Yanet rompe el hielo y habla, y sus palabras son las de todos. Las miradas suelen ser el espejo perfecto cuando lo que decimos se comparte. Su esposo, Alfredo Díaz, lleva seis años en el programa de diálisis peritoneal del Instituto de Nefrología. Y ella, de algún modo también, porque la compañía es esencial. «Cuando uno tiene un familiar con esta enfermedad la dinámica de la familia cambia por completo. Se empieza a generar una angustia, que a la vez desaparece cuando se tiene la suerte o dicha de venir a una institución como esta, y encontrar un colectivo de trabajo como el que integran los profesionales del servicio de diálisis peritoneal», el cual, dice, tiene más que merecida la ratificación de ser hoy un colectivo moral.
Recordemos que así llamamos a ese equipo de trabajo que de manera unida logra brindar esa calidad en los servicios a la que se aspira, es aquel que dignifica en su trabajo diario su razón de ser.
«En su trato con pacientes y familiares los distingue la dedicación, el amor y todo el empeño que ponen en que sintamos la confianza de que en sus manos todo está resuelto, que todo puede mejorar », agrega, al tiempo que reconoce en nombre de muchos al profesor Raúl Bohorques Rodríguez, a quien la modestia no le deja sobresalir, por ser fundador de este programa y formador de ese colectivo, «una dedicación que se agradece de por vida».
Y no fue la única en dar gracias. Dennys Iglesias tiene 37 años y lleva «felizmente» tres meses y diez días de trasplantado. «Tienen la capacidad de hacernos sonreír». También dijeron otros, de «devolvernos las ganas de creer».
El servicio de diálisis peritoneal del Instituto de Nefrología, para el occidente del país (INEF), que si bien para el año 2007 cuando comenzó, contaba apenas con una habitación dentro de otra sala, tiene hoy gracias al esfuerzo del programa de remodelación e inversión del sistema de salud una nueva área, de tres locales aledaños, que ofrece mejores condiciones de trabajo al personal, y que redunda en una mejor asistencia médica para los pacientes, explicó el doctor Raúl Bohorques Rodríguez, especialista en II grado en Nefrología, y subdirector de asistencia médica del INEF.
La reapertura tuvo lugar en el contexto de la jornada por el aniversario 50 de la institución, próxima a celebrarse, y durante la cual también se reabrieron la unidad quirúrgica y la sala de trasplante renal.
Alrededor de 50 pacientes en el país, entre niños y adultos se encuentran dentro de este programa y utilizan la diálisis peritoneal como método sustitutivo de la función renal. Una opción de tratamiento cuyos resultados técnicos son similares a los de la hemodiálisis, sostuvo el doctor Bohorques Rodríguez.
«A poco más de ocho años del funcionamiento del servicio, con buenos resultados, el sistema de salud está en condiciones de extender el programa. Es una tendencia que está ocurriendo en el mundo, pues si bien el principal método sustitutivo de la función renal es la hemodiálisis, la diálisis peritoneal proporcionalmente está creciendo más, producto fundamentalmente, de los avances tecnológicos», dijo a Granma el doctor Guillermo Guerra Bustillo, director del INEF.
Hoy a nivel internacional se aboga mucho porque la puerta de entrada sea la diálisis peritoneal, y luego ir a trasplante o a hemodiálisis si se daña el peritoneo. Son métodos complementarios, y de lo que se trata es de darle mayor supervivencia y calidad de vida al paciente, explicó el doctor Guerra Bustillo.
No obstante, las personas que utilizan este método ambulatorio —las cuales reciben un entrenamiento para realizar los procederes de intercambio de líquidos en el propio domicilio y a quienes se les garantizan todos los insumos— preservan su árbol vascular y se mantienen más fácilmente reincorporados a su vida social y laboral, subrayó Bohorques Rodríguez.
Ingresan como promedio solamente tres días al año, puntualizó la doctora Yanet Álvarez González, jefa del servicio de diálisis peritoneal.
La hemodiálisis consiste en extraer la sangre del enfermo, la cual va a la máquina o riñón artificial, pasa por un filtro, se depuran las sustancias tóxicas que se han ido acumulando, y del líquido de diálisis entonces se toman las sustancias que el paciente necesita, explicó el subdirector de asistencia médica.
Por otra parte, señaló, la diálisis peritoneal continua ambulatoria en principio funciona igual, pero no se hace fuera del cuerpo, sino dentro. «Se le coloca en este caso al paciente un catéter en el abdomen, y a través de este se le infunde un líquido de diálisis. Ya dentro del abdomen se establece, entonces, un intercambio entre la sangre que pasa por los pequeños vasos sanguíneos del intestino y en la membrana peritoneal, y el líquido, que dejamos entre cuatro y seis horas. Luego lo sacamos por sifonaje e infundimos líquido fresco. Este proceder se realiza las 24 horas, todos los días, por tanto el paciente no se dializa intermitentemente sino que está constantemente en diálisis. Es una función que se parece más a la que están haciendo los riñones», refirió.
Para el experto, si bien «el paciente tiene que trabajar un poquito más porque es el responsable de su propio tratamiento, los horarios en este método no son rígidos, le permite al enfermo estar en la privacidad de su hogar, y no tiene que trasladarse tan elevado número de veces al hospital a realizarse la diálisis».
Por ejemplo, subrayó, los niños se benefician tremendamente de este método, en tanto es muy complicado tener que sacar de esas venas un flujo de sangre relativamente alto, para que la máquina pueda procesarlo por el filtro y devolverla. «Generalmente hay que someterlos a operaciones, ponerle catéteres para poder contar con una vía que permita extraer ese volumen de sangre para la hemodiálisis. Un niño en este proceder, va a la escuela, tiene mejor calidad de vida».
Al cierre de agosto la cifra de pacientes dializados en el país era de 3 125, en las 51 unidades nefrológicas existentes, mientras que los pacientes trasplantados suman unos 1 100.
«Esas personas, que llegaron a necesitar cualquiera de los métodos sustitutivos de la función renal, nos dicen que hemos fracasado en lo primordial, la prevención», reiteró el doctor Guerra Bustillo, quien insistió en la necesidad de lograr cambios de estilos de vida y controlar o eliminar factores de riesgo desencadenantes de la enfermedad renal crónica como la hipertensión arterial, el sedentarismo, el tabaquismo, la diabetes, y la dieta no saludable.








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Miguel Angel dijo:
1
29 de octubre de 2016
06:00:13
Raúl Bohorques Respondió:
29 de octubre de 2016
11:14:18
Dalila Casanova dijo:
2
29 de octubre de 2016
10:19:27
Raúl Bohorques Respondió:
29 de octubre de 2016
11:25:26
Edgar dijo:
3
29 de octubre de 2016
11:07:45
Miguel Angel Respondió:
29 de octubre de 2016
11:47:09
edilia paredes dijo:
4
30 de octubre de 2016
16:56:19
Verónica Gaona dijo:
5
5 de noviembre de 2016
19:35:17
maria elena utria Respondió:
6 de noviembre de 2016
23:03:51
maria elena utria dijo:
6
6 de noviembre de 2016
23:13:08
luis alberto hernandez dijo:
7
7 de noviembre de 2016
01:58:47
marlene Calderón dijo:
8
7 de noviembre de 2016
21:56:45
Jaquelin dijo:
9
6 de septiembre de 2017
16:01:57
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