refleja no solo las largas conversaciones, sino también el impacto de la gira 50 anys d'escenaris, que lleva a cabo desde el año pasado.
En esta otra isla que ha hecho suya, María del Mar grabó el álbum Ultramar, rodeado de viejos y nuevos amigos, el cual después de sus presentaciones en una gira por la España peninsular e insular el año pasado, la trae de vuelta ahora para el concierto del próximo sábado a las 8:30 p.m. en el teatro Martí.
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Frank vence dijo:
1
20 de septiembre de 2018
09:46:05
Carmen dijo:
2
24 de septiembre de 2018
14:48:31
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