La organización de salud Jhpiego, vinculada a la Universidad Johns Hopkins, promueve hoy en Filipinas el uso de pruebas y estrategias comunitarias para reducir el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer cervicouterino.
Donna Miranda, oficial del proyecto, advirtió que menos del uno por ciento de las mujeres elegibles accede a tamizajes recomendados como citologías o pruebas de ADN del VPH, lo que deriva en diagnósticos tardíos y altas tasas de mortalidad.
El modelo de Laboratorio Centralizado para su detección permite a las mujeres recolectar sus propias muestras y enviarlas para análisis, lo cual elimina barreras de incomodidad y estigma.
Según especialistas, esta técnica es más sensible que el Papanicolaou y detecta cepas de alto riesgo antes de que aparezcan síntomas.
En un ensayo piloto aplicado a cuatro mil 969 mujeres del área metropolitana de Manila se identificaron 190 casos de lesiones precancerosas, lo que confirma la eficacia del procedimiento avalado por la Organización Mundial de la Salud.
Autoridades locales y médicos participantes destacaron también la importancia de combinar la detección con la vacunación temprana en adolescentes y campañas de educación sobre transmisión del VPH.
Por tanto, se planea extender el programa a cinco mil mujeres en Cebú y tres mil 500 en Davao, con el objetivo de alcanzar el 70 por ciento de la población meta.
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