El Héroe Nacional de Cuba está hoy presente entre los pedagogos cubanos, en los carteles, exposiciones, paneles, prendas, en la música que emana de la voz y la guitarra de una instructora de arte en los pasillos del Palacio…
En el día del aniversario 162 de su natalicio, cuando más de 2700 docentes se reúnen en Cuba para discutir los problemas de la educación en el continente, Martí los conduce por los caminos de la reflexión y les está diciendo, desde su condición de Maestro de generaciones de cubanos, que la educación prepara al hombre para la vida, y solo termina cuando lo alcanza la muerte.
Vítores al más universal de los cubanos, a Cuba, Venezuela, Fidel y Chávez acompañan la iniciativa de la Universidad de Ciencias Pedagógicas José de la Luz y Caballero de Holguín, donde Maritza González, de la delegación venezolana, entona “El alma llanera” junto al grupo de maestro que rodean a los artistas. “Estoy feliz por poder compartir con otros colegas y docentes. Me encanta cómo los cubanos enaltecen los valores de sus próceres, y más en este día especial que recordamos a Martí, quien dejó una idea de libertad sembrada en cada uno de los corazones latinoamericanos. El Apóstol nos dejó un legado no solo en sus páginas, sino también en la acción y el pensamiento que impulsó y se respira en cada uno de los espacios”.
Quizá Giraldo Enrique Santiesteban, instructor de arte en la especialidad de Teatro de la Universidad holguinera, no pensó que la actividad cultural que dirigía se iba a convertir en un canto al amor, a la vida, a la libertad de los pueblos:“Hemos querido traer cantos tradiciones de otros países de nuestra tierra caribeña, como Venezuela y México, y de Cuba también, para con técnicas de participación y concursos premiar el conocimiento y sobre todo homenajear al Maestro”.
A la villaclareña Edeniade la Caridad le sucedió como a todos los que pasamos al azar por el stand de la nororiental provincia: “Estamos viviendo una experiencia inolvidable, estamos viviendo la unidad entre todos los educadores latinoamericanos, y eso es lo que quería Martí, la unidad de América y del mundo. Hoy más que nunca está vigente el pensamiento martiano, como una forma de honrar al Apóstol.
Martí se vive, se escucha, se cuela entre los delgados y sus instintos de plasmar iniciativas que traigan al presente el ideario pedagógico martiano, y ahí estaba la música para ser protagonista, para ser ese hombre escapado de sí mismo, “el anuncio de la armonía constante y venidera.”



















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