Si desde estas páginas hemos insistido en la seriedad y en la precisión en cuanto a eso que llamamos con justeza el pasatiempo nacional, es decir nuestro béisbol, debemos ser nosotros mismos consecuentes con esa manera de actuar. Un error nos llevó a una imprecisión, cuando afirmamos en la edición de ayer que no habían pasado seis meses del incidente del 17 de febrero pasado, cuando en el partido entre Matanzas y Villa Clara de la 53 Serie Nacional, hubo que lamentar las heridas en el rostro de Ramón Lunar, que derivó en la separación por un año del pelotero Demis Valdés, de Matanzas, y en el distanciamiento por el resto de aquella temporada del lanzador de Villa Clara, Freddy Asiel Álvarez.
Fue el 17 de agosto que se cumplieron los seis meses de la sanción al pelotero matancero y por lo tanto, amparado en el reglamento de sanciones, su provincia solicitó correctamente la cancelación de la medida. Es decir, según lo estipulado, está en regla el procedimiento.
Reparada la pifia, ratificamos lo expresado la víspera en que más allá de lo normado lo único justo y coherente con la aspiración de respetar a nuestro béisbol es que el jugador cumpla su sanción completamente, tal como lo hizo el serpentinero villaclareño.
Cientos han sido los comentarios publicados en nuestra web www.granma.cu y las llamadas telefónicas atendidas que censuran lo ocurrido en el pasado febrero y que se oponen al retorno de Valdés, sin cumplir el castigo impuesto.
Es imprescindible ir a la esencia del problema. Lo que ocurrió aquel día, que terminó con Demis Valdés blandiendo un bate, cual arma en sus manos, es solo la consecuencia de no ajustarse a lo estipulado en el Reglamento de Sanciones del movimiento deportivo nacional. Si un cuerpo legal no se cumple es como si no existiera.
Del otro lado está la responsabilidad de quienes conducen un proceso pedagógico y el deporte no es una excepción. Demis es un joven que merece una nueva oportunidad de reincorporarse a su equipo. Sin dudas lo desea y lo necesita como realización personal. Sin embargo, ni él ni quienes lo dirigen y tampoco los directivos de su provincia pueden desconocer la magnitud del hecho que protagonizó aquella noche del 17 de febrero, que pudo ser más trágico.
El béisbol es un fenómeno social en nuestro país, es una vitrina donde los ídolos y lo que ocurre en el campo de juego inciden en los valores de los jóvenes y de una población que necesita de la pelota tanto como del oxígeno. En otras palabras: si la anarquía se apodera de ese escenario el deporte le estaría haciendo un flaco favor a la disciplina social.
Hoy es el congresillo técnico del más importante campeonato deportivo de Cuba. Allí estarán los directores de los 16 equipos participantes, quienes en consecuencia son de los cuadros de dirección más importantes en el país, pues de la conducción de sus equipos dependen las emociones, los estados de ánimos y la satisfacción de la población. Tenemos a la pelota de regreso, cuidémosla para todos.
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ramon dijo:
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17 de septiembre de 2014
03:18:49
dr orlando gutierrez boza dijo:
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17 de septiembre de 2014
03:43:29
Ruiz dijo:
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17 de septiembre de 2014
04:52:07
Luis Alberto Pino dijo:
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17 de septiembre de 2014
04:54:23
punto cubano dijo:
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17 de septiembre de 2014
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Sulfuro dijo:
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17 de septiembre de 2014
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Armando dijo:
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17 de septiembre de 2014
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EUGENIO SUÁREZ dijo:
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17 de septiembre de 2014
07:23:55
chiruza dijo:
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17 de septiembre de 2014
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ARIEL dijo:
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17 de septiembre de 2014
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cubano dijo:
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17 de septiembre de 2014
08:25:10
A.R.Guzman dijo:
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17 de septiembre de 2014
08:26:22
ARIEL dijo:
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NYY dijo:
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17 de septiembre de 2014
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mardiel dijo:
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Meneses dijo:
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El Picho dijo:
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rosendo dijo:
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17 de septiembre de 2014
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JC dijo:
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17 de septiembre de 2014
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Ruben dijo:
20
17 de septiembre de 2014
09:07:19
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