ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Mucho hay que decir de estos tiempos difíciles para la humanidad. Hoy, sin embargo, es un día de especial interés para nosotros y quizá también para mu­chas personas.

A lo largo de nuestra breve historia revolucionaria, desde el golpe artero del 10 de marzo de 1952 promovido por el imperio contra nuestro pequeño país, no pocas veces nos vimos en la necesidad de tomar importantes decisiones.

Cuando ya no quedaba alternativa alguna, otros jóvenes, de cualquier otra nación en nuestra compleja situación, hacían o se proponían hacer lo mismo que nosotros, aunque en el caso particular de Cuba el azar, como tantas veces en la historia, jugó un papel decisivo.

A partir del drama creado en nuestro país por Estados Unidos en aquella fecha, sin otro objetivo que frenar el riesgo de limitados avances sociales que pudieran alentar futuros de cambios radicales en la propiedad yanki en que había sido convertida Cuba, se engendró nuestra Revo­lución Socialista.

La Segunda Guerra Mundial, finalizada en 1945, consolidó el poder de Estados Unidos como principal potencia económica y militar, y convirtió ese país —cuyo territorio estaba distante de los campos de batalla— en el más poderoso del planeta.

La aplastante victoria de 1959, podemos afirmarlo sin sombra de chovinismo, se convirtió en ejemplo de lo que una pequeña nación, luchando por sí misma, puede hacer también por los demás.

Los países latinoamericanos, con un mínimo de honrosas excepciones, se lanzaron tras las migajas ofrecidas por Estados Unidos; por ejemplo, la cuota azucarera de Cuba, que durante casi un siglo y medio abasteció a ese país en sus años críticos, fue repartida entre productores ansiosos de mercados en el mundo.

El ilustre general norteamericano que presidía entonces ese país, Dwight D. Eisenhower, había dirigido las tropas coaligadas en la guerra en que liberaron, a pesar de contar con poderosos medios, solo una pequeña parte de la Europa ocupada por los nazis. El sustituto del presidente Roosevelt, Harry S. Truman, resultó ser el conservador tradicional que en Estados Unidos suele asumir tales responsabilidades políticas en los años difíciles.

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas —que constituyó hasta fines del pasado siglo XX, la más grandiosa nación de la historia en la lucha contra la explotación despiadada de los seres humanos— fue disuelta y sustituida por una Federación que redujo la superficie de aquel gran Estado multinacional en no menos de cinco millones 500 mil kilómetros cuadrados.

Algo, sin embargo, no pudo ser disuelto: el espíritu heroico del pueblo ruso, que unido a sus hermanos del resto de la URSS ha sido capaz de preservar una fuerza tan poderosa que junto a la República Popular China y países como Brasil, India y Sudáfrica, constituyen un grupo con el poder necesario para frenar el intento de recolonizar el planeta.

Dos ejemplos ilustrativos de estas realidades los vivimos en la República Popular de Angola. Cuba, como otros mu­chos países socialistas y movimientos de liberación, colaboró con ella y con otros que luchaban contra el dominio portugués en África. Este se ejercía de forma administrativa directa con el apoyo de sus aliados.

La solidaridad con Angola era uno de los puntos esenciales del Movimiento de Países No Alineados y del Campo So­cialista. La independencia de ese país se hizo inevitable y era aceptada por la co­munidad mundial.

El Estado racista de Sudáfrica y el Go­bierno corrupto del antiguo Congo Belga, con el apoyo de aliados europeos, se preparaban esmeradamente para la conquista y el reparto de Angola. Cuba, que desde hacía años cooperaba con la lucha de ese pueblo, recibió la solicitud de Agostinho Neto para el entrenamiento de sus fuerzas armadas que, instaladas en Luanda, la capital del país, debían estar listas para su toma de posesión oficialmente establecida para el 11 de noviembre de 1975. Los soviéticos, fieles a sus compromisos, les habían suministrado equipos militares y esperaban solo el día de la independencia para enviar a los instructores. Cuba, por su parte, acordó el envío de los instructores solicitados por Neto.

