ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Foto: Freddy Pérez Cabrera

Injustificable. No existe otra palabra para calificar a quienes, en medio de la crítica situación que vive el país a causa del actual rebrote de la pandemia, se dedican a obtener beneficios a costa del dolor de los demás, mediante la venta ilegal de medicamentos.

Pedir a quien tiene un familiar enfermo tres, seis o 7 000 pesos por una tira de antibióticos o cualquier otro fármaco, resulta condenable desde todo punto de vista; además de constituir una conducta reprochable que nada tiene que ver con los valores que promueve un país que ofrece servicios de Salud de manera gratuita.

De ahí el pedido que, en fecha reciente, hiciera el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para enfrentar de la manera más resuelta esa situación, porque se trata de personas inescrupulosas –con las cuales no puede haber la más mínima contemplación– que tratan de lucrar a costa de la vida de otras.

Una muestra de lo anterior lo contaba, en fecha reciente, un residente en la capital, quien narraba la manera en que compró Rocephin para un familiar que lo necesitaba. Primero, se lo vendían en 20 dólares, pero al final logró dar con otro vendedor de la Villa Panamericana que lo tenía en 600 pesos. La propia persona le comentó que él lo había adquirido en ese mismo precio, pero no lo había usado, por eso «ayudaba» a otros.

Asimismo, detalló que, para contactar al vendedor, se valió de la información publicada en un grupo de la red social Telegram, donde, por igual, venden tres óvulos de Clotrimazol en 800 pesos; un pomo de Clonazepam en 600; y 60 tabletas de Tramadol con paracetamol, en mil. ¡Ah!, y agregó que tiene «ofertas buenísimas» de sondas de aspiradora para secreciones, cánulas para traqueotomía 4.5, catéter de plástico y kit de colecta de orina, entre otros productos.

Situaciones como la narrada se han vuelto recurrentes en las redes sociales. Una rápida indagación realizada en diferentes sitios permite observar que los fármacos más cotizados en estos momentos son Azitromicina, Prednisolona, Cefalexina y Duralgina, entre otros que, en dependencia de su función, contribuyen a combatir el malestar asociado a los síntomas de la COVID-19.

También existen otros medicamentos muy promocionados, de los que se encuentran «a nivel de hospital», como el propio antibiótico Rocephin, las inyecciones de Omeprazol, de Espasmoforte, el Diclofenaco de sodio y hasta el Interferón; además de otros que fueron importados al amparo de la Resolución 309 de la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 62, que establece el no pago de los aranceles e impuestos en la Aduana.

Tal situación no es nueva, solo que ahora se ha agudizado en medio de la compleja situación que atraviesa la nación, la cual no puede desvincularse de los efectos del criminal bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos contra nuestro país, que impide la adquisición de insumos fundamentales para la elaboración de diferentes tipos de fármacos.

Debido a esta política hostil, se dificulta el pago a algunos bancos y son casi imposibles las transacciones monetarias; además de las operaciones destinadas a la importación de las materias primas necesarias para elaborar alrededor de 263 medicamentos pertenecientes al cuadro básico del año en curso.

Sin embargo, más allá del bloqueo, que es una realidad tangible, también existen otras cuestiones vinculadas al descontrol, a la desidia y a la falta de sensibilidad que prima en varios responsables de controlar el movimiento de tales medicamentos, resquicios por donde se cuelan quienes sustraen o desvían los fármacos para favorecer a unos pocos, o simplemente para revenderlos, sin que parezca importarles el perjuicio que generan.

Ese es el caso de un trabajador en Villa Clara, quien, valiéndose de sus facultades y posibilidades de acceso a pruebas o test rápidos, útiles para detectar anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre, se apropió de ocho de ellos.

Por tan reprochable conducta, quien fuera sorprendido en plena vía pública mientras trasladaba los mencionados test, fue sancionado por el Tribunal Popular Municipal de Santa Clara por el delito de apropiación indebida, ante lo cual el acusado estableció recurso de apelación ante el Tribunal Provincial de Villa Clara.

Por casos como ese, el Gobierno cubano realiza disímiles acciones para reducir ese tipo de conductas que tanto laceran al pueblo. El propio ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, señaló en fecha reciente que «es muy duro cada vez que tenemos que enfrentarnos a un delito de este tipo».

