
Holguín.–Cuba aplica en instituciones pediátricas de nueve provincias el Modelo de Atención a pacientes recién nacidos con atresia esofágica, una malformación congénita que, de no corregirse, inevitablemente conduce a la muerte.
Los procedimientos que establece esa guía fueron formulados y organizados por Eiliana Cruz González tras una larga y minuciosa investigación que convirtió en la tesis para optar por el grado científico de Doctora en Ciencias de la Enfermería, logrado durante el año 2019.
Así, la actual jefa del Departamento de Enfermería del Hospital Provincial Pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, ha hecho a la cirugía pediátrica nacional un aporte, que también se ha convertido en interés de instituciones médicas internacionales.
Al inicio de la conversación, su voz, dulce y maternal, parece trazar una persona frágil, pero, en la medida en que se introduce en el tema, revela a una investigadora tenaz, quien lo dará todo por salvar vidas.
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«La atresia esofágica se manifiesta en la falta de continuidad del esófago. Es decir, este termina en un fondo de un saco ciego y no tiene unión con el estómago. Entonces constituye una urgencia quirúrgica.
«Durante los 14 años y medio que estuve en el Servicio de Neonatología, aprendí que la atresia esofágica es una afección que se da con relativa frecuencia en los neonatos con malformaciones congénitas. Tiene un diagnóstico prenatal y uno posnatal.
«De las características anátomo-embriopatológicas de estas afecciones, depende el proceder quirúrgico que se realiza. Mi estudio me llevó a la estandarización de cuidados para todas.
«A partir de la aplicación de la tesis de doctorado, me di cuenta de que había muchos elementos que debían ser abordados con mayor rigor, como el traslado de los recién nacidos con malformaciones en los momentos del ingreso en los centros de cirugía neonatal y del egreso. No teníamos literatura nacional ni encontramos referencias a nivel internacional en la que se describieran los procedimientos.
«Si no se realizan los pasos adecuados para que ese niño llegue en las mejores condiciones posibles, no va de inmediato a un salón de operaciones. Hay que esperar la estabilización del mismo.
«Las tripulaciones de las ambulancias que los trasladan deben conocer cómo actuar. Por eso es importante estandarizar los pasos a dar. Hay niños que egresan ya realizada la unión del esófago con el estómago (anastomosis) y otros, a los que no es posible aplicar ese proceder quirúrgico, por el tipo concreto de atresia, y hay que colocarle temporalmente una sonda, para una segunda intervención cuando los especialistas lo determinen.
«La guía va dirigida al personal de Enfermería, del que depende, en gran medida, la evolución de estos pacientes. Sin la debida preparación de los enfermeros, puede frustrarse el trabajo realizado por neonatólogos, cirujanos y anestesistas. En el proceso de los cuidados yo describo lo que debe hacer el enfermero en el diagnóstico de esa afección, que es a través de la colocación de una sonda nasogástrica, cuyo número se determina por el peso del paciente, cosa que no estaba establecida.
«Los resultados fueron reconocidos en enero de este año por la Asociación de Innovadores y Racionalizadores del país, que me entregó el Premio de Alto Impacto.
«Compartí las experiencias nuestras en la atención a los pacientes quirúrgicos en una conferencia virtual organizada por la Red Internacional de Salud Infantil. Los espacios de comunicación de la entidad han mostrado comentarios sobre lo que hacemos en Cuba.
«Se habla mucho de la atención al recién nacido clínico. No es así con el recién nacido quirúrgico y sobre todo con las cuatro malformaciones complejas más importantes, que son la atresia esofágica, la hernia diafragmática, los defectos de la pared abdominal anterior y las atresias intestinales. Hay carencia de publicaciones relacionadas con esos temas.
«Recientemente, participamos en un Taller Nacional, convocado por los directivos del Programa de Atención Materno Infantil para ver los resultados que tiene cada Centro Regional de Cirugía Neonatal, que atienden de forma especializada a los niños con las malformaciones sobre las que hablé y nos llenó de muchísima satisfacción que el de Holguín sobresalió por la labor realizada.
«En ese evento expuse otros resultados, también derivados de la tesis, que posteriormente continué trabajando, como la Guía de Práctica Clínica para la atención a los recién nacidos quirúrgicos, es decir, ya no trabajé solamente la atresia esofágica, sino las otras malformaciones. Esa Guía la presenté al Comité Nacional de Normalización y en este momento se encuentra en el proceso de aprobación por el Ministro de Salud Pública.
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«Ahora doy continuidad a un proyecto de Seguridad de Atención al Neonato Quirúrgico Complejo. Propuse crear un Comité de Seguridad del paciente en nuestro hospital y fue aprobado. Trabajamos en su fundamentación y cuando lo llevamos como experiencia al Taller Nacional sobre el que hablé, se acordó constituir esa estructura en los centros de Cirugía Neonatal.
«Además, trabajo en el proyecto de Seguridad del Paciente Pediátrico Hospitalizado. Lo he dividido en dos; una parte para el paciente clínico y otra para el paciente quirúrgico. Incluye a todas las especialidades, el objetivo es lograr el concepto de "Hospital seguro", donde se puedan atender todos los pacientes y no ocurran eventos adversos.
«Hemos tenido avances porque diseñamos un modelo de reporte de eventos adversos en todas las especialidades. Este no existía en Cuba, ni lo hemos encontrado tampoco en otra literatura internacional. Los elementos que contiene ese modelo han sido validados por los expertos seleccionados en la provincia.
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«Si he llegado hasta aquí, es por muchas razones. Cuando estudié Enfermería tuve profesores con muchos conocimientos y reglas de docencia muy rigurosas. En el quinto año de la carrera roté por el hospital pediátrico, solo una semana en Neonatología. Fue suficiente, de manera que, al graduarme en 1996, ya conocía mi destino.
«Para mí tiene un significado importante la formación de médicos y enfermeras en el Servicio de Neonatología del hospital. Profesores con mucha experiencia no han dudado en impartir docencia a los que desean superarse.
«Parte de ellos son el doctor Augusto Pérez, que es actualmente el jefe del Servicio y la doctora Georgina Velázquez, también pediatra y doctora en Ciencias Médicas; la licenciada en Enfermería Isela Gutiérrez, jefa de Sala de Neonatología en nuestro centro y el prestigioso cirujano y doctor en Ciencias Médicas Rafael Trinché. En fin, en mi formación e investigaciones he tenido amplia colaboración, sin la cual no habría avanzado.
«Nunca me ha faltado el apoyo de la familia. Mi papá, fallecido durante la covid, era mecánico y me exigió mucha disciplina y entrega. Mi madre siempre me ha inspirado y mi hermana, licenciada y máster en Sicopedagogía me auxilia cuando hace falta, igual que mi hija, Adriana Camila, quien está en el último año de la carrera de Medicina, y mi esposo, Frank Osmany Fernández, médico también, especialista de Primer Grado en Medicina Legal.
«Cuando termino las jornadas en el hospital voy a la casa y realizo labores domésticas comunes. Eso sí, tengo el hábito de dejar tiempo para consultar literatura, pensar en proyectos y las formas correctas de conducirlos. Estudio, estudio…».








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