El régimen racista de Sudáfrica, condenado y despreciado por la opinión mundial, decide adelantar sus planes y envía fuerzas motorizadas en vehículos blindados, dotados de potente artillería que, tras un avance de cientos de kilómetros a partir de su frontera, atacó el primer campamento de instrucción, donde varios instructores cubanos murieron en heroica resistencia. Tras varios días de combates sostenidos por aquellos valerosos instructores junto a los angolanos, lograron detener el avance de los sudafricanos hacia Luanda, la capital de Angola, adonde había sido enviado por aire un batallón de Tropas Especiales del Ministerio del Interior, transportado desde La Habana en los viejos aviones Britannia de nuestra línea aérea.

Así comenzó aquella épica lucha en aquel país de África negra, tiranizado por los racistas blancos, en la que batallones de infantería motorizada y brigadas de tanques, artillería blindada y medios adecuados de lucha, rechazaron a las fuerzas racistas de Sudáfrica y las obligaron a retroceder hasta la misma frontera de donde habían partido.

No fue únicamente ese año 1975 la etapa más peligrosa de aquella contienda. Esta tuvo lugar, aproximadamente 12 años más tarde, en el sur de Angola.

Así lo que parecía el fin de la aventura racista en el sur de Angola era solo el comienzo, pero al menos habían podido comprender que aquellas fuerzas revolucionarias de cubanos blancos, mulatos y negros, junto a los soldados angolanos, eran capaces de hacer tragar el polvo de la derrota a los supuestamente invencibles racistas. Tal vez confiaron entonces en su tecnología, sus riquezas y el apoyo del imperio dominante.

Aunque no fuese nunca nuestra intención, la actitud soberana de nuestro país no dejaba de tener contradicciones con la propia URSS, que tanto hizo por nosotros en días realmente difíciles, cuando el corte de los suministros de combustible a Cuba desde Estados Unidos nos habría llevado a un prolongado y costoso conflicto con la poderosa potencia del Norte. De­sa­parecido ese peligro o no, el dilema era decidirse a ser libres o resignarse a ser esclavos del poderoso imperio vecino.

En situación tan complicada como el acceso de Angola a la independencia, en lucha frontal contra el neocolonialismo, era imposible que no surgieran diferencias en algunos aspectos de los que po­dían derivarse consecuencias graves para los objetivos trazados, que en el caso de Cuba, como parte en esa lucha, tenía el derecho y el deber de conducirla al éxito. Siempre que a nuestro juicio cualquier aspecto de nuestra política internacional podía chocar con la política estratégica de la URSS, hacíamos lo posible por evitarlo. Los objetivos comunes exigían de cada cual el respeto a los méritos y experiencias de cada uno de ellos. La modestia no está reñida con el análisis serio de la complejidad e importancia de cada situación, aunque en nuestra política siempre fuimos muy estrictos con todo lo que se refería a la solidaridad con la Unión Soviética.

