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Samuráis azules necesitarán espada milagrosa Japón necesita de buen fútbol para traspasar en Sudáfrica 2010, su cuarta incursión mundialista en línea, los umbrales de Asia. Sus cetros en tres de las últimas cinco ediciones de la Copa Asiática, los tienen esperanzados, pero la realidad casi nadie los ve con opciones en su apartado. Su primera tarea en la agenda es mejorar su deslucida actuación en Alemania 2006, donde los Samuráis naufragaron en la primera fase tras caer por 3-1 ante Australia, empatar por 0-0 contra Croacia y sucumbir sonoramente por 4-1 ante Brasil. Tampoco contarán con su emblemático centrocampista Hidetoshi Nakata. El ex ideólogo del Roma fue alineado en todos los partidos de su combinado nacional en Francia 1998, Corea y Japón 2002 y Alemania 2006, antes de colgar sus botas después de este último a la edad de 29 años. Los pupilos de Takeshi ganaron cuatro partidos, empataron tres y sólo perdieron uno de sus ocho encuentros clasificatorios. Una derrota por 2-1 en Australia y un frustrante 0-0 en casa contra el mismo rival fueron los momentos grises, amén de concluir muy por encima de Bahréin, Qatar y Uzbekistán en el quinteto. El más brillante astro japonés es el ex director de juego del Celtic, Shunsuke Nakamura, que en verano de 2009 se mudó de Glasgow al Espanyol de Barcelona. Otro futbolista afincado en Europa es el joven centrocampista Keisuke Honda, miembro del VVV Venlo holandés y, como Nakamura, un zurdo bien dotado. Okada, a sus 53 años, está ampliamente considerado como uno de los más finos estrategas japoneses en activo. Él fue quien estuvo al timón durante la primera aparición de los Samuráis en la Copa Mundial de la FIFA en Francia 1998, tras sortear con éxito una complicada eliminatoria de repesca contra Irán. Posteriormente pasó al fútbol de clubes, con estancias en el Consadole Sapporo y Yokohama F Marinos. Sudáfrica 2010 representa la cuarta participación de Japón en la Copa Mundial de la FIFA. ¿Su mejor resultado? En Corea/Japón 2002, cuando alcanzó los octavos de final. Tácticamente los samuráis azules suelen cambiar de figura, pero las más frecuentes son el 4-4-2 para jugar de local y el 3-3-3-1 para jugar como visitante. La nueva clasificación de Japón no es casualidad. Los dirigentes comenzaron hace unos 20 años un proceso de aprendizaje, mandando jugadores a países sudamericanos, desarrollando canchas y fomentando el fútbol en escuelas y colegios. A fuerza de billetera, llevaron estrellas a su liga, de las cuales aprendieron muchos fundamentos y además lograron que el público se identificase con el fútbol. |
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