PARÍS.–Hoy toda Cuba estará luchando por hacer crecer la leyenda de Mijaín López. Él tendrá su hueso duro de roer en el segundo pleito, ante el actual campeón mundial de los 130 kilogramos, el iraní Amin Mirzazadeh.
Él accedió a lo más alto del podio derrotando a un gran conocido del pinareño, el turco Riza Kayaalp, lo cual le da un aval considerable en los colchones.
López, quien se mantuvo enfocado en su preparación, sin exponerse al rigor competitivo, ha estudiado a sus oponentes, pues los ha visto en plena acción.
En sus dos últimas presentaciones bajo los cinco aros, además de su probada calidad técnica y envergadura física, ha sido muy cuidadoso en el orden táctico. Eso le ha permitido administrar sus fuerzas y emplearlas en el momento oportuno.
Tanto en Río-2016 como en Tokio-2020, fue subiendo el nivel en la misma medida en que avanzaba la competencia, para estar mejor cuando la demanda era mayor.
En la propia jornada estará también, en los 60 kg, Kevin de Armas, a quien debemos seguir, porque es un luchador que no da tregua, cualquiera sea el rival.
La lucha es el único deporte que, desde 1992, en Barcelona, no ha dejado de darle a Cuba medalla de oro en Juegos Olímpicos.
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