En momentos decisivos de la lucha en Angola contra el imperialismo y el racismo se produjo una de esas contradicciones, que se derivó de nuestra participación directa en aquella contienda y del hecho de que nuestras fuerzas no solo luchaban, sino que también instruían cada año a miles de combatientes angolanos, a los cuales apoyábamos en su lucha contra las fuerzas pro yankis y pro racistas de Sudáfrica. Un militar soviético era el asesor del gobierno y planificaba el empleo de las fuerzas angolanas. Discrepábamos, sin embargo, en un punto y por cierto importante: la reiterada frecuencia con que se defendía el criterio erróneo de emplear en aquel país las tropas angolanas mejor entrenadas a casi mil quinientos kilómetros de distancia de Luanda, la capital, por la concepción propia de otro tipo de guerra, nada parecida a la de carácter subversivo y guerrillera de los contrarrevolucionarios angolanos. En realidad no existía una capital de la UNITA, ni Savimbi tenía un punto donde resistir, se trataba de un señuelo de la Sudáfrica racista que servía solo para atraer hacia allí las mejores y más suministradas tropas angolanas para golpearlas a su antojo. Nos oponíamos por tanto a tal concepto que más de una vez se aplicó, hasta la última en la que se demandó golpear al enemigo con nuestras propias fuerzas lo que dio lugar a la batalla de Cuito Cuanavale. Diré que aquel prolongado enfrentamiento militar contra el ejército sudafricano se produjo a raíz de la última ofensiva contra la supuesta “capital de Savimbi” —en un lejano rincón de la frontera de Angola, Sudáfrica y la Namibia ocupada—, hacia donde las valientes fuerzas angolanas, partiendo de Cuito Cuanavale, antigua base militar desactivada de la OTAN, aunque bien equipadas con los más nuevos carros blindados, tanques y otros medios de combate, iniciaban su marcha de cientos de kilómetros hacia la supuesta capital contrarrevolucionaria. Nuestros audaces pilotos de combate los apoyaban con los Mig-23 cuando estaban todavía dentro de su radio de acción.

Cuando rebasaban aquellos límites, el enemigo golpeaba fuertemente a los valerosos soldados de las FAPLA con sus aviones de combate, su artillería pesada y sus bien equipadas fuerzas terrestres, ocasionando cuantiosas bajas en muertos y heridos. Pero esta vez se dirigían, en su persecución de las golpeadas brigadas angolanas, hacia la antigua base militar de la OTAN.

Las unidades angolanas retrocedían en un frente de varios kilómetros de ancho con brechas de kilómetros de separación entre ellas. Dada la gravedad de las pérdidas y el peligro que podía derivarse de ellas, con seguridad se produciría la solicitud habitual del asesoramiento al Presidente de Angola para que apelara al apoyo cubano, y así ocurrió. La respuesta firme esta vez fue que tal solicitud se aceptaría solo si todas las fuerzas y medios de combate angolanos en el Frente Sur se subordinaban al mando militar cubano. El resultado inmediato fue que se aceptaba aquella condición.

Con rapidez se movilizaron las fuerzas en función de la batalla de Cuito Cuanavale, donde los invasores sudafricanos y sus armas sofisticadas se estrellaron contra las unidades blindadas, la artillería convencional y los Mig-23 tripulados por los audaces pilotos de nuestra aviación. La artillería, tanques y otros medios angolanos ubicados en aquel punto que carecían de personal fueron puestos en disposición combativa por personal cubano. Los tanques angolanos que en su retirada no podían vencer el obstáculo del caudaloso río Queve, al Este de la antigua base de la OTAN —cuyo puente había sido destruido semanas antes por un avión sudafricano sin piloto, cargado de explosivos— fueron enterrados y rodeados de minas antipersonal y antitanques. Las tropas sudafricanas que avanzaban se toparon a poca distancia con una barrera infranqueable contra la cual se estrellaron. De esa forma con un mínimo de bajas y ventajosas condiciones, las fuerzas sudafricanas fueron contundentemente derrotadas en aquel territorio angolano.

Pero la lucha no había concluido, el imperialismo con la complicidad de Israel había convertido a Sudáfrica en un país nuclear. A nuestro ejército le tocaba por segunda vez el riesgo de convertirse en un blanco de tal arma. Pero ese punto, con todos los elementos de juicio pertinentes, está por elaborarse y tal vez se pueda escribir en los meses venideros.

¿Qué sucesos ocurrieron anoche que dieron lugar a este prolongado análisis? Dos hechos, a mi juicio, de especial trascendencia:

La partida de la primera Brigada Mé­dica Cubana hacia África a luchar contra el Ébola.

