En millones se cuantifican las unidades de ladrillos de barro y de canto o piedra producidos en lo que va de 2025, en los establecimientos de la Empresa Provincial de Materiales de la Construcción (Epromac), de Santiago de Cuba, «destinados fundamentalmente al programa de construcción de viviendas en sus diversas modalidades y tipologías, así como a obras de interés económico-social», precisó a Granma Jesús Antonio Vera Shelton, director general de la entidad.
«Hemos fortalecido renglones como los áridos, de manera especial con el polvo de piedra, las losas y las conexiones hidráulicas y sanitarias –que tienen como materia prima el barro–, y como extensor del cemento utilizamos el polvo de piedra y la cal, en cuatro de los nueve municipios de la provincia», destacó Vera Shelton.
De acuerdo con especialistas de Epromac, las variantes han hecho posible la colocación de losas hidráulicas, resanes y repellos a las paredes, e incluso la confección de bloques de hormigón, en dependencia de la resistencia de la mezcla, previamente certificada. No obstante, «las demandas, siempre crecientes, del Programa no se suplen, dado el déficit de cemento, de combustibles y de la generación del Sistema Eléctrico Nacional, puesto que nuestro equipamiento –en parte modernizado a partir de proyectos con la Federación de Rusia–, depende de esta», aseguró el directivo.
Con presencia en todos los municipios santiagueros, esta empresa apela a la explotación de los recursos de cada territorio, en función de que la producción local sea sostenible y se constituya en la principal fuente para que, de los 189 renglones necesarios para construir una vivienda, «41 sean producidos con materias primas endógenas, y otros 76 a partir del reciclaje», concluyó.



















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