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Pura Hernández dijo:

1

17 de agosto de 2021

17:52:46


Totalmente de acuerdo a brazo partido contra la venta ilegal de medicamentos. No sé, si son robados pues alerta de dónde lo sacan pero hace muchooosss años los médicos visto en los de familia dan recetas por complacencia y allá va la fila en farmacia y el revender. Creo a los médicos hay que hacerle un llamado a la atención y para los que den recetas sin una enfermedad que justifique debe crearse un mecanismo de dura, durísima sanción. Es realmente indignante y no sólo es ahora en pandemia, años hace de este mal de revendedores de todo existe, donde entraron hasta los medicamentos.

jsr dijo:

2

17 de agosto de 2021

23:53:52


Es cierto muy penoso q medicamentos producidos en Cuba y que se adquieren en las farmacias cubanas individuos inescrupulosos los vendan a precios desorbitantes. Pero la situación es mucho más compleja de lo que refiere el artículo, y por tanto debiera analizarse con más cuidado y profundidad, cosa que no se logró. Una de las aristas a la que me voy a referir es a los medicamentos importados. Estos no pueden caer en el mismo saco que los medicamentos fabricados en Cuba. De más está conocido que la situación económica y financiera del país junto con las restricciones del bloqueo económico, han impedido la adquisición de medicamentos básicos, y justificado o no, es que el Estado cubano, no ha podido garantizar al pueblo una serie de fármacos para tratar enfermedades crónicas e infecciosas. Para ilustrar, me pongo como ejemplo. Yo vengo sufriendo de un estafiloco en la piel en la zona de mi cara, y excepto la ceftriaxona, los demás antibióticos los he tenido que comprar de los importados, dígase Nicaragua, Panamá, Dominicana,etc. Los he tenido q comprar a precios elevadisimos porque ni pensar comprar en farmacia porque no hay. Entonces surge la pregunta? Tengo que esperar que se me pudra la cara o me complique con una septicemia hasta que el estado cubano me lo pueda proveer en una farmacia? Yo le agradezco a los que traen medicamentos importados porque gracias a ellos me he podido tratar, porque de lo contrario, mi salud hubiese estado comprometida. Vamos a ser realistas, lo doloroso de este caso es que no todas las personas tienen las mismas posibilidades económicas, pero es una realidad que existe y que debemos ir asumiendo, pero antes que tener 0 opción de tratamiento como es el caso de la situación del país, al menos es bueno que existan otras alternativas, vuelvo y repito no asequibles para todos. Vamos a ser prácticos también, muchos cubanos van a esos países a comprar cosas y revenderlas en Cuba, y esa situación se da por las carencias en Cuba. Por supuesto que estos cubanos deben sacar las ganancias y por supuesto que venden más caro, pero esto es oferta y demanda. La salud no tiene precio, es cierto, pero imaginen que usted tiene un familiar enfermo y que necesita un medicamento, cómo usted le explica que no le puede comprar el medicamento porque por el Estado no hay debido a la situación, y que no puede comprar el mismo medicamento importado ofertado por terceros porque el precio es muy alto y porque esa vía de adquisición es mezquina y cruel?

Yaima dijo:

3

18 de agosto de 2021

06:33:29


Pienso que nuestro código penal vigente establece sanciones muy leves para este tipo de delito, en mi opinión en esta situacion que se encuentra nuestro país debido al recrudecimiento del bloqueo de deberían buscar resoluciones de modificación provisional de sanciones para aquellos que comentan este tipo de delitos en la situacion actual, ya que esos recursos y medicamentos que venden lo sustraen de algún centro de salud y los medicamentos son por receta médica, que no pienso que quien los vende se pasó un día en la farmacia haciendo colas para comprar simplemente alguien se lo suministra en cantidades industriales. No nos puede temblar la mano para sancionar estás personas que están jugando con la vida de otras.

Martha dijo:

4

18 de agosto de 2021

09:58:41


Es triste la situación q se está viviendo, me indicaron Acitromicina y jamás la he encontrado en la farmacia, he estado 10 días con fiebre y otros padecimientos y no he tenido ni una aspirina para un dolor de cabeza. En el policlinico solo me indicaron un conteo de plaquetas donde salió una inferción pero nadie realizó un complementario para saber cual era la causa de la misma.Pienso q al final el q sufre todo esto es el paciente, q no sabe de q está padeciendo.