El brutal asesinato en Caracas, Vene­zuela, del joven diputado revolucionario Robert Serra.

Ambos hechos reflejan el espíritu heroico y la capacidad de los procesos revolucionarios que tienen lugar en la Patria de José Martí y en la cuna de la libertad de América, la Venezuela heroica de Simón Bolívar y Hugo Chávez.

¡Cuántas asombrosas lecciones encierran estos acontecimientos! Apenas las palabras alcanzan para expresar el valor moral de tales hechos, ocurridos casi simultáneamente.

No podría jamás creer que el crimen del joven diputado venezolano sea obra de la casualidad. Sería tan increí­ble, y de tal modo ajustado a la práctica de los peores organismos yankis de inteligencia, que la verdadera casualidad fuera que el repugnante hecho no hubiera sido realizado intencionalmente, más aún cuando se ajusta absolutamente a lo previsto y anunciado por los enemigos de la Revolución Venezolana.

De todas formas me parece absolutamente correcta la posición de las autoridades venezolanas de plantear la necesidad de investigar cuidadosamente el carácter del crimen. El pueblo, sin embargo, expresa conmovido su profunda convicción sobre la naturaleza del brutal hecho de sangre.

El envío de la primera Brigada Médica a Sierra Leona, señalado como uno de los puntos de mayor presencia de la cruel epidemia de Ébola, es un ejemplo del cual un país puede enorgullecerse, pues no es posible alcanzar en este instante un sitial de mayor honor y gloria. Si nadie tuvo la menor duda de que los cientos de miles de combatientes que fueron a An­gola y a otros países de África o América, prestaron a la humanidad un ejemplo que no podrá borrarse nunca de la historia humana; menos dudaría que la acción heroica del ejército de batas blancas ocupará un altísimo lugar de honor en esa historia.

No serán los fabricantes de armas letales los que alcancen merecido honor. Ojalá el ejemplo de los cubanos que marchan al África prenda también en la mente y el corazón de otros médicos en el mundo, especialmente de aquellos que poseen más recursos, practiquen una religión u otra, o la convicción más profunda del deber de la solidaridad humana.

Es dura la tarea de los que marchan al combate contra el Ébola y por la supervivencia de otros seres humanos, aun al riesgo de su propia vida. No por ello debemos dejar de hacer lo imposible por garantizarle, a los que tales deberes cumplan, el máximo de seguridad en las ta­reas que desempeñen y en las medidas a tomar para protegerlos a ellos y a nuestro propio pueblo, de esta u otras enfermedades y epidemias.

El personal que marcha al África nos está protegiendo también a los que aquí quedamos, porque lo peor que puede ocurrir es que tal epidemia u otras peores se extiendan por nuestro continente, o en el seno del pueblo de cualquier país del mundo, donde un niño, una madre o un ser humano pueda morir. Hay suficientes médicos en el planeta para que nadie tenga que morir por falta de asistencia. Es lo que deseo expresar.

¡Honor y gloria para nuestros valerosos combatientes por la salud y la vida!

¡Honor y gloria para el joven revolucionario venezolano Robert Serra junto a la compañera María Herrera!

Estas ideas las escribí el dos de octubre cuando supe ambas noticias, pero preferí esperar un día más para que la opinión internacional se informara bien y pedirle a Granma que lo publicara el sábado.

Fidel Castro Ruz

Octubre 2 de 2014

8 y 47 p.m.

