La autonomía, como derecho social, es una de las tantas garantías
que disfruta la mujer cubana gracias a su inagotable lucha por la
igualdad de géneros. Aun así, sigue siendo una guerra interminable
para ellas y la razón por la cual se reunieron este martes una
representación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en la Escuela de
Capacitación para la Mujer Fe del Valle.
Con la presencia de Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministros, e Inalvis Rodríguez, Oficial
Nacional para la atención de los te-mas de género del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, se dirigió el debate en
torno a los retos de la FMC para optimizar el trabajo y la educación
en todas las esferas sociales y culturales de Cuba, a favor de la
lucha contra la violencia, el racismo y la homofobia.
"Se trata de cambios más difíciles que aprobar leyes, pues tienen
que ver con conductas de la sociedad, incluso, de culturas
familiares", refirió Abel Prieto, quien enfatizó, además, la
necesidad de concebir, dentro de la televisión nacional, espacios
para la crítica inteligente de contenidos audiovisuales que se
consumen por los canales tradicionales de comunicación y los tan
asediados "paquetes", sin ánimo de censurar, sino de acrecentar
nuestra cultura y valores éticos.
El reguetón, si bien llegó para quedarse como un producto musical
bailable de preferencia para la juventud, continúa siendo el género
que más hace referencia a códigos de maltrato hacia la mujer, al
abuso sexual y hasta la pedofilia, sobre todo en aquellos que se
realizan de forma independiente y como supuesto resultado de
culturas marginales que nada se asemejan a la realidad cubana.
También se insistió en una mayor profesionalidad del elenco
artístico cubano, en la autorrevisión de discursos humorísticos y
espectáculos en espacios públicos que con frecuencia apelan al
regionalismo, y sobre todo, a groserías sobre la sexualidad tanto
femenina como masculina.
Abogar porque se adopten las sanciones jurídicas establecidas a
instituciones que promueven tales contenidos constituye reto de
trabajo para la Federación, los mismos artistas y las instituciones
correspondientes. De igual manera, los y las participantes
recalcaron el valor de la educación familiar y estudiantil, así como
los patrones de conductas de profesores como arteria principal del
crecimiento cultural en la sociedad.
Otra estrategia de trabajo será crear espacios de debates donde
se integren los hombres con su propia agenda de preocupaciones, y no
ver a este como un ente al cual se deba juzgar.
Con estos nuevos compromisos la FMC y la UNEAC marcan un nuevo
paso en la prevención y eliminación de cualquier manifestación de
violencia para eliminar los patrones culturales sexistas y
discriminatorios, y consolidar la cultura de bienestar e igualdad
social.