CAIBARIÉN, Villa Clara. —De trascendental para el futuro del territorio y en la concreción de la Estrategia Económico-Social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la COVID-19, calificó Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y ministro de Economía y Planificación, los proyectos de desarrollo local que se implementan en el municipio de Caibarién.
Durante un intercambio con las autoridades del territorio, instó a impulsar el progreso de manera endógena, de forma participativa e innovadora, lo cual debe constituir una prioridad para todos los actores que intervienen en este proceso, aseguró Gil Fernández, quien llamó a destrabar todas los nudos que aun frenar la concreción de ese objetivo.

El viceprimer ministro, se interesó por las prioridades de trabajo en el municipio costero donde se asienta uno de los polos turísticos de mayor desarrollo en Cuba, entre las cuales se encuentran la producción de alimentos, el desarrollo humano, el turismo y su diversificación y la gestión del conocimiento, ciencia, tecnología e innovación unido a dimensiones relacionadas con el medio ambiente, higienización y cambio climático.
De igual manera, comprobó la marcha de varias inversiones que tributan al progreso de la localidad y de la provincia, como la confitera local, un proyecto fomentado a partir de la conformación de la Empresa Mixta Proxcor SA; además del llamado parque acuático que se prevé construir en la playa de La Villa Blanca.
Asimismo, el ministro de Economía y Planificación, quien estuvo acompañado por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en Villa Clara, Yudí Rodríguez Hernández y Alberto López Díaz, respectivamente, constató el proceso de construcción de viviendas y los trabajos para el tratamiento de residuales en el Reparto Van Troi.
De manera particular, el vice primer ministro se interesó por la situación del centro histórico del municipio y las inversiones que allí se prevén para su desarrollo turístico, además de la situación del empleo y el uso de las tierras ociosas, las que hay que poner a producir en bien del avance de programas de soberanía alimentaria y educación nutricional.

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