Desde hace siete meses, se ejecuta en esta oriental provincia de Las Tunas una inversión cuyo objetivo principal es mejorar el abasto de agua a la ciudad, capital de la provincia con el régimen de precipitaciones más escaso del país.

Una de las piezas más importantes de ese gigantesco puzzle en que se convierte toda obra hidráulica, es la construcción de la nueva conductora desde el tanque elevado de la Larga hasta la Rotonda del Hospital Pediátrico, donde se encuentra el nudo de la red que provee del preciado líquido.

Roberto Silva Labrada, proyectista principal, considera que la obra va a mejorar considerablemente el abasto de agua, no solo por la calidad de la misma, sino por la potencia con que llegará a los hogares, si bien no aumentará, al menos mantendrá su máximo nivel un tiempo más prolongado.

Silva Labrada explica que la tubería existente se encontraba en mal estado debido a sus 13 años de explotación y por estar fabricada con hormigón, material que incluso en el momento de su utilización ya se encontraba en desuso. Tal situación provoca la existencia de varios salideros en todo el trayecto hasta el tanque elevado, los que además de representar una fuga del preciado líquido, constituían una fuente de contaminación y focos de mosquitos. Este problema quedará resuelto en gran medida, plantea Roberto, pues más de la mitad de los ubicados en esta zona serán eliminados con la instalación de 1.9 kilómetros de tuberías.

Es por ello que los 15 trabajadores de la Segunda Brigada de Conductoras, pertenecientes a la Unidad Empresarial de Base de Recursos Hidráulicos, no han perdido tiempo; al contrario, literalmente le han ganado más de dos meses al cronograma de ejecución, el que debió iniciarse en abril y concluir a finales de este mes. Sin embargo, al no estar a tiempo en el país la matrería prima para la fabricación de las tuberías, la obra  se inició en junio. No obstante, será terminada en la fecha prevista gracias a la constancia y el esfuerzo de sus ejecutores.