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Nancy dijo:

1

4 de octubre de 2014

07:03:40


Gracias Fidel por tu ejemplar y brillante contribución en la liberación de Angola,Namibia y Sudáfrica. Sólo tu experiencia como guerrillero y tu genial conducción como estratega militar y político pudo llevar a la victoria a los heroicos combatientes angolanos, namibios ,sudafricanos y cubanos. Con tu ejemplo de dignidad y entrega en la conducción de la victoria de nuestro pueblo , y de otros pueblos,eres fuente inagotable de inspiración para los médicos cubanos que valientemente han marchado a Sierra Leona y a otros confines de la tierra. Quién mejor que tú puede escribir con veracidad y pormenorizados detalles de lo que fue la guerra contra el apartheid y el colonialismo en África, especialmente en Angola?. Tenemos la suerte que escribas hechos y hazañas de acontecimientos importantes en la historia de la humanidad.!Gloria al hermano venezolano asesinado!. !Gloria a nuestros heróicos médicos!

omar dijo:

2

4 de octubre de 2014

07:29:09


correcto

Leonardo ojeda dijo:

3

4 de octubre de 2014

07:36:14


Ese es mi comandante en jefe certero analítico y con el mismo sentido de responsabilidad ahora en la trinchera de las ideas , pero con la misma claridad y visión de futuro de siempre cuanto orgullo siento de ser hijo de la revolución cubana que el dirije y ahora supervisa , también soy parte de ese ejercito ahora me toco estar en Brasil QUE VIVA LA REVOLUCION CUBANA QUE VIVA LA REVOLUCION BOLIVARIANA VIVA FIDEL Y RAUL PATRIA O MUERTE VIVIREMOS Y VENCEREMOS

Carlos Marin Pacheco dijo:

4

4 de octubre de 2014

07:40:37


Honor y gloria a Fidel el mas grande de todos. Gracias a la revolucion hoy hay un ejercito de Batas Blancas , salvando vidas por todo el mundo.

Rolando Redero Ramirez dijo:

5

4 de octubre de 2014

08:55:28


Como siempre nuestro Comandante en Jefe con sus reflexiones, tan certeras, que hacen que sienta un orgullo inmenso de formar parte de esos mèdicos que hoy brindamos servicios en cualquier parte del mundo como en Brasil, Gracias Comandante por ser nuestro Maestro, nuestro lider, por estar siempre ahi para todo nuestro pueblo, sabe que puede contar con nosotros para lo que la Patria necesite, pues servirla sera siempre nuestro unico objetivo Donde sea, Como sea y para lo que sea Comandante en Jefe ordene.

eduardo jose mejias ramirez dijo:

6

4 de octubre de 2014

08:57:10


comandante en Venezuela hoy el imperio pone todo su empeño en destruir la revolución bolivariana y chavista porque sabe que significa la unidad latinoamericana y un ejemplo para el mundo.ante este cobarde hecho esta la mano del imperialismo y de su facista interno de la derecha venezolana.cuanta diferencia el imperio matando inocente con su aviones de guerra en siria y nuestro aviones trasladando héroe de batas blanca a salvar vida en africa y no solo por africa sino por la humanidad y somos miles los que estamos listos para para poner nuestros conocimientos en función de esa batalla.esa es la patria de marti,fidel,chavez y bolívar .gracias mi comandante victorioso

Alicia Barrio Maden dijo:

7

4 de octubre de 2014

09:09:53


Sólo Fidel es capaz de expresar con tanta brillantez el sentido de solidaridad humana de nuestro pueblo aprendido del proceso revolucionario. El compromiso de Cuba con Africa es eterno y dispuesto a ayudar en cualquier cinrcunstancia por difíciles que sean. Nuestro ejemplo es para el mundo y verguenza para los poderosos.

Vity dijo:

8

4 de octubre de 2014

09:11:54


Grandioso e invencible nuestro Comandante en Jefe, como siempre tan claro y previsor orgulloso estoy de ser cubano y dispuesto estoy como se que lo están la gran mayoría de todos los cubanos a ayudar una vez más a nuestros amigos y hermanos africanos, desde aquí y allá también si fuera necesario porque para eliminar esta terrible enfermedad no solo hacen falta Médicos así que desde ya le digo Comandante en Jefe Ordene.

