ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Foto: Ricardo López Hevia

París.– Claro que hablamos con Leyanis Pérez cuando terminó, el pasado sábado, su participación en el triple salto de estos Juegos Olímpicos, una de las competencias más grises en su carrera.

Le comentamos que entre los periodistas se hizo notar que, durante la lid, ella, que siempre pide palmadas, no las demandó; que caminaba con los hombros encogidos, que no volaba tras su segundo salto. En fin, creíamos que la presión la había tomado por asalto.

–No tenía presión con nada ni con nadie.

–¿Tampoco cuando LaFond se clavó en los 15 metros con dos centímetros, con los que ganó el título?

–Tampoco, yo lo esperaba, porque ella es muy competidora, guerrera. No era presión, es que no pude con un error que llevo arrastrando hace mucho tiempo, y que ahora me costó.

–¿Cuál error?

–Es del segundo al tercer salto, que no me deja avanzar.

Lo controvertido es que, con esa deficiencia, tuvo una temporada de varios saltos por encima de 14,90, incluso el excepcional 15,16, liderando, además, la Liga de Diamante.

–Por eso digo que no era presión, si tengo marcas mejores, si he derrotado a mis contrincantes, como ahora...

Nadie duda de las potencialidades y de la entereza de esta muchacha. Sin embargo, el sábado, cuando se esperaba el resplandor de Cuba en el medallero, se nubló el día.

Pero tampoco esta nube debe taparnos el sol. Por eso estoy de acuerdo con Leyanis: «No voy a llorar, aunque claro que no estoy bien, mucho menos contenta, aun cuando para una atleta llegar a unos Juegos Olímpicos sea un motivo de satisfacción».

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.