ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Fidel se lo había prometido al pueblo: “En 1956 seremos libres o seremos mártires”. Los periodistas cubanos conocían del intenso en­trenamiento que en México recibían un grupo de revolucionarios y acosaban al tirano Batista en sus presentaciones públicas con preguntas al respecto. “Los planes conspirativos de la opo­sición no afectarán la normalidad de la república”, repetía mecánicamente el sátrapa. Pero a na­die convencía.

Hasta el pomposo jefe de las Fuerzas Ar­ma­das del régimen, general Francisco Tabernilla, se vio obligado a enfrentar a la prensa: “Es im­po­sible toda posibilidad de desembarco como ha anunciado Fidel Castro”. Precisamente el viernes de su profecía, a cientos de millas al oeste de La Habana, se le informaba a la capitanía del puerto de Tuxpan, México, de la venta del yate Granma, hasta entonces propiedad de la Schuykill Products Company Inc., a

Antonio del Conde (El Cuate), quien en su condición de ciudadano mexicano, había adquirido la nave por orientación de Fidel, tras comprobar que era un barco muy marinero, capaz de soportar el mar grueso y llegar a su destino.

El dinero de la transacción se había conseguido gracias a las contribuciones de patriotas cubanos, dentro y fuera de Cuba. Fidel y Juan Manuel Márquez recorrieron los Estados Unidos para recolectar do­naciones de los cubanos emigrados. En nuestro país el Movimiento 26 de Julio realizó igualmente una fructífera labor.

La tiranía, entretanto, no se dormía en los laureles y aumentaba su nómina de espías y matones a sueldo en México, sobornaba allí a funcionarios y policías corruptos. El 17 de no­viembre, agentes de la Dirección Federal de Seguridad requisaron en la capital azteca un grupo de armas y detuvieron a

Pedro Miret, Enio Leyva y la periodista cubana Teté Casuso. Un mexicano solidario, oficial de ese órgano po­liciaco, alertó a los revolucionarios cubanos que entre ellos existía un traidor que ha­bía ven­di­do esa información al embajador batistiano por 5 000 dólares e iba a obtener otros 20 000 más por delatar dónde se encontraba el barco de la expedición. Todo apuntaba hacia un re­ciente desertor.

Ante tales contingencias y dos nuevas de­serciones, Fidel decidió el 21 de noviembre diseminar los combatientes en pequeños grupos por diversos hospedajes. Junto con Raúl y Juan Ma­nuel estableció el cuartel general en el mo­tel Mi Ranchito, a mitad de camino entre el Distrito Federal y el puerto de Tuxpan, lugar donde se hallaba el Granma. Hacia este punto comenzaron a trasladarse, el 24 de noviembre, todos los hombres que debían partir en la expedición.

Ya se avecinaba el regreso a Cuba y Juan Al­meida fue a encontrarse con una linda mexi­canita con la que había mantenido relaciones des­de su llegada a estas tierras. Ella también presintió algo, porque le pidió ir a la Ermita de la Vir­gen de la Guadalupe, la patrona de ese pueblo hermano. “Le he pedido por ti, porque todo te salga bien”, ella le dijo delante de la imagen de la santa. Cuando abandonaron el lugar estaba lloviznando. La temperatura ha­bía descendido. Él, amorosamente, le abrochó el cuello del so­bretodo. Ella se quitó la bufanda y abrigó al cu­bano. Se abrazaron por última vez.

De regreso a la casa que le servía de refugio, Almeida buscó lápiz, papel y comenzó a escribir: “Ya me voy de tu tierra, mexicana bo­nita…”

El 25 de noviembre llegó el día esperado. El Granma se puso en marcha despacio y navegó tranquilamente por el río Tuxpan durante aproximadamente media hora. A ambos lados titilaban las luces del poblado, cada vez más es­casas. Nadie hablaba, solo se oía el ruido del mo­tor y de la proa al surcar la corriente. Los destellos del faro anunciaron la llegada a la de­sembocadura. Ya se percibía un fuerte olor a mar. Arreciaban el viento, la lluvia. Su­fi­cien­te­mente alejados de tierra firme, se aceleraron los motores, se encendieron las luces. Al­guien co­menzó a cantar: “Al combate, corred, bayameses, que la patria os contempla orgullosa…”. Todos lo secundaron como una sola voz.

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Jorge Nesrala M. dijo:

1

25 de noviembre de 2015

10:21:38


Gloria eterna para todos los combatientes del Granma, entre ellos al Comandante Pichirilo, a quien tuve el honor de tratar de cerca en 1965.

Manuel López Rodríguez dijo:

2

25 de noviembre de 2015

16:10:33


¡Que viva el Granma y sus 82 corajudos expedicionarios!!!!! ¡Que viva Fidel!!!!!

carlos agustin gonzalez gonzalez dijo:

3

25 de noviembre de 2015

17:23:16


Alli comenzo la segunda y definitiva independencia de nuestra America. Gloria eterna a los combatientes del Granma !!!

Luis farfan dijo:

4

25 de noviembre de 2015

17:43:42


Una gran gesta de honor y lealtad que permitio la libertad de la Isla!! Viva Fidel!! Saludos desde Lima - Perú.

Salvador Padilla dijo:

5

25 de noviembre de 2015

19:36:39


Y que fue del Granma, se encuentra en algún museo?

Marino Riosa dijo:

6

26 de noviembre de 2015

04:14:34


Actualmente se encuentra en un parque al lado del Museo de la Revolución en Habana y se puede visitar. Tuve el privilegio de verlo hace dos semanas.

miguel valera dijo:

7

27 de noviembre de 2015

22:28:58


Soy de tuxpan y es un orgullo que salieran de ahí

Yusley Castañeda Labrada dijo:

8

7 de abril de 2016

12:42:39


Una verdadera proeza de aquella generación de hombres valientes y entregados por completo a una causa justa, que Cuba fuera libre e independiente, gloria a todos los que dieron su vida por la libertad de la patria soñada de todos los cubanos. Saludos desde Honduras.