Noelio Vázquez Vargas dijo:

9

4 de octubre de 2014

11:06:43


Muchas gracias por tu ejemplo y por enseñarnos el camino correcto Comandante y excelente maestro Fidel. Una vez mas diremos la frase ¡Venceremos! que parece haber sido hecha para los cubanos de todos los tiempos. ¡Viva Cuba para los cubanos y también para el mundo!

carlos agustin gonzalez gonzalez dijo:

10

4 de octubre de 2014

11:17:48


!!!GIGANTE FIDEL!!!

Harold Soberanis dijo:

11

4 de octubre de 2014

11:32:43


Excelente análisis y ejemplar muestra de solidaridad del pueblo cubano. Como siempre el Dr. Fidel Castro lucido en sus análisis. Un saludo fraterno desde Guatemala.

Ricardo Fontanillas dijo:

12

4 de octubre de 2014

11:41:51


Grande Fidel. A pesar de su edad conserva una lucidez e inteligencia increíble. Cada vez que el escribe un artículo se aprende mucho. Fidel el comandante de América y los pueblos dignos.

Ximena Pino dijo:

13

4 de octubre de 2014

11:53:42


Grande el Comandante Fidel!! El envío del contingente médico cubano, es una vez más clara muestra de su legado en el revolucionario gran pueblo cubano Viva Cuba Libre !!????????

Miguel Angel dijo:

14

4 de octubre de 2014

11:57:36


!Viva FIDEL por siempre! Es un privilegio extraordinario de nuestro pueblo, de Nuestra América y del mundo, contar con un líder de tamaña estatura política, su ejemplo personal, sabiduría, valor, en fin, son tantos los atributos que no alcanza el espacio. Excelente y oportuna su reflexión, para "refrescar" y ordenar los aspectos relacionados con nuestra ayuda desinteresada e internacionalista a la República de Angola, muy particularmente en lo referente a la Batalla de Cuti Cuanavale, cuya victoria fue decisiva, no solo para mantener la integridad e independencia de este heroico pais, sino para que todo el continente africano fuera mas libre e independiente, se conocen los detalles. Precisamente, cuando aparecen en documentos periodísticos de medios oficiales, opiniones de un supuesto protagonista de aquella batalla, negando la participación de nuestras tropas, algo realmente bochornoso y abominable, que tergiversa la verdad histótica, no se sabe con que mesquinos objetivos, sin que aparezca una opinión autorizada para negar la veracidad de tales planteamientos, simplemente quedamos muy indignados. Por tanto, reitero que esta explicación de nuestro Líder Histórico, enciclopedia abierta y viva de tantos acontecimientos históricos, recuerde a todos, como sucedieron los hechos. Gracias Comandante, siempre listos a cumplir su Orden de combate. La muerte del querido hermano venezolano no será en vano, conocemos perfectamente como actua la contra revolución, su impotencia, falta de ética y moral los lleva a realizar estos actos salvajes y vandálicos. Para nuestro personal de la salud vaya todo el respeto, admiración y felicitaciones. Éxitos en su encomiable labor, que Dios los bendiga.

ROBERTO FUENTES dijo:

15

4 de octubre de 2014

12:18:50


como siempre muy bueno lo escrito por fidel-tuve el honor de ir en aquellos britanias(the whispering giant)el gigante que susurra)un avion ingles magnifico,yo iba como tripulante,sobrecargo,y me siento orgulloso de ello.viva angola viva cuba gloria eterna a los que murieron combatiendo por un mundo mejor-

virgen dijo:

16

4 de octubre de 2014

13:10:25


Amen

Alberto N Jones dijo:

