La clase obrera latinoamericana está consciente de los desafíos a los que se enfrenta, provocados, en gran medida, por la actual crisis capitalista. Ante ello, es necesaria una contraofensiva para redoblar los esfuerzos en la lucha de los movimientos sociales y sindicales que den al traste con las intenciones imperiales de reapoderarse de los recursos naturales y humanos de una región históricamente expoliada por el apetito imperial.
De ahí la importancia de citas como el Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA), que concluyó su VI edición en la capital cubana con el llamado a estar alertas ante las nuevas amenazas del poder global que incluyen golpes de diverso tipo para derrocar gobiernos que defienden los intereses de los trabajadores.
Los más de 400 participantes procedentes de 181 organizaciones sindicales de 30 países aprobaron la Declaración de La Habana y manifestaron en la misma que la alternativa para neutralizar los desafíos es la integración de los pueblos, aun desde la diversidad que los caracteriza.
DENOMINADOR COMÚN EN LA LUCHA SINDICAL
El debate del movimiento sindical de la región giró en torno al análisis de la situación sociopolítica desde las experiencias de cada país. Representantes de centrales obreras de tres realidades distintas compartieron con Granma sus estrategias para enfrentar los impactos de la actual crisis capitalista, así como sus visiones generales del ESNA en su sexta edición.
Xoán Xosé Bouzas Aboi, representante de la Confederación Intersindical Galega (CIG), dijo que es importante unir todo nuestro esfuerzo para poder defendernos de la agresión del sistema capitalista y de la política neoliberal, calificada por los propios trabajadores de muy agresiva.
Este protagonista de las manifestaciones de los trabajadores españoles que se han mantenido en las calles en defensa de sus derechos, comentó que esa política neoliberal se traduce en la pérdida de poder adquisitivo y de puestos de trabajo que provocan el aumento de la pobreza.
Respecto a la situación actual de los sindicatos europeos, Bouzas indicó que los mismos se encuentran en una estrategia de mesas de diálogo social que la CIG no comparte. Estas mesas diálogo no son compatibles con la lucha de los trabajadores, por lo tanto ellos tienen que llevar sus demandas a la calle y hacer que las mismas se escuchen en los Parlamentos. La respuesta no puede ser pactarlas con los gobiernos de turno neoliberales, sino que debe focalizarse en la acción directa de la movilización en las calles hasta tanto nuestros derechos sean respetados.
Del otro lado del Atlántico llegaron las consideraciones de Diana Lucía de Souza, representante del Sindicato de los Metalúrgicos de Caixas do Sul, del estado brasileño de Rio Grande do Sul. Esta brasileña defendió el importante papel de la mujer en su histórico reclamo de igualar las oportunidades laborales con los hombres. En ese sentido, estimó que el movimiento sindical de la región se ha ido fortaleciendo con el paso de los años, sobre todo en temas pendientes como la diferencia en el trato entre hombres y mujeres en el aspecto laboral.
Otro país del Sur americano, esta vez foco de una arremetida fascista de la derecha internacional, también encontró su espacio en el VI Encuentro Sindical Nuestra América. Así lo expresó el vicepresidente de la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores (CBST), el venezolano Edison Alvarado, quien comentó a este diario que esta es una oportunidad para ellos de difundir la verdad sobre lo que está pasando en su país.
Alvarado mencionó además que Venezuela expuso en el encuentro los logros alcanzados por la Revolución Bolivariana en materia laboral. En ese sentido puso como ejemplo la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, que reivindica los derechos de los obreros.
Acorde con el Vicepresidente del CBST, la recuperación de las prestaciones sociales que fueron robadas en el Gobierno de la Cuarta República está reconocida en esta prestigiosa ley promulgada por el Comandante Supremo Hugo Chávez.
De encuentros como estos salen propuestas importantes para seguir construyendo la región inclusiva a la que aspiramos, agregó.
Convertir la crisis en una oportunidad para los trabajadores de integrarse en un frente inclusivo fue el denominador común de los asistentes al ESNA que realizó su sexta edición en Cuba.
La idea de fomentar encuentros de este tipo fue del líder bolivariano Hugo Chávez quien en ocasión del II Congreso Bolivariano de los Pueblos de Caracas en el 2004, manifestó la necesidad de integrar el movimiento sindical latinoamericano en un solo frente.
La iniciativa fue retomada en el Foro Social Mundial en Porto Alegre un año después. Desde entonces y hasta la fecha, se habían de-sarrollado cinco encuentros: Ecuador (2008), Brasil (2009), Venezuela (2010), Nicaragua (2011) y México (2012).
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