Millones
de pobladores de las zonas montañosas del orbe padecen inseguridad
alimentaria, y la mitad de ellos sufre hambre crónica, advirtió hoy
la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO).
En un material divulgado con motivo del Día
Internacional de las Montañas, remarcó que la agricultura familiar
en esas regiones experimenta una rápida transformación debido al
crecimiento demográfico, la globalización económica, la difusión de
estilos de vida urbanos y la migración de hombres y jóvenes a zonas
urbanas.
Ello supone un aumento de la carga de trabajo para
las mujeres, mayor presión sobre los recursos locales y mayor
vulnerabilidad de los agricultores frente a los cambios globales,
añadió.
Al mismo tiempo, subraya el informe, estos cambios
también pueden abrir oportunidades para el desarrollo local a través
de la diversificación de los ingresos participando en actividades no
agrícolas como el turismo y la comercialización de la artesanía.
Según la institución, garantizar la tenencia de la
tierra, proveer acceso a los recursos para las explotaciones
familiares en dichas regiones, y mejorar las infraestructuras
básicas son algunas de las soluciones clave para enfrentar tal
situación.
A nivel global, explicó, las montañas proporcionan
agua dulce a la mitad de la población mundial, debido principalmente
a la gestión del agua y del suelo practicada por millones de
agricultores.
Son también reservorios de diversidad biológica y
los campesinos que las habitan han sido los custodios de este
valioso patrimonio genético, que les ha permitido nutrir a sus
familias durante siglos, añadió.
El subdirector general FAO de Bosques, Eduardo
Rojas-Briales, insistió en la importancia de elevar el perfil de los
agricultores de esas zonas ya que apoyarlos con un entorno normativo
propicio beneficiará tanto a la población de montaña como a la que
vive en las tierras bajas, y que se favorece de sus productos y
servicios.
La tenencia segura de la tierra, mejorar el acceso
al crédito, el empoderamiento de las mujeres y la inversión pública
en educación, sanidad, transporte e investigación, son algunos de
los requisitos claves necesarios para promover la agricultura
familiar sostenible en las regiones montañosas, recalcó.