17

4 de octubre de 2014

13:12:52


Cuando Cuba libro la epica batalla de Cuito-Cuanavale derrotando al ejercito mas poderoso del continente Africano, la prensa complice callo y otros trataron de distorsionar este hecho, acusando a Cuba de una accion mercernaria. Hoy cuando el mundo se encuentra amenazado por el Ebola, es nuevamente Cuba quien ocupa la vanguardia en esta batalla, que nuestro pais no debera permitir sea opacada o arrebatado sus sacrifcio por oportunistas ni medios controlados. Ningun otro pais en el mundo, ha podido contribuir a esta batalla en contra del Ebola, el numero de medicos y personal calificado que Cuba ha ofrecido hasta el momento. Sin embargo, para detener, controlar y erradicar esta epidemia, se necesitaran decenas de miles de medicos, epidemiologos, higienistas, enfermeras, trabajadores sanitarios, medio ambientalistas, ingenieros hidralucos. constructors, educadores y otros, si se pretende erradicar las causas que generan estas tragedias, que debera ser financiado por las potencias economicas del mundo. Cuba dispone de personal medico y para medico para enfrentar esta epidemia, por lo que seria prudente comenzar a impartirles ya, clases de epidemiologia, enfermedades exoticas, proteccion personal, saneamiento, tratamiento de residuales y otros, demanera, que esta gran batalla, que no podra librarse y conquistar sin el aporte de Cuba, se convierta en otro Cuito-Cuanavale que nadie podra ocultar.

sonia dijo:

18

4 de octubre de 2014

13:30:47


Solo Cuba, un pais pequeno, pero gigantes es sus ideas, gigante en su colaboracion en todas partes del mundo, en dos aspectos funfamentales en la vida...(Educar y salvar vidas humanas)...mientras otros se ensanan en matar y masacrar inocentes, destruir a los pueblos dejandolos en las ruinas y miseria..

César dijo:

19

4 de octubre de 2014

13:46:51


Buen día amigos lectores ,como siempre aprendiendo de Fidel, es difícil muchas veces de explicar la fuerza que nos guía para realizar trabajos e misiones en disímiles sitios de este mundo muchos de ellos desolados donde si nos enfermamos .somos nuestros propios médicos , mi respeto como Cubano a mis colegas que parten para África dejando como siempre a lo mas querido ,la familia ,nuestro entorno ,pero siempre positivos que todo saldrá biém, En verdad esa fuerza que muchos desconocíamos que teniamos es la que nos da energías ,valentía e determinación e los momentos difíciles ,África necesita de nosotros e cuando se es Cubano se imagina que nunca dejaran de cumplir la tarea , por esto pido la mejor suerte para mis colegas,que ayudaran como dignos Cubanos y de seguro esta fuerza interna que solo tenemos los nacidos en Cuba ,nuestro sentido que nada nunca pasará,permitirá que la ayuda en África continúe marcando pautas e gloria para nuestra patria ,orgullo para nuestras familia e honor para los que están llegando , nuevamente cuiden se colegas ,África los necesita,el mundo esta y estará orgulloso de ustedes ,pero la familia los necesita sanos y victoriosos nuevamente .Es para algunos fácil esa misión ,solo el que esta pasando a un avión e mirando el despegue sabe el dolor profundo e el pensamiento en nuestra familia, honor para ustedes ,cuidense y una vez mas serán genuinos defensores de nuestros ideales y de la fuerza de ser Cubanos dignos ,la patria ,el mundo ,la familia,los colegas respetararemis siempre su valentía ante los momentos difíciles ,suerte y salbem una vez más miles de seres en África.

Olmes dijo:

20

4 de octubre de 2014

14:11:49


Mi Cuba llegó a Angola con dignidad, miles de jóvenes cubanos enfrentaron con valor y heroísmo a las hordas terroristas de Savimbi, sin lugar a dudas financiadas por EEUU y sus lacayos, y lo mas importante: esta isla del Caribe junto a los combatientes angolanos y namibios, dieron una victoria ejemplar a favor de la vida, que nadie lo dude. Nada parecido ni comparable con las acciones genocidas de EEUU, Israel y el resto de sus lacayos, que hoy asesinan a inocentes en cualquier rincón del mundo bajo el mando de un supuesto "Premio Novel de la Paz".