En 1961, las tres organizaciones que habían participado activamente en el derrocamiento de la tiranía: el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo y el Partido Socialista Popular, como expresión de voluntad unitaria, se autodisuelven para fusionarse, bajo el liderazgo de Fidel, en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), antecedente de la ulterior reestructuración y construcción, al año siguiente, del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba.
El 3 de octubre de 1965, en un acto celebrado en el entonces teatro Chaplin (hoy Karl Marx), Fidel anunció la constitución del primer Comité Central y los miembros que lo integraban. Al respecto afirmaría: “No hay episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado. No hablo de organizaciones. Cuando hablo de sector hablo de obreros, hablo de jóvenes, hablo de campesinos, hablo de nuestras organizaciones de masa”.
El líder histórico de la Revolución informó al pueblo que en la primera reunión del Comité Central, el 2 de octubre, se adoptaron varios acuerdos, entre ellos, la ratificación de los miembros del Buró Político —del cual formaban parte Raúl, Almeida, el presidente Dorticós, Ramiro Valdés y Guillermo García—; el Secretariado y las comisiones de trabajo. También se decidió la fusión de los periódicos Revolución y Hoy en un solo órgano oficial, “que llevará el nombre de Granma, símbolo de nuestra concepción revolucionaria y de nuestro camino”.
Otro acuerdo, “aún más importante”, en opinión de Fidel, se refería al nombre que debía llevar la organización rectora de la sociedad cubana. “Entendemos que ya hemos llegado al grado tal en que de una vez por todas y para siempre ha de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios de otros, y hemos llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos decir que solo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana, ¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro Partido?” Ante la interrogante, se oyeron aplausos y exclamaciones de: “¡Comunista!”. Cuando el vocerío se hizo unánime en la sala, Fidel concluyó: “Partido Comunista de Cuba”.
Durante su intervención, el Comandante en Jefe aludió “a una ausencia en nuestro Comité Central de quien posee todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él (…) Y para explicar esto vamos a leer una carta, aquí transcripta a máquina, aquí de puño y letra, del compañero Ernesto Guevara, que por sí mismo se explica”.
Al terminar la lectura del mensaje del Che, Fidel subrayó: “Los que hablan de los revolucionarios, los que consideran a los revolucionarios como hombres fríos, hombres insensibles, u hombres sin entrañas, tendrán en esta carta el ejemplo de todo el sentimiento, de toda la sensibilidad, de toda la pureza que se puede encerrar en el alma de un revolucionario”.
Puntualizó el compromiso de la Revolución con el movimiento revolucionario, al cual planteó ayudar “en la medida de nuestras fuerzas y asumimos la responsabilidad y las consecuencias, y los riesgos (…) Mientras el imperialismo exista, y mientras haya pueblos explotados y colonizados, seguiremos corriendo esos riesgos y seguiremos asumiendo serenamente esa responsabilidad”.
Ya en un momento anterior de su intervención le había advertido al Presidente de los Estados Unidos de la época: “Esta no es solo una tierra de cubanos, esta es una tierra de revolucionarios”.
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yk dijo:
1
3 de octubre de 2014
08:51:50
yk dijo:
2
3 de octubre de 2014
09:03:24
Mirna Morales Terry dijo:
3
3 de octubre de 2014
09:26:56
Dagoberto dijo:
4
3 de octubre de 2014
